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Ed. Península, año 1999. Tamaño 23 x 15.5 cm. Tapa dura. Traducción de Carmen Bartolomé Corrochano y Diego Juan Puls. Estado. Excelente. Cantidad de páginas: 350

Los Señores del té, de Hella S. HaasseEn 1871, Rudolf Kerkhoven,joven holandés de veinticuatro años, finaliza sus estudios en la escuela técnica de ingenieros de Delf y se traslada a las Indias Orientales (Java), donde reside ya su familia, para dedicarse al cultivo del té.

Tras un tiempo prudencial de prácticas como encargado en diferentes plantaciones, Rudolf se instala por fin en un terreno abrupto y más bien salvaje. La lucha contra la naturaleza lo llevará a crear, gracias a un esfuerzo sobrehumano, un floreciente imperio económico, a cuya consecución lo sacrificará todo, inclusive su vida familiar, que acabará en tragedia. El ciclo vital de Rudolf, a partir de este momento, quedará cerrado.

Hella S. Haasse ha sabido combinar en Los señores del té la narración de una vida con la recreación de ambientes y lugares de una época pasada para darnos una novela de gran calado humano y de profundos sentimientos personales.

El material del que parte Haasse es puramente documental, si bien la trama no reproduce el pasado, no lo imita, tampoco lo explica, lo comprende y lo simboliza, se constituye en su correlato alegórico.

Utiliza la intriga narrativa como medio de comprensión de unas vidas, de una situación histórica, de una mentalidad, que abarca una profunda transformación, desde un sistema colonial basado en unos valores que encarna Rudolf, fiel exponente de un tiempo y un pueblo, el holandés, hasta la llegada del nuevo siglo y sus cambios, tanto en ese sistema familiar que configuran cada uno de los plantadores y sus respectivas unidades familiares, como en sus vínculos con los nativos de Java y las diferentes tipologías de relaciones interpersonales que aparecen a lo largo de la narración.

El relato de Haasse resulta así la memoria fiel de un tiempo y sus transformaciones, una visión objetiva y real, minuciosamente narrada, de un espacio, de una naturaleza selvática y nueva, en la que luchan unos seres con unos principios, con unos sentimientos y frustraciones, que son metáfora de la historia cotidiana.

En Los señores del té la Historia con mayúscula queda en un segundo término, el protagonista vive inmerso en su microcosmos, en la lucha diaria contra las adversidades de su trabajo, dejando de lado otras circunstancias tanto históricas como personales. El resultado es una narración vigorosa, exacta, objetiva, que deja el claroscuro de la intrahistoria en un lugar destacado, con un pulso novelesco que utiliza fragmentos epistolares como fórmula de ceder voz en primera persona a unos seres que van cobrando nitidez y misterio a la vez.

Sobre la autora
Hella S. Haasse (1918-2011) fue una destacada escritora holandesa. Ha escrito obras de teatro, poemas y ensayos, pero es conocida principalmente por su actividad como novelista.

Nació en Batavia, (antiguas Indias Orientales Neerlandesas). Su madre era la pianista Katherina Diehm-Winzenhöhler y su padre, Willem Hendrik Haasse, era inspector de finanzas. Haasse pasó allí la mayor parte de su infancia , salvo de 1924 a 1928 cuando acompañó a su madre a seguir una cura en el Sanatorio Neerlandés de Davos, Suiza.

Amante de la lectura y del teatro, escribió a los once años su primera novela histórica. Durante sus años de su secundaria descubrió la poesía. En 1938 viajó a los Países Bajos con el fin de estudiar teatro en Ámsterdam y en 1943 se graduó es esa disciplina. No obstante, en 1944 —el año de su matrimonio con Jan van Lelyveld, el redactor de Propria Cures— Haasse abandonó ese camino para dedicarse de tiempo completo a la escritura.

Durante su larga carrera, Hella Haasse ha recibido en su país una gran cantidad de reconocimientos literarios. En 1958 el premio Atlántico Internacional, y en 1960 el Premio Atlántico Internacional por De ingewijden; en 1962 el premio Visser Neerlandia por la obra de teatro Een draad in het donker; y en 1977 el Premio Blanco Literario por Een gevaarlijke verhouding of Daal-en-Bergse brieven.

En 1992, la reina Beatriz le otorgó la Medalla de Oro de las Artes y de las Ciencias de la Orden de la Casa de Orange. Por el conjunto de su obra también ha recibido varios premios de mucho prestigio: en 1981 el Constantijn Huygens, en 1984 el P.C. Hooftprijs (Premio P.C. Hooft), en 1985 el Dr. J. van Praag y en 2004 el Premio de las Letras Neerlandesas.

Haasse ha ocupado importantes cátedras universitarias. En 1986 y en 1987 fue profesora de literatura invitada en la Universidad Católica de Brabante en Tilburgo.

Fue nombrada miembro de honor de la Academia Real Belga de Lingüística y de Letras Neerlandesas en Gante. En 1988 recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de Leiden y desde 1991 fue miembro honorario de la Sociedad de Letras Neerlandesas de esa ciudad.

En 1993 el Museo de Literatura de La Haya organizó una exposición en torno a su obra con motivo de sus 75 años.