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Ed. Siglo XXI, año 1986. Tamaño 23 x 16 cm. Traducción de Félix Blanco. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 428

Por Pablo González Casanova
Mediados de 1981

La fuerza y la violencia de Estados Unidos en sus relaciones con el mundo solo se explican por la fuerza y la violencia de sus luchas internas. La compra de africanos y la guerra contra el indio que acompañan y suceden a una cruenta Guerra de Secesión entre los estados del Norte y el Sur forjaron una parte de la historia de ese país en que al obrero anarquista y rojo de principios de siglo se le declaró otra guerra tan violenta como las anteriores, y tan sórdida como las de las mafias y gángsters, linchamientos, kukluxklanes, y justicias con sillas eléctricas.

A las acciones expansionistas en Centroamérica y el Caribe que vinieron tras la guerra contra México y la conquista de la tierra mexicana, sucedió y acompañó en el interior de Estados Unidos una guerra de clases, razas y tierras que se completó con la de jefes políticos, sectas y oligarquías, y con esa otra no menos ruda de empresarios y businessmen que construyeron los grandes imperios económicos.

Las utopías sociales, los proyectos electorales, las garantías a los perseguidos de Europa, los clamores por la libertad de expresión, las luchas valerosas de ciudadanos organizados, hombres y mujeres, los avances tecnológicos y científicos, los altísimos niveles de vida y confort, y el haber logrado que en esa nación los pobres sean minoría, dio a la fe en el progreso yanqui, en las
reformas norteamericanas y en la democracia al uso de Estados Unidos una fuerza por lo menos tan grande como la fe en la violencia, en la publicidad y en la propaganda por televisión, radio y rotativos.

La inmensa nación es sorprendente coma imperio que encierra en su seno contradicciones propias de las colonias. Clases y culturas, razas y tecnologías, masas y minorías hacen de Estados Unidos un país parecido a los periféricos. Distinto por su riqueza
ricos. Distinto por su riqueza, por su energia modemia y dominante, por su energía moderna y dominante, por su metrópoli más extendida, alta y completa en sus edificios e industrias de instrumentos, Estados Unidos se asemeja a los países coloniales por sus discriminaciones.

La lucha por la liberación del hombre en Estados Unidos y en el Tercer Mundo se parece así en lo que uno y otro tienen de neocolonialismo y de neo-capitalismo, combinados de colonialismo interno y de welfare state don lucha de clases, de razas y oligarquías; se distinguen porque la cooptación de minorías raciales y de proletarios industriales y agrícolas cuentan allá con uno de los «excedentes» mayores del mundo y combina concesiones y represiones con un nivel de desarrollo inalcanzable y a veces ni siquiera imaginado por los países pobres, subdesarrollados y dependientes.

Semejante y distinto al mundo que domina, el estado norteamericano encierra una sociedad y una inteligencia cada vez más consciente de lo que la agresión a ese mundo significa. En Estados Unidos hoy los movimientos antimperialistas y antintervencionistas son más populares y enérgicos que los de Europa. Si lo que se le hace a otros pueblos se le hace a parte del pueblo de Estados Unidos y este es consciente del daño propio, su empatía con el ajeno es más obvia, más evidente, más fuerte que la de los pueblos insertos en estados colonialistas e imperialistas en que el colonialismo interno no muestra rasgos tan vigorosos.

Es cierto que en Estados Unidos hay un pensamiento progresista «blanco» y «metropolitano» al estilo europeo y que ese pensamiento se niega a vincular las categorías de colonialismo y clases, o las de lucha por la descolonización, la democracia y el socialismo, pero hay también en Estados Unidos un pensamiento íntimo y recio sensible a la lucha del negro y del chicano, y deseoso de ligarla a la del obrero y el pueblo en general. Ese pensamiento corresponde a una sensibilidad que maneja la vez la fuerza de los argumentos del mundo colonial y los del imperialista, los de la lucha de clases y la política democrática, los de la contestación y los de la crítica. Su facilidad para el diálogo con los luchadores progresistas y revolucionarios de Africa, Asia y América Latina tiene como antecedente el haber sufrido o vivido una violencia parecida.

El pensamiento progresista y revolucionario «de color», no se reduce a las razas y culturas minoritarias o a quienes físicamente son negros, indios o mestizos. En Estados Unidos hay blancos de color o que piensan en las categorías sociales de la liberación como hombres de color. La lucha contra el imperialismo interno y externo, contra el monopolio y la transnacional se da al tiempo que la lucha contra el colonialismo externo y el interno, que explotan y humillan al africano, al latinoamericano o al asiático de dentro y fuera de Estados Unidos. Todo ello se ve reforzado por un espíritu de seriedad y una formación académica en que la cultura crítica, democrática y marxista, ha adquirido una originalidad y un rigor innegables.

La fascinación que ejerce el inmenso país, hasta en sus enemigos, aumenta con la calidad de sus pensadores y críticos. El libro que ahora publicamos es una excelente introducción a la lectura de lo que hoy se escribe en Estados Unidos y sobre Estados Unidos por las plumas más lúcidas del pensamiento progresista.

INDICE
Introducción, por Pablo González Casanova
Estados Unidos en el mundo actual, por Immanuel Wallerstein
I- POLITICA Y PODER
-La crisis norteamericana: análisis y modesta proposición, por Maurice Zeitlin
II- ECONOMIA Y SOCIEDAD
-La actual crisis económica de Estados Unidos y la restructuración de la economía mundial, por William K. Tabb
III- OBREROS
-¿Prisionero del pasado? El obrero norteamericano en una época nueva, por David Moberg
-La degeneración del movimiento obrero norteamericano en los años setenta, por Stanley Aronowitz
-La crisis del capitalismo mundial y la clase obrera norteamericana, por Marlene Dixon
IV- RAZAS Y CLASES
-La crisis de la clase obrera negra: análisis económico e histórico, por Manning Marable
-Los chicanos: su lucha contemporánea (1965-1982), por David R. Maciel
-Operación manos a la obra y la revitalización económica económica de Estados Unidos: dos caras del capitalismo tardío, por Ricardo Campos y Frank Bonilla
-La nación amerindia en Estados Unidos, por Roxanne Dunbar Ortiz
V- MUJER Y FAMILIA
-El feminismo contra la nueva derecha, por Zillah Eisenstein
-Teoría feminista y libertad de reproducción, por Rosalind Pollack Petchesky
-La psicodinámica de la familia, por Nancy Chodorow
VI- CULTURA, PSICOLOGIA SOCIAL E IDEOLOGIAS
-La lucha que empieza contra la cultura transnacional corporada, por Herbert I. Schiller
-La educación superior y la política del saber, por Sheldon S. Wolin
-Sociología, liberalismo y derecha radical, por Alan Wolfe
VII- POLITICA EXTERIOR
-El Barrio Chino: política exterior y realinamiento de las élites, por Bruce Cumings
-Revolución e intervención en Centroamérica: perspectivas y problemas para el movimiento antintervencionista, por Susanne Jonas y Marlene Dixon
-Ronald Reagan y la declinación de Estados Unidos, por John Judis
El ataque contra el «síndrome de Vietnam», por Michael T. Klare
Hacia una alternativa política: movimientos y políticas en unos Estados Unidos en transición, por David Plotke