Ed. Losada, año 1999. Tamaño 21 x 13 cm. Traducción y prólogo de Jorge Santiago Perednik. Nuevo, 428 págs. Precio y stock a confirmar.

Nacido en Dublin (Irlanda) hacia 1667, el autor fue uno de los más grandes escritores ingleses. Pluma brillante del partido tory -al que pertenecía- defendió, no obstante, las concepciones liberales y humanistas de su época. Crítico implacable de las costumbres de su país, sensible a las cuestiones sociales, fue autor de innumerables panfletos en donde la ironía -sumada a su excelente escritura- lo convirtieron en un hombre polémico para la Corte.

Sus escritos e ideas atacaron apasionadamente a la sociedad de su tiempo. En 1742 lo declararon oficialmente alienado mental y falleció tres años más tarde. Los viajes de Gulliver, en lo que respecta al armado del libro, se podría considerar un monstruo típico, una combinación nueva de elementos preexistentes, en tanto preexisten no sólo la combinación de palabras que se usan, los recursos empleados, sino incluso las historias que se cuentan.

El episodio del águila que en la Segunda Parte alza la caja donde vivía Gulliver y le permite volver a su hogar ha sido reescrito una y otra vez desde Las mil y una noches, que ya es una reescritura; vehículos aéreos como la isla voladora fueron mencionados en numerosos libros, por ejemplo en los Estados del Sol de Cyrano de Bergerac. Tampoco ha sido Swift el primero en concebir seres gigantes, o seres ínfimos, o cudrúpedos racionales. Si alguna virtud tienen las aventuras de Gulliver, ella no es ni quiere ser la novedad imaginativa. Hay algo más relativo al origen y la originalidad de este libro.

En 1713 Swift cofundó con otros importantes autores el Scriblerus Club, durante cuyas veladas se convino en redactar las memorias de un ficticio Dr. Martin Scriblerus. Ellas incluirían la descripción de cuatro viajes narrando sucesivamente sus visitas a un imperio de gente minúscula, otro de gente gigante, un tercero de filosófos matemáticos y un cuarto en el que se concentraba un odio genético hacia la raza humana; además, en esas reuniones se comentaron una multitud de libros que podrían tomarse como los antecedentes literarios de estos viajes gulliverianos: los cantos XVII y XIX de la Ilíada de Homero, La historia verdadera de Luciano, Los pájaros de Aristófanes, las Imágenes de Filóstrato, Las mil y una noches, Gargantúa y Pantagruel de Rabelais, Historia cómica de la Luna y el Sol de Cyrano de Bergerac, Viaje a Nueva Holanda del capitán William Dampier, citado en la «Introducción» de Los viajes.

El Club se disolvió bien pronto, antes de que el proyecto tomara cuerpo, pero con Los viajes de Gulliver Swift volvió propio lo que sus contertulios habían imaginado y lo realizó a su peculiar manera. En 1726 el autor viajó a Inglaterra con el manuscrito completo del libro. El 11 de agosto el editor Motte se lo compró por 200 libras esterlinas. El 28 de octubre apareció publicado en dos volúmenes. Los viajes de Gulliver también podrían ser leídos como un libro utópico cuyo principal propósito es describir sociedades inexistentes.

Algunas utopías, ofreciendo al lector el goce artístico de un mundo mejor, tienen una función consoladora y por ende conservadora respecto de la realidad en que se vive; otras por el contrario generan cierta inquietud que conmueve al lector y al statu quo. Hay utopías que se proponen como realizables, incluyendo un modelo de funcionamiento social, y de este modo estimulan las transformaciones; las sociedades de Los viajes de Gulliver, en cambio, son parcial o totalmente impracticables: en ellas la ficción es un modo de contraste con la realidad, un momento puramente crítico. Interrogan sin concesiones a las sociedades británicas contemporáneas al libro, pero también, por extensión, a las sociedades occidentales en general y aun a las sociedades humanas de todos los tiempos.

Por lo demás tampoco faltanm las críticas a diversos aspectos de las sociedades descubiertas en los viajes; Gulliver, en tanto extranjero, mira con ojos en parte admirativos en parte censores lo que ve. Los Viajes dicen todo el tiempo: la sociedad británica eslá llena de defectos, y es posible cambiarlos, como muestran estas sociedades que Gulliver describe, pero incluso estas últimas también están llenas de defectos.

En resumen: la utopía para Swift no es ninguna panacea. Políticamente lo malo es mejorable, pero aun tras la mejora persistiría lo malo, tal el apotegma que da a conocer Gulliver, su fórmula del pesimismo, que se sostiene argumentalmenle en los defectos insalvables del ser humano.

Indice:
Prólogo.
Cronología.
Carta del capitán Gulliver a su primo Sympson.
El editor al lector, por Richard Sympson.
Parte 1: Un viaje a Lilliput.
Parte 2: Viaje a Brobdingnag.
Parte 3: Viaje a Laputa, Balnibarbi, Luggnagg, Glubbdubdrib y Japón. Parte 4: Un viaje al país de los houyhnhnms.