Precio y stock a confirmar
Ed. Universidad Diego Portales, año 2010. Tamaño 24,5 x 17,5 cm. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 166
Escribí casi todas estas notas urgido por una fecha de entrega, un número de caracteres que llenar y un tema impuesto completa o parcialmente por alguno de mis editores. Son el resultado de mis gustos y mis lecturas pero también, en parte, del gusto y las lecturas de esos editores, a su vez sometidos a los gustos y lecturas de sus jefes, sometidos por su parte a los gustos y lecturas de los lectores, en el mejor de los casos, o de los avisadores, en el peor.
No dije aquí todo lo que quise, no quise todo lo que dije y sin embargo encuentro en estas páginas una comodidad, una alegría, una coherencia secreta que no esperaba encontrar. Más que una lista de mis lecturas (menos chilenas, menos polémicas y menos caudalosas de lo que aquí aparecen), más que un repertorio de fobias y de ganas, me encuentro con un tiempo, con un mundo. Obligado a torcer el tema que me tocó y el espacio en que tuve que desarrollarlo, me encuentro aquí retorcido y sintetizado, mezclado en polémicas que no esperaba, leyendo libros que nunca habría mirado en ninguna librería y que sin embargo me cambiaron la vida. Veo entre líneas los rastros de un diálogo imposible que me salvó y me sigue salvando de la soledad de los lectores, de su soberbia también, de su forzada miopía o astigmatismo. Como esos muros llenos de marcas que indican el tamaño que ha ido tomando el retoño con el tiempo, lo que más me gusta de este libro son sus vacilaciones, sus énfasis muchas veces desafinados, su tragicómica necesidad de ser entendido, de comunicar el ciego entusiasmo con que empecé a leer y a escribir porque no me dejaban ya, los otros niños, ser al mismo tiempo el bandido y el policía de los juegos, porque me pedían que me decidiera a ser algo igual todos los días y para siempre.
En una época en que todos los libros son o quieren ser descaradamente personales, yo creo cada vez más en los libros que tienen muchos padres. Los que dicen «yo», como pide Stendhal, solo para apurar las cosas, solo para decir con más humildad y más precisión «tú».
Estos artículos merecen, creo, matar árboles y abusar de la paciencia de los lectores, porque a mi voz se añade la de mi época, la certeza y la ceguera de los diarios, revistas y prólogos en que aprendí, en que sigo aprendiendo a escribir, es decir, a leer.
INDICE
Para empezar (Nota del autor)
I- BISABUELOS Y TUTORES
Stendhal, demasiado moderno para ser actual
Contra Flaubert
Tolstoi o la soberbia humildad
Antón Chéjov o la objetividad desesperada
Dos fotos de Joyce
Graham Greene se despide
Carta a Saúl Bellow
Leonardo Sciascia: la verdad como juego de azar
El patriarca solo. Gabriel García Márquez
II- ABUELOS Y PADRES
Un Hamlet terriblemente vivo
Notas para una biografía de Parra
Alberto Edwards Vives, investigador privado
La gloria venérea. Joaquín Edwards Bello
González Vera, utopista y humorista
Enrique Araya: la tragedia del humorista
Revolucionario a pesar suyo. José Donoso
La máquina sin tiempo. Germán Marín
III- LA SITUACIÓN
La situación
El eterno retorno de Miguel Serrano
Los chilenos y la ficción
El espejo «Bonsái»
Sinceridad
Borges y Nabokov
Treinta años de soledad
La necesidad de los dioses
El chiste obligatorio
La generación araña (Una autocrítica)
IV- ESOS INVÁLIDOS
El escritor como guía turístico
Algo parecido a un diálogo
El Quijote gordo
Política shakesperiana
Ka sátira: un género niño
La venganza de Charles Bovary
Esos inválidos
Pifias
Las dos literaturas
Defensa de la ficción
Las novelas y el amor
El dilema del periodista cultural
La ciencia de convertirse en ficción (L. Ron Hubbard)
La inmortalidad del odio