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Ed. Guillermina Oliveira Cézar de Wilde, año 1939. Tamaño 22 x 16,5 cm. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 364

José Eduardo Wilde (15 de junio de 1844 en Tupiza, Bolivia; m. 5 de septiembre de 1913, Bruselas, Bélgica) fue un médico, periodista, político, diplomático y escritor argentino, uno de los exponentes de la llamada Generación del 80.

Su abuelo, Santiago Spencer Wilde, fue un inmigrante inglés y su padre Diego William Wilde, un médico y militar argentino. Su tío, José Antonio Wilde,​ también fue médico y escritor. Su madre, una criolla de la provincia de Tucumán. Realizó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Concepción del Uruguay, fundado por Urquiza, donde conoció y se hizo amigo de Julio A. Roca, Olegario Andrade, Victorino de la Plaza y otros; este grupo conformó más tarde una parte esencial de la generación intelectual y literaria de 1880 y de la generación que dirigió la vida política y cultural de la Argentina hasta fin del siglo. Se casó con Guillermina Oliveira Cézar, cuando ella tenía 15 años y él 40. Ella era la hermana de Ángela Oliveira Cézar, mujer única en su época por lograr emplazar el Cristo Redentor en medio de los Andes y del escritor y político Filiberto de Oliveira Cézar.

Los estudios universitarios, desde 1864, los cursó en la Universidad de Buenos Aires, donde se recibió de médico en 1870 con una tesis premiada sobre El Hipo. Sin embargo, antes de recibirse interrumpió sus estudios para ayudar en la epidemia de cólera de 1867-1868 y para desempeñarse como cirujano del ejército en la Guerra del Paraguay.

En 1871 se destacó en la lucha contra la gran epidemia de fiebre amarilla declarada en Buenos Aires. Fue designado profesor en la UBA y Director del Departamento de Higiene y Obras de Salubridad de la Nación. Por esos años, publicó Lecciones de higiene y Lecciones de medicina legal y toxicología.

Durante la década de 1880 a 1890, Wilde se destacó por su intensa labor política. Afiliado al Partido Autonomista Nacional, fue elegido dos veces diputado provincial y otras dos diputado nacional. En 1882 el presidente Julio Argentino Roca lo designó Ministro de Justicia, Culto e Instrucción, y bajo su dirección se dictaron dos leyes decisivas de la organización institucional laica del país: la ley de educación laica (inspirada en las recomendaciones de Domingo F. Sarmiento), y la ley de matrimonio civil. También impulsó proyectos urbanos como el Hospital de Clínicas, el Teatro Colón y la red cloacal de la Ciudad.

En el gobierno de Miguel Juárez Celman se desempeñó como Ministro del Interior, debiendo renunciar junto al presidente, por motivo de la Revolución del Parque en 1890.

Luego de la caída del gobierno de Juárez Celman, el Dr. Wilde fue al exterior y pasó un tiempo viajando por Europa; publicó sus impresiones en «Viajes y observaciones»; fue presidente del Departamento Nacional de Higiene durante la segunda presidencia de Roca y, entre otras cosas, organizó una expedición médica dirigida por el Dr. Carlos Malbrán al Paraguay para ayudar a combatir la peste bubónica en Asunción.

Cristina Iglesia afirma al respecto: “La renuncia y el viaje [a Europa] son entonces un claro paso al costado que se le exige después de haber obtenido el triunfo de la aprobación de ambas leyes”. A pesar de lo que afirma Iglesia, en sus relatos de viaje Wilde rara vez contiene comentarios de índole política, sobre todo en materia de sanidad médica, educación e instituciones jurídicas. Incluso postula: “la posibilidad i necesidad de establecer relaciones con la república argentina, pudiendo Japón, a la menor iniciativa mandar un ajente”

Sobre todo destacables, también, son sus comentarios en lo que respecta a las religiones japonesas y a su sincretismo. Si se suman a éstos los debates que surgen a partir de sus visitas a diferentes universidades y escuelas, es posible establecer un lineamiento entre su proyecto político anterior y el relevo que hace en sus relatos de viaje, no ya entendidos éstos como “un claro paso al costado”. Asimismo, Wilde se diferencia de lo que puede llamarse un primer orientalismo argentino basado en la representación y copia del formato eurocéntrico, como pueden ser los casos de Echeverría, Sarmiento y Alberdi citando a Montesquieu o a Voltaire. Como afirma Alex Gasquet: “Wilde no es ni francófilo ni europeísta. Sus modelos de modernidad nacional eran Estados Unidos y
Japón”.

Siguiendo en línea con Gasquet, destaco otro hecho fundamental: “Las observaciones de Wilde no se desarrollan sólo a partir de impresiones y lecturas de estudios y guías de viaje, sino que fueron facilitados por el acceso directo a casi todas las instituciones que describe y completadas mediante el diálogo con sus diferentes responsables”. Me interesa complementar esta idea mencionando algunos fragmentos textuales y orales que se citan en su relato: un edicto relijioso del mikado, las reglas del Cha-no-yu del «Surimano», refranes, leyendas, un fragmento escrito por
Hakusai y otros por sus biógrafos, otro por Kiosai, poemas diversos. Por supuesto, las fuentes europeas se encuentran siempre presentes: San Francisco Xavier y Marco Polo, un texto de M. Gonse sobre el pintor Isunénobu, tratados musicales de Mr. Arrivet, crítica teatral de Mr. J. de Cuers, diversas obras de F. Régamey. De hecho, a este último se lo cita extensamente, incluso también a los textos japoneses que él mismo recopila, pero Wilde
se permite agregar a di chas transcripciones una serie de comentarios entre paréntesis con sus propias reflexiones y cuestionamientos de los postulados y traducciones de Régamey.

Entiendo que si bien los textos europeos ya habían construidos a modo de mosaico diferentes fuentes japonesas, Wilde realiza además intervenciones de carácter evaluativo y crítico respecto de las primeras, hecho inusitado para su contexto y, aún así, determinante para la tradición de intelectuales latinoamericanos que se interesaron en Japón o en culturas afroasiáticas.

Fue nombrado ministro plenipotenciario ante los Estados Unidos y al año siguiente fue enviado a España y luego a Bélgica; murió cuando ocupaba este último puesto en Bruselas. Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta.

INDICE
I- YOKOHAMA — la travesía — cuentos — una carta a Cané — la ciudad – el kimono — Kamakuna — el Daibustsu i la Canon — un Yoshiwara — paseos — viaje a Nagoya — el Fujiyama de azúcar — el Donjon — Kioto — sus tiendas, templos, teatros, palacios e institutos de enseñanza — Nara — Kobe — regreso a Yokohama
II- TOKIO — Tokugawa — Shiba parque — Mr. Arribets i sus amigos — el comandante Armani i los suyos — paseando — escursiones con Nemoto — el ministro Hachisuca — instrucción pública — tribunales — el vizconde Enemoto — la nueva casa de Tokugawa — las carreras en Yokohama — Huyeno parque i sus recuerdos — escursion a Niko — las maravillas de la montaña sagrada i sus alrededores — música antigua en Tokio — obsequios sociales
III- CARACTERISTICAS JAPONESAS — costumbres — cultivos — industrias ingeniería i arquitectura — pintura — escultura — música — literatura i poesía — artes, dramático i coreográfico — entretenimientos, fiestas i espectáculos — relijion — relaciones sexuales — prostitución — entidad moral de los japoneses
IV- NOS EMBARCAMOS — incendio a bordo — Honolulu — San Francisco — su parque i museo — Woolfe i su señora — Union iron works — episodios — viaje a Yosemite valley — los campers — Wawona — el corazón de sierra nevada i sus monumentos naturales de granito — las divinas cascadas — Mariposa grove — los árboles jigantes i la asombrosa impresión de quien los mira — regreso a la capital — lijeras notas
V- VIAJE DE SAN FRANCISCO A NUEVA YORK PASANDO POR CHICAGO — no están nuestros amigos — el club de Flint — un sermón sobre coquetería — en La Turaine — el Havre — regatas — Trouville — una enferma — ParÍs otra vez, con sus atractivos científicos, literarios i sociales — noticias de todo ello i referencias — Ecouen i la familia Dubuffet’— visitas especiales a la Salpetriere — viaje a Turin i escursiones consiguientes — una «tenuta» — en Londres — efectos de la niebla — una conferencia de Sarcey — discusión en un banquete sobre infidelidades — Laboulvene habla sobre Laenec — viaje a Buenos Aires por Burdeos — nueva tentativa infructuosa de conocer Lisboa — horas deliciosas en Tiyuca — todo concluye…