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Ed. Instituto de Investigaciones Históricas de la Manzana de las Luces, año 2005. Tamaño 30,5 x 23,5 cm. Incluye 30 reproducciones en blanco y negro. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 34
Cuando el periódico El Argos (1821) bautizó Manzana de las Luces a la manzana en que está situado el antiguo Colegio de los Jesuitas, se refirió a la amplia gama de actividades administrativas, educativas y culturales que se desarrollaban en ese lugar, entre las que figuraba la Academia de Dibujo fundada el año anterior.
Merece destacarse que dicha Academia, luego cátedra de la Universidad, se instaló el 26 de octubre de 1820, en el año de la anarquía, «el más fatal y desgraciado que hemos tenido en los diez años de revolución» según lo definió Juan Manuel Beruti en su Diario. El general Martín Rodríguez apenas iniciaba su gobierno. A principios de ese mismo mesw se había luchado en las calles de Buenos Aires en forma encarnizada. En ese clima, con la paz apenas recuperada, los recursos humanos y materiales escaseaban.
Pero había voluntad política de seguir y un plantel de jóvenes alumnos interesados en el arte. Esta decisión ejemplar de no postergar las iniciativas de carácter cultural por malas que fueran las condiciones externas y las penurias del erario, indicaba el rumbo a seguir en los próximos años.
Por esa época, el tema de la cultura empezaba a formar parte del debate de ideas acerca de los que convenía a la formación de la incipiente república. En medio de toda clase de incertidumbres y violencias, un puñado de personas ilustradas debatían cuestiones que todavía hoy suscitan interrogantes y discusiones. «El dibujo -escribía el Padre Francisco Castañeda- es el arte más a propósito para que despierte en los jóvenes el buen gusto y la afición a todas las artes, liberales o mecánicas». Otro religioso, el chileno Camilo Henríquez, opinaba: «el arte del dibujo complementa una educación en armonía con los nuevos destinos de la República».
De esa Cátedra instalada en la histórica Manzana, surgió la primera generación de artistas argentinos. Dichos artistas, cuyos nombres y obra ha rescatado Jorge López Anaya en este cuaderno, reflejaron con talento el paisaje y la gente de la ciudad y la campaña, en la guerra y en la paz, a mediados del siglo XIX. Su mirada contribuyó a elaborar y popularizar una imagen del país en aquellos difíciles comienzos y gracias a ellos sabemos algo más sobre nuestras raíces expresado en el lenguaje del arte.
SUMARIO
1- La pintura en la Manzana de las Luces
2- Los primeros pintores argentinos
3- Profesores de la cátedra de dibujo
4- La cátedra de dibujo desde 1855
5- Una exposición en la Manzana de las Luces (1829)