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Ed. Cóndor, año 1964. Tapa dura. Tamaño 20 x 15 cm. Estado: Usado muy bueno (con un faltante en la parte inferior del lomo). Cantidad de páginas: 300

Tragedia en Indoamérica, Cordeiro018Bolivia, la fría, desconocida y encerrada nación del Ande, precursora de la Independencia, de la Libertad y de la Soberanía en el continente americano, viene siendo víctima de una oprobiosa dictadura. Como si sus desventuras pasadas no fueran suficientes, un régimen vandálico conculca todas sus libertades.

Desde el 9 de abril de 1952, no imperan otros procedimientos que el odio, eterno generador de los horrores que sufre el pueblo, violencias, encarcelamientos, campos de concentración, destierros, confinamientos, secuestros y toda una interminable cadena de procedimientos de fuerza utilizados en forma indiscriminada; luego el látigo, el garrote y armas de fuego descargadas sobre las espaldas de la ciudadanía, además de una serie de refinadas torturas capaces de destruir el organismo y la voluntad más firme. El rencor de un grupo de resentidos sociales, manejados por una corte de marxistas extremistas expertos en el arte de doblegar el espíritu y torcer la verdad, ha tocado los extremos.

La tiranía contra todo aquello que no forma parte del partido de gobierno, llamado Movimiento «Nacionalista» Revolucionario, se desencadena sin forma ni figura de juicio. El ordenamiento jurídico, base esencial de la convivencia humana ha desaparecido. Todos los derechos han sido avasallados. El de propiedad que es cimiento del bienestar individual, fue sistemáticamente violado. Los hogares atropellados a cualquier hora del día o de la noche con el fin de arrancar de su seno a los esposos, a los hijos o a los hermanos y, castigadas y vejadas también sus esposas, las madres y las hijas de todos los perseguidos por el solo anhelo de conservar la patentización de los postulados de libertad, rechazando su inscripción en las listas del movimiento, cuya organización, antecedentes y fechorías iremos viendo documentalmente en el curso de las muchas, muchísimas páginas que nos quedan por recorrer.

Como infinidad de ciudadanos, fui víctima de toda esa tiranía; preso, torturado, confinado a lugares endémicos y varias veces desterrado. Vuelto al país por el favor de una amnistía o subrepticiamente, otra vez encarcelado, sometido a ultrajes indignantes para enseguida ser llevado a campos de concentración y obligado a trabajos forzados. He sufrido todas las consecuencias de la vesanía del M.N.R. y por mucho que me esfuerce en recordar, no encuentro nada delictuoso para tanta persecución, aunque para los liberticidas un periodista que defiende la democracia es un delincuente; y al haberme reintegrado a la defensa de la libertad, me hice sin duda reo del más nefando crimen. Sólo los que han vivido las dolorosas horas de persecución, de ansiedad por el futuro incierto y la desolación por la acción del crimen gubernamental, saben de la severidad del espíritu.

Con acecho permanente, para burlar a los agentes del Departamento de Control Político, organismo copiado de los soviets, hay que recurrir a todos los medios posibles para poder escribir algo. Cualquier ruido o actitud que a juicio de los polizontes es normal, da lugar a una inmediata requisa de la casa y personas consideradas como enemigas del régimen.

En mi caso la situación se tornó todavía más difícil, porque cuando alguien reclamó por mi libertad después de tres años de prisión, un ministro dijo: los periodistas son seres peligrosos y que, consiguientemente no era posible libertarme. Temen los efectos de la verdad más que los de una bomba en contra de sus posiciones.

Tragedia en Indoamérica, Cordeiro019Quienes han visto con ojos imparciales la vida de Bolivia, saben que mis palabras son verdaderas. La angustia es inmensa, la miseria y la crisis espantosa. En forma diaria el hambre golpea más fuerte en los hogares de las mayorías. Sólo los jerarcas del despotado viven a todo lujo, en regias mansiones, con automóviles último modelo, costosísimas pieles para sus mujeres, frecuentes viajes de turismo al exterior y toda suerte de comodidas a costa de la depauperación del pueblo. La ciudadanía les dio el apelativo de: NUEVOS RICOS.

Las hordas extremistas del Movimiento «Nacionalista» Revolucionario, luego de avasallar la autoridad del Ejército Nacional, en todas partes considerado como Institución Tutelar y también del Cuerpo de Carabineros, han resuelto conculcar los hogares moral y materialmente. Los jacobinos del totalitarismo saben que tienen que recurrir a los más temerarios métodos de coacción destinados a aniquilar la voluntad y acallar las voces de los hombres que luchan por las libertades ciudadanas y los derechos humanos.

Por todo ello, el que escribe en un ambiente de terror, rodeado de múltiples peligros, no puede menos que sentirse agobiado por una tremenda depresión nerviosa. Hasta se hace difícil acopiar detalles, máxime si como en el caso del autor, con años y más años pasados en las prisiones de ese totalitarismo, donde como a los demás se me hizo víctima de las prácticas comunistas mediante una serie de torturas que se ejercitaron y se ejercitan con los presos políticos, han tenido por fuerza que dejar un sedimento de rencor por tanta inútil crueldad y de desilusión por todos los postulados de amparo y por los mismos Derechos del Hombre que han quedado como las calendas griegas.

Empero por un imperativo moral relacionado con la Patria, es necesario esforzarse por hacer conocer la tremenda y explosiva realidad boliviana. Es preciso que se sepa toda esa tragedia, vale decir las causas para la permanente conjura de la ciudadanía. Es que los laborantistas bolcheviques en sus ansias de poder, a los pueblos les ofrecen infinidad de fementidas felicidades sobre la base de transformaciones violentas mediante nacionalizaciones, confiscaciones y secuestros sin base legal, y el resultado no es más que el ahondamiento de la miseria. Tal la malhadada suerte de mi Patria enclavada en el Sud de América.

Observador acucioso como he sido del estado boliviano, puedo asegurar que pese a todo y no obstante la resistencia de los pocos capitalistas existentes, los breves gobiernos socialistas que pasaron por las esferas gubernamentales, progresivamente fueron consiguiendo para las clases proletarias innumerables conquistas sociales. Antes de la conspiración del 9 de abril de 1952, la legislación social más avanzada de América fue la de Bolivia. El capitalismo absorbente paso a paso venía siendo dominado cada día y se tenía que llegar así poco a poco, paulatinamente, a las metas más modernas; la función del capital económico, la función del capital humano y la función del Estado. Se había legislado ya inclusive el derecho al retiro voluntario y la participación de los trabajadores en las utilidades del empresario.

Con un sentido evolutivo se propendía a cimentar los beneficios de una burguesía industrial, proceso lamentablemente perjudicado por la demagogia del jacobinismo criollo; pues han transcurrido más de diez años de la «Revolución Nacional» o mejor dicho de la fecha en que mediante la traición se encaramaron en el poder los comunistas camuflados como Movimiento «Nacionalista» Revolucionario y el desamparo en Bolivia es más grave cada día, marcándose al presente serios signos de desesperación. La gente camina sin saber dónde orientar sus pasos y poder llevar los recursos necesarios para el cumplimiento de sus alquileres, para un mendrugo de pan, para la ropa, para la escuela y para tantas otras obligaciones destinadas para si mismo y en su mayor parte para sus hijos, que en pleno desarrollo se consumen por falta de alimentos. El mismo Paz Estenssoro, después de ocho años, al reasumir nuevamente la presidencia «constitucional» de la República, dice que el porcentaje de tuberculosos es alarmante. Amén de los recién nacidos, raquíticos desde el período de gestación por la mala alimentación de sus madres.

Tanto Paz Estenssoro como Siles Zuazo, este último sucesor del primero en 1956, continuando con sus procedimientos demagógicos, tocaron los extremos siderales con los aumentos de haberes y salarios. Doscientos mil bolivianos más algunos bonos es el promedio, pero la moneda es actualmente la más baja del mundo. Antes del nefasto 9 de abril de 1952. el dólar se cotizaba en sesenta bolivianos. En la actualidad su valor es de trece mil (1963).

Sabido es que todo aumento de haberes y salarios en un país que no tiene sólidas fuentes de ingreso, no hace otra cosa que provocar una mayor inflación y consiguientemente un mayor encarecimiento de la vida, aunque demagógicamente como lo hizo Siles Zuazo, de la estabilización económica se hable a los cuatro vientos. La vida económica de los pueblos no se puede estabilizar sin bases capitalistas democratizadas. Así, la desesperanza del pueblo es clara, porque como de costumbre, mientras los haberes subieron cada año con relación al anterior, los artículos —comenzando por los de primera necesidad— se fueron elevando en un inconcebible porcentaje. El kilo de carne cuesta siete mil bolivianos y el pan de cien gramos vale trescientos.

El problema para el pueblo se agrava más y más. El descontento y la reacción es general. No son posibles reuniones, asambleas ni manifestaciones a no ser aquellas ordenadas y organizadas desde el Palacio de Gobierno; no obstante la desesperación de la ciudadanía que quiere liberarse se mantiene latente. Varias veces se sucedieron conspiraciones estrellándose contra el fuego de las armas del ejército soviético boliviano; de los milicianos pagados con los dineros de la hacienda pública; pero el espíritu subversivo no ha desaparecido. El pueblo pese a todo, vive siempre en apronte, haciendo la impresión de estar buscando la oportunidad para combatir contra el nefasto gobierno.

Sin distingo de clases sociales se siente sed por castigar en forma ejemplarizadora a los verdugos de las reservas espirituales, morales y materiales del país al que se empecinan en reducirlo al más completo obscurantismo. En los hogares de la clase media y en los de las clases populares calificadas en conjunto como clases mayoritarias, se pisotearon, se quemaron y se destruyeron las fotografías de Paz Estenssoro, de Siles Zuazo, de Lechín y también de Juan Domingo Perón, este último cómplice de los primeros y en conjunto todos ellos considerados en los instantes de su demagogia como los redentores de los oprimidos. En cada uno ve el pueblo a su opresor, al irresponsable conductor de los intereses nacionales. En la negra y desoladora noche por la que atraviesan las libertades occidentalistas, se ha acumulado mucho sufrimiento para que nadie tenga piedad por los conculcadores del derecho, por los traidores, por los asesinos. No es preciso ser profeta para vislumbrar su juzgamiento sumario en plaza pública.

INDICE
PRIMERA PARTE
Introducción
La Guerra del Chaco y los Extremistas
Elecciones — Golpes Militares — Socialismo —Suicidio de Busch
Gobierno Constitucional — Guerra Europea
Los Partidos Extremistas — El Pleito de la Standard y sus efectos
Sangre en Llallagua, Catavi y Potosí — Franca Agitación — Perón
Golpe Militar y sus Concomitancias
Clima de Terror
Elecciones — Parlamento Dictatorial — Atentado Contra el Líder Comunista — Secuestros
Conspiración Fracasada — El CALAMA — Asesinato de Legisladores, Catedráticos, ex-Diplomáticos y Militares
Crímenes de Challacollo — Documento de Taborga — Otros folletos
Frente de Oposición — Congreso Indigenal — Periodismo
El 13 de Junio — Confiscación de Diarios — La Corte Superior de Justicia
La Huelga — La Universidad — El Pueblo y Derrocamiento del Régimen — Colgamientos
Ultima Entrevista Villarroel-Paz Estenssoro
SEGUNDA PARTE
Junta de Gobierno — Inhumación de Mártires — El Comunismo en el Gobierno — Declaraciones
Colgamiento de un Frustrado Victimario y de Eguino y Escobar
Elecciones — Contubernios — Ventajas del Marxismo — Agitaciones en Potosí
Gobierno Constitucional — Inquietud Nacional — Tesis de Pulacayo — Ministro Bifronte
Elecciones — Rehenes— Licencia de Hertzog — Gobierno Interino — Movilización General
Guerra Civil — Interpelación Parlamentaria
Dimisión de Hertzog — La Universidad y los Agitadores — Huelga de Hambre
Expulsiones del Comunismo — El Socialismo, las Oligarquías y la Minería — Derrota Electoral
Gobierno Militar — Traición del Ministro Seleme
TERCERA PARTE
Gobierno Extremista — Regreso de Paz Estenssoro — Liquidación Institucional — Hacia el Destierro
Efectos de un Asesinato — Regreso Subrepticio — «El Compañero Jefe»
Extensiones Territoriales — Reforma Agraria — Genicidio – Milicianismo — Fusilamientos y Colgamientos
El Comunista Valentín González (a) El Campesino y Otros Agitadores Internacionales — Coordinaciones y Oficina de Control Político
En la Clínica de Carabineros — Bilbao Rioja — Aniversario Revolucionario — Aprista Contratado Preso
El Ichilo — Mi Huelga de Hambre — El Oriente — Un Frustrado Suicida
Fuga Frustrada — Nuevamente al Guanay — Torturas — Los Buzos — Libertador Económico
Demonismo Oligárquico — Los Magistrados — Unzaga de la Vega y la Conspiración — Los Reos Comunes — Claudio San Román
Rumbo a un Campo de Concentración — Los Familiares — Los Mineros — El Sicario Rivero — Tres Amigos
Los Familiares — Controversias y Razonamientos — El 9 de Noviembre de 1953 — Más Presos — Ungaza de la Vega al Exilio — Contra Cristo y Contra el Satanismo
El Rumor de las Amnistías — Las Enfermedades — Otra Vez al Panóptico — Una Carta Clamorosa y Otra de los Familiares
Nefasta Acción Pacificadora — Comandos Emenerristas — Presos y Verdugos a la Vez — Los Azotes de un ex- Ministro a su ex-Colega — Artesanía — Los Falangistas «Contra» su Jefe — Mi Libertad
Fisonomía de la Ciudad — El Sindicalismo v la Clase Media — Control Obrero — La COMIBOL — Las Plazas Vivas, los FF.CC. y Y.P.F.B
Lechín — Siles Zuazo y el Fracaso de la Revolución Nacional
Abatimiento de los Revolucionarios — EE. UU. y Rusia se Dan la Mano — Comisión Anticomunista de la Confederación Interamericana
La C.O.B. — Su Poder Co-Legislador, su Poder Sindical, El Poder Judicial y Víctor Paz Estenssoro — Las Universidades Caen en Poder de las Milicias — Exodo
La Política del Dólar en una Gigantesca Factoría — El Estatuto y la Corte Electoral Ariete del Gobierno
Elecciones — Las Ciudades Absorbidas por el Campo — Ficción Gubernamental Contra Picaros y Mercaderes — La Estabilidad Monetaria — El Atuendo de la Mujer de Paz Estenssoro
Suicidio de Oscar Unzaga de la Vega — Revelaciones del ex-Ministro de Gobierno Guevara Arce