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Ed. Fin de Siglo, año 2006. Tamaño 22 x 16 cm. Estado: Excelente. Cantidad de páginas: 224

Ni muerte ni derrotaCésar di Candía utiliza con precisión 45 testimonios sobre toda la vida de Zelmar Michelini, para armar un retrato entrañable
de uno de los políticos más brillantes del Uruguay del siglo XX.

Zelmar Michelini Guarch, hijo de un dentista de clase media, fue uno de los políticos más importantes de los años que precedieron a
la dictadura. Iniciado en las luchas estudiantiles como integrante del Centro de Estudiantes de Derecho y en las sindicales como
funcionario del Banco Hipotecario, su enorme carisma personal, su vertiginosa capacidad oratoria y su excepcional inteligencia,
hicieron que su compañero de Facultad de Derecho Jorge Batlle Ibáñez lo presentara a su padre Luis Batlle, en ese momento Presidente de la República.

De inmediato pasó a ser uno de los tantos jóvenes que don Luis prohijó y lanzó a las luchas partidarias. Pronto accedió a la secretaría personal del presidente y en 1954 ingresó a la Cámara de Diputados, en la cual, cuatro años más tarde, fue el primer titular de su grupo y jefe de bancada de la Lista 15.

Pasado el año 1958 comenzaron sus desavenencias con Luis Batlle, a cuyos errores adjudicaba la derrota del Partido Colorado, y en 1961 formó su propio grupo. Luego de un acuerdo con una fracción desgajada de la Lista 14 a cuyo frente estaba Renán Rodríguez, se presentó, junto a éste, a las elecciones del año siguiente con el número 99, logrando más de 70.000 adhesiones.

En 1966, luego de fracasada su candidatura a la vicepresidencia de la República en la fórmula con el general Oscar Gestido y sin el apoyo de Renán Rodríguez, que no quiso votar una reforma presidencialista, volvió a acceder al senado, aunque con una merma notoria en sus votos.

En 1971 fue uno de los principales gestores del Frente Amplio. Exiliado en Buenos Aires luego del golpe de estado, fue secuestrado y muerto en 1976, en una de las olas de sangre más aterradoras de nuestro tiempo. Sus asesinos materiales y los instigadores de ese crimen, siguen sin ser identificados.

Más información sobre Zelmar Michelini

Zelmar Raúl Michelini Guarch nació en Montevideo el 20 de mayo de 1924. En 1948 ingresó a la Universidad de la República, como estudiante de Derecho. Su condición de líder lo llevó a ser dirigente estudiantil, integrando la Federación de Jóvenes Batllistas, siendo secretario general del Centro de Estudiantes de Derecho y de la Federación de Estudiantes Universitarios.

Casado con Elisa Delle Piane Iglesias, tuvo 10 hijos: Elisa, Margarita, Luis Pedro, Isabel, Zelmar, Cecilia, Rafael (posteriormente diputado y senador), Felipe (luego diputado y Subsecretario del Ministerio de Educación y Cultura), Graciela y Marcos.

Fue dirigente del gremio de los empleados bancarios y entre 1947 y 1951 se desempeñó como secretario del Presidente Luis Batlle; fue conocido como uno de los jóvenes turcos de Batlle.

En la década del 60 Se desempeñó como redactor político del diario «Acción». A mediados de la década del 60 fundó y dirigió durante dos años el semanario «Hechos».

A lo largo de su vida ejercerá el periodismo en diversos medios: «El Diario», «Marcha», «Respuesta» y «La Opinión» de Buenos Aires.

En 1967, el Presidente Gestido lo designó Ministro de Industria y Comercio (hoy Industria, Energía y Minería), pero Michelini acabaría renunciando pocos meses más tarde por discrepancias con el gobierno. Retornó al Senado, donde se constituyó en un duro crítico de la orientación autoritaria del nuevo presidente Jorge Pacheco Areco.

En 1970, a la vez que dejó el Partido Colorado, ingresó ese mismo año, en el marco de una alianza llamada «Frente del Pueblo», se acerca al Partido Demócrata Cristiano.

Desde allí y conjuntamente con otros partidos de izquierda (Partido Comunista, el Partido Socialista) y otros grupos izquierdistas independientes, participa en la co-fundación del Frente Amplio, a comienzos de 1971.

En las elecciones de ese año se postula al Senado, esta vez por la lista 9988 del Frente Amplio, que también integraban Alba Roballo, Enrique Martínez Moreno y Enrique Rodríguez Fabregat. Continuó oponiéndose a la política del ahora presidente, Juan María Bordaberry. Durante 1972 sufre atentados contra su casa y su auto.

El 26 de junio de 1973 viaja a Buenos Aires para evitar el regreso del Senador Enrique Erro y al día siguiente se produce el Golpe de Estado y Michelini permanece exiliado en Buenos Aires, desde donde llevó a cabo una gran batalla denunciando, entre otras cosas, las violaciones a los derechos humanos del régimen cívico-militar uruguayo, no sólo en Argentina sino también en todos los foros internacionales que estuvieron a su alcance.

Una de sus hijas, Elisa, encarcelada por su militancia política, fue torturada como método de presión para que Michelini detuviera su accionar, cosa que nunca hizo.

El 18 de mayo de 1976 fue secuestrado en Buenos Aires, hallándose su cuerpo sin vida, asesinado, el 21 de mayo, junto con el del ex diputado Héctor Gutiérrez Ruiz, que también había sido secuestrado, y los de los ex militantes guerrilleros Rosario del Carmen Barredo y William Whitelaw.

Con el regreso a la democracia en Uruguay, en 1985, el Parlamento rindió homenaje a ambos legisladores asesinados en Buenos Aires y aprobó la creación de una Comisión investigadora sobre sus asesinatos. En abril de 1986, la Comisión recibió el testimonio de una enfermera que declaró que a fines de mayo de 1976 habría atendido al capitán de ejército Pedro Mato emocionalmente conmocionado por el remordimiento -que decía- le provocaba ser el autor del disparo que habría causado la muerte de Zelmar Michelini.

Días más tarde, el diario El País en la sección «El duende de la trastienda» a cargo del periodista Daniel Herrera Lussich, publicó las declaraciones de la enfermera que tenían el carácter de secretas. Esta filtración dañó la confianza y credibilidad de la Comisión. Hasta el día de hoy se desconoce al autor de la filtración y existen diversas interpretaciones tanto sobre su identidad como sobre el objetivo de la filtración.

El 16 de noviembre de 2006 el juez uruguayo Roberto Timbal sometió a proceso y a prisión preventiva al ex dictador Juan María Bordaberry y al canciller de la dictadura militar uruguaya, Juan Carlos Blanco, imputándoles la autoría intelectual de dichos crímenes.

En marzo de 2010 la fiscal Mirtha Guianze solicitó una condena de 30 años de prisión para Bordaberry y para Blanco por los asesinatos de Michelini, Gutiérrez Ruiz, Barredo y Whitelaw en 1976.