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Ed. Sociedad Mixta Siderurgia Argentina, año 1953. Tamaño 23 x 16,5 cm. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 40
Conferencia pronunciada en la Ecuela Nacional de Guerra el 24 de agosto de 1953
Por Pedro Castiñeiras
He tratado en esta exposición de presentar el panorama general del Plan Siderúrgico argentino.
Se trata de un conjunto de instalaciones cuya finalidad primordial es la de capacitar al país para su defensa y que complementariamente se halla preparado para resolver en tiempo relativamente breve los problemas más importantes de su economía, como que está capacitado para la obtención de todos los elementos esenciales del trabajo como son todas las herramientas; de todos los elementos del transporte que tanta importancia tienen en las construcciones, en las obras de toda especie y en la circulación general de productos nacionales dentro y fuera del país.
La República Argentina realiza en estos momentos esfuerzos considerables destinados a estructurar su economía sobre bases más firmes que las que le han proporcionado hasta el presente las fuentes tradicionales de su prosperidad material, la agricultura y la ganadería. Aspira a lograr un grado de industrialización que al permitir una más racional explotación de esos componentes de su riqueza, le otorguen también nuevas fuentes de trabajo para su creciente población y una menor dependencia del extranjero para el abastecimiento de las materias primas y materiales en general, que son determinantes de la actividad nacional, buscando de esta manera una integración de su economía más acorde con la importancia cada vez más pronunciada que va adquiriendo nuestro país en el concierto de las naciones libres del mundo.
Mucho es lo que ya se ha cumplido en el orden de las actividades puramente manufactureras, pero mucho es también lo que debe realizarse en lo que se relaciona con las industrias de la obtención de las materias primas básicas, tanto más cuanto éstas constituyen el fundamento y el seguro insustituibles de la expansión y diversificación de las que encararán las tareas de transformación y terminado que son, evidentemente, las que proporcionan un mayor caudal de trabajo, contribuyendo fehacientemente al logro de un mayor bienestar del pueblo.
Y bien, entre las industrias de la obtención de las materias primas básicas, la siderúrgica ocupa un lugar primerísimo; así lo entiende el Superior Gobierno que al otorgar al Plan Siderúrgico Argentino la primera prioridad entre las actividades industriales que se ejecutarán dentro del lapso que abarca el Segundo Plan Quinquenal, demuestra categóricamente su decisión llevarlo a cabo cuanto antes propendiendo así a la consolidación y para siempre, de la independencia económica del país.
El Ministerio de Defensa Nacional que tiene a su cargo por intermedio de la Dirección General de Fabricaciones Militares el asesoramiento técnico-económico y de contralor general del Plan Siderúrgico Argentino, dedica a estas actividades una atención preferente porque entiende que por su enorme trascendencia la materialización de este Plan ha de ocupar un lugar privilegiado entre las realizaciones gubernamentales que pueden registrarse en ésta y en cualquier otra época de la historia de nuestra patria.
Desde el momento mismo en que el ilustre autor del Plan Siderúrgico Argentino, el General Savio, le dio su estructura definitiva elevándolo a la consideración del Poder Ejecutivo a principios de 1946, muchos comentarios se han realizado sobre su alcance y sus proyecciones, pero sin embargo su conocimiento no ha llegado a los sectores de la actividad nacional vinculados al mismo, con la profundidad que es menester, en vista de su excepcional repercusión en la economía general del país.
Tal vez sea ésto debido a defectos de divulgación o quizás a la pronunciada predisposición que tenemos en general para discutir los fundamentos de las obras en cuya concepción o ejecución no somos actores directos. En el ya largo tiempo en que vengo participando en las tareas que se relacionan con este Plan, han sido numerosas las oportunidades en que me ha sido dable discutir, incluso con funcionarios de distintos Ministerios, los fundamentos técnico-económicos que lo animan, y casi invariablemente, frente a la duda manifestada abiertamente o sólo insinuada sobre si la utilización de minerales y combustibles extranjeros que el Plan prevé no hace que sus fundamentos carezcan de la suficiente solidez.
Este planteo si bien se explica por parte de quienes tienen un interés especial en frenar nuestro desarrollo industrial no se justifica en cambio dentro mismo de nuestro país, porque a través de la detallada y minuciosa discusión parlamentaria de la ley 12.987 que insumió sólo en la Cámara de Diputados una larga sesión de once horas de duración, ha quedado demostrado terminantemente que el Plan no procura una producción de acero a ultranza y que en cambio está provisto de bases económicamente sanas y técnicamente inobjetables.
Para situar convenientemente el problema siderúrgico argentino me voy a referir en el curso de esta exposición a la industria siderúrgica en general, analizando los diferentes factores que inciden para justificarla económicamente y, relacionándola con nuestro caso particular, aparecerá demostrado por simple cotejo si el Plan Siderúrgico Argentino está o no correctamente concebido.
Buenos Aires, 24 de agosto de 1953
INDICE
Consideraciones generales
Finalidades
Estructura funcional
Justificación económica
Descripción de las plantas
Costos de fabricación
Caso particular de Zapla
Palabras finales