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Ed. Paidós Orientalia, año 1991. Tamaño 19,5 x 13 cm. Traducción de Juan Valmard. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 134
Hacia mediados del pasado siglo, el doctor J. M. Honigberger asombró al mundo científico relatando la historia del yogin Hari-dás. En Láhaor [Lahore], en presencia del maharajá Ránjit Sing de Panjâb y de su corte, Hari-dás se puso en estado cataléptico y fue enterrado en un jardín. Durante cuarenta días, una guardia estricta vigiló su tumba. Cuando se exhumó al yogin, estaba inconsciente, rígido y frío. Se le aplicaron toallas calientes en la cabeza, lo friccionaron, se le insufló aire por una especie de respiración artificial, y finalmente Hari-dás volvió a la vida.
No tenemos ya medios de verificar la autentiddad de esta historia. Tal hazaña, empero, no es imposible. Ciertos yogin son capaces de reducir su respiración a tal punto que aceptan ser enterrados vivos durante un determinado lapso. Pero la historia de Hari-dás es significativa también por otra razón: su dominio del yoga no implicaba en modo alguno una espiritualidad superior. Hari-dás era conocido más bien como hombre de costumbres disipadas; acabó fugándose con una mujer y se refugió en las montañas, donde murió y fue debidamente enterrado según los usos del país (J. M. Honigberger, Thirty-five years in the East, Londres, 1852).
Para Hari-dás, el yoga parece haber sido ante todo una técnica de faquirismo. Pero, evidentemente, el verdadero yoga no debe confundirse con la posesión de poderes de faquir. El Buda prevenía ya a sus discípulos contra la posesión y exhibición de tales poderes: «Justamente porque veo el peligro en la práctica de los poderes maravillosos (iddhi; literalmente: “maravillas mágicas”), los execro, los aborrezco y me avergüenzo de ellos” (Dighanikaya, 1, 212 y sig.). Sin embargo, el propio Buda había practicado largo tiempo el yoga, y budismo es incomprensible sin los métodos de concentración y meditación que el yoga prescribe. Más aún: no se conoce un solo movimiento espiritual de la India que no dependa de una de las numerosas formas del yoga. Pues el yoga es una dimensión específica del espíritu indio. Al fin y al cabo, una parte importante de la historia espiritual de la India está constituida precisamente por la historia de las múltiples formas y aspectos de lo que se denomina la práctica del yoga.
Esto se comprende fácilmente si se recuerda que, desde la época de las Úpanishad, la India no se ha preocupado seriamente sino de un único y gran problema: la estructura de la condición humana. Con rigor no igualado en ninguna otra parte, los filósofos, los contemplativos, los ascetas, se han aplicado a analizar los diversos “condicionamientos” del ser humano. Apresurémonos a añadir que no lo han hecho para llegar a una explicación exacta y coherente del hombre (como, por ejemplo, en la Europa del siglo XIX, cuando se creía explicar al hombre por su condicionamiento hereditario o social), sino para saber hasta dónde se extendían las zonas condicionadas del ser humano y ver si existe aún algo más allá de tales condicionamientos. Por esta razón, los sabios y ascetas indios, mucho antes de la psicología profunda, se vieron llevados a explorar las zonas oscuras del inconsciente: verificaron que los condicionamientos fisiológicos, sociales, culturales, religiosos, eran relativamente fáciles de delimitar y, por consiguiente, de dominar; los grandes obstáculos para la vida ascética y contemplativa surgían de la actividad del inconsciente, de los samskára y de los vásaná, “impregnaciones”, “residuos”, “latencias” que constituyen lo que la psicología profunda designa como contenidos y estructuras del inconsciente. Por otra parte, lo altamente valioso no es esta anticipación pragmática de ciertas técnicas psicológicas modernas, sino su utilización con vistas a un “descondicionamiento” del hombre. Pues el conocimiento de los sistemas de “condicionamiento” no podía constituir, para la India, un fin en sí: lo importante no era conocerlos, sino someterlos a dominio; se trabajaba sobre los contenidos del inconsciente para “quemarlos”.
Veremos por qué métodos considera el yoga que se alcanzan esos sorprendentes resultados. Pero es imposible no tener en cuenta uno de los descubrimientos más grandes de la India: el de la conciencia-testigo, la conciencia desprendida de sus estructuras psicofisiológicas y de su condicionamiento temporal: la conciencia del “liberado”, es decir, del que ha logrado liberarse de la temporalidad y conoce por lo tanto la libertad verdadera e inefable. La conquista de esta libertad absoluta constituye el objetivo de todas las filosofías y de todas las técnicas místicas de la India, la cual ha creído poder alcanzarla sobre todo por medio del yoga en cualquiera de sus múltiples formas.
Por esta razón ciertos yogin de la alta antigüedad merecen ser situados entre los «maestros espirituales». Pero, como de ellos se ignora enteramente la biografía, y hasta el nombre, hemos incluido el de Patáñjali en el título de esta obra. Patáñjali no es menos fabuloso que otras figuras de la antigüedad hindú, pero se le atribuye la composición del primer tratado sistemático sobre el yoga.
INDICE
Nota para esta traducción
Introducción
I- El Yoga de Patáñjali
Yoga, iungere, iugum; Los Yoga-Sútra de Patáñjali; Sámkhya y Yoga; La “nesciencia creadora”; El dolor universal; Función soteriológica del conocimiento; El “Sí-mismo”; La sustancia y las estructuras; El carácter teleológico de la Creación; La relación entre espíritu y naturaleza; La esperanza es la mayor tortura…; ¿Cómo es posible la liberación?; Sentido de la liberación; La estructura de la experiencia psíquica; El subconsciente
II- Las técnicas del Yoga
La concentración sobre un único objeto; Contenciones y disciplinas; Las posturas del yoga; La disciplina de la respiración; Los enterrados vivos; El control de la respiración: China, el Islam; El hesicasmo; la “retracción de los sentidos”; Dháraná, la “concentración” del Yoga; Dhyána, la “meditación’ del Yoga; El papel de Dios; Enstasis e hipnosis; Samâdhi “con soporte”; “Estado-conocimiento”; Los “poderes milagrosos”; “Ven y regocíjate aquí en el Cielo…; El samâdhi “sin soporte” y la liberación final; Reintegración y libertad
III- Ascetas, extáticos y contemplativos en la India antigua
La ascesis y el Yoga; Las Úpanishad y el Yoga; Inmortalidad y liberación; las Úpanishad del Yoga; El Yoga en el Mahâbharata; El mensaje de la Bhágavad-Gitá; Krishna, modelo ejemplar; “Actos” y “sacrificios”; Técnica del yoga en la Bhágavad-Gitá
IV- Budismo, Tantrismo, Hatha Yoga
Yoga y Nirvana; Ascesis búdica; Los yogin y los metafísicos; El Buda y los «poderes maravillosos»; Tantrismo y Yoga; La «realización» tántrica: imágenes divinas y sonidos místicos; El Hatha Yoga y el descubrimiento del cuerpo; Los órganos sutiles y la fisiología mística
Conclusiones
Bibliografía
-Textos del Sâmkhya
-Patáñjali y los textos del Yoga clásico
-Sobre las doctrinas y las prácticas del Yoga
-Sobre el Hatha Yoga
-Budismo y Yoga
-Sobre la difusión de las técnicas del yoga
-Técnicas paralelas (retención del hálito, y más)
-Sobre el Yoga en la India moderna
Cronología