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Ed. Flor de Ceibo, año 2010. Tamaño 20 x 14 cm. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 128

La lucha obrera durante la REvolución Argentina, Carrera033Este trabajo de investigación histórica toma como referente empírico las luchas y los conflictos obreros que, si bien son temas que han tenido un amplio abordaje historiográfico, para nada han agotado los múltiples enfoques desde los cuales se los puede analizar. La lucha de los obreros en Argentina ha tenido diversos momentos de expresión, y eso está relacionado tanto al nivel de organización como al contexto político.

El período abarcado por esta investigación es el comprendido entre 1966 y 1973: la llamada ‘Revolución Argentina’ abre una nueva etapa política que obliga a los obreros a buscar nuevas alternativas para la lucha y para el desarrollo de sus diferentes organizaciones, tanto en sus formas como en sus objetivos.

Entendemos que la lucha obrera puede tener variadas formas, algunas menos visibles, más subterráneas, pero que no por eso dejan de ser manifestaciones de la confrontación que, históricamente, la clase obrera ha tenido con la ‘patronal’.

Ante una correlación de fuerzas desfavorable (como se dio en el período de esta investigación), los obreros temen quedar atrapados en medio de la represión gubernamental y la complicidad sindical; pero eso no amedrenta la lucha o el enfrentamiento, aunque cambian las formas en que se organizan y se llevan adelante, lo que puede provocar menos visibilidad a la lucha, pero no por eso su inexistencia. Los obreros no siempre encuentran la forma de canalizar sus desacuerdos o diferencias, tanto con la empresa como con el sindicato, y es aquí donde se abren nuevas condiciones para la manifestación de un conflicto; el punto es ver quién y cómo canaliza ese descontento, qué utilización política se hace del mismo y descubrir todo el entramado de las relaciones de poder que se ponen en juego en cada disputa.

Si bien es un momento histórico en el cual los conflictos obreros parecen estar focalizados en provincias del interior (Córdoba principalmente), es difícil pensar que una fábrica como la Peugeot, que día a día incrementaba su producción y la cantidad de obreros, pudiera estar exenta de conflictividad, mucho más si lo analizamos en un contexto político social de descontento. Es verdad que el sindicato va a tener un rol protagónico en el desarrollo de las situaciones conflictivas, en el manejo de las mismas y en su intento de ‘control’ laboral, pero no va a poder sofocar las voces que intentan la denuncia, a los obreros que plantean mejoras laborales y disputas sindicales y a todo aquel que, aun atenazado por la empresa y el sindicato, alce su voz y encuentre voluntades dispuestas a la lucha. Y este es el nudo que me propongo investigar:

¿Cuál fue el nivel de conflicto y cómo fue la forma de organización y lucha de los obreros de la fábrica Peugeot durante el período 1966-1973?

Si bien esta es la pregunta principal, hay otras que se derivan y que también formarán parte de la investigación:

¿Qué diferentes organizaciones militaban en la fábrica y cuál fue su grado de participación en los conflictos?

¿Las protestas tenían que ver con cuestiones laborales o con cuestiones políticas?

¿Existió el ‘clasismo’ en la fábrica Peugeot?

¿Qué influencia tuvo, si la hubo, la incorporación de jóvenes a la fábrica?

Si a partir de 1973 se activan una serie de visibles protestas, ¿cuáles y cómo fueron las formas ocultas de protestas anteriores que permitieron su manifestación y visibilidad a partir de 1973?

Es a partir de estas ideas y estas preguntas que podemos plantear hipótesis que intenten dar, a priori, una respuesta a los interrogantes:

-En el contexto represivo de la Revolución Argentina y con la anuencia del SMATA a la política del gobierno, las tensiones laborales en los ámbitos fabriles de la provincia de Buenos Aires y los conflictos que de esas tensiones se derivaron, se expresaron en un nivel espacial y temporal limitados.

-El crecimiento de la producción en la fábrica Peugeot de Berazategui y la continua incorporación de obreros a la planta llevaron a una situación de deterioro en las condiciones de trabajo, especialmente en algunos sectores, que generaron una mayor tensión laboral.

-El incremento de la tensión laboral permitió el desarrollo de conflictos y protestas colectivas acicateadas por la politización de algunos obreros, en su mayoría jóvenes, que se incorporaban a la fábrica.

A partir de los interrogantes y las hipótesis planteadas, nos parece importante definir qué entendemos por conflicto y cómo podemos analizarlos teniendo en cuenta participantes, acciones, objetivos y resultados. Para esta definición deberíamos tener presentes estos tres interrogantes: quiénes generan, organizan y conducen el conflicto; cómo se manifiesta y cuáles son los objetivos: los inmediatos y visibles y los que apuntan a objetivos más amplios.

Entendemos por conflicto obrero cualquier tipo de acción organizada o espontánea llevada adelante en el ámbito de una fábrica por sus trabajadores o personas relacionadas a su mundo político laboral (sindicalistas, líderes políticos o sociales), que expresan un desacuerdo, una oposición, un desafío o un malestar respecto de una decisión o una actitud de la patronal o del gremio en el marco de una demanda local (por ejemplo, el reclamo por la incorporación de un compañero echado), o una demanda que trasciende el ámbito de la fábrica y es parte de los reclamos obreros de una época (por ejemplo, un paro general por aumento de salario). El conflicto obrero tiene diferentes modos de expresarse; algunos son más visibles y otros tienen expresiones más silenciosas y/u ocultas: la huelga o la toma de una fábrica son manifestaciones de un conflicto que intentan provocar una visibilidad mayor y que necesitan de cierta integración y organización para llevarse a cabo; por lo general, se hacen al amparo de un gremio o en base a una férrea organización y decisión de los obreros, ya sean estos de una fábrica, de un gremio o del sector obrero en general.

Pero existen otras formas menos evidentes, que se relacionan con reclamos puntuales que pueden darse solo en una fábrica o en un sector de la misma, que no tienen una dimensión ‘mediática’ y que muchas veces son soslayados a partir de su desconocimiento, no solo por los medios de información masiva, sino también por los historiadores, porque escapan al registro de las agencias estatales, como el Ministerio de Trabajo, los Tribunales de Trabajo, etc. Estos son tan importantes como los otros, con la diferencia de que es más complejo su abordaje y estudio por ser menos ‘visibles’; ejemplos de los mismos pueden ser el paro de algún sector, el boicot a la cadena de montaje, el trabajo a reglamento, los petitorios internos, los reclamos expresados informalmente o las luchas que por varios motivos no trascienden el ámbito de la fábrica.

Otro aspecto fundamental tiene que ver con los objetivos, el ‘para qué’ del conflicto. Las malas condiciones laborales son, en muchos casos, generadoras de tensiones que provocan conflictos cuyos objetivos tienen que ver con su solución o su reparo, pero en muchas oportunidades, las malas situaciones laborales son percibidas por algunos obreros que buscan mejorarlas, pero también disputar el poder o lograr reivindicaciones que trasciendan el reclamo puntual. Todos los reclamos tienen un trasfondo político/sindical y pueden ser utilizados por distintos actores dentro de la fábrica para sacar un provecho o para poner de manifiesto las diferencias y la lucha de intereses que hay en el mundo fabril. Estos reclamos tienen una riqueza analítica importante, ya que cuando vemos un reclamo o conflicto generalizado, tenemos que tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, fue antecedido por una serie de conflictos menores (en cuanto a la visibilidad), pero que fueron los que cimentaron el conflicto mayor.

También es importante tener en cuenta quiénes canalizan ese reclamo o conflicto; puede que sea llevado adelante por los delegados fabriles, puede que sea expresión espontánea de los obreros o puede que sea conducido por alguna agrupación política sindical opositora. Algunos son impulsados desde la misma fábrica, en otras ocasiones se llevan adelante en solidaridad con otros trabajadores y otras veces se enmarcan en el reclamo general del movimiento obrero. Esto hay que tenerlo presente para ver si es un conflicto que se genera en la fábrica o si viene generado por otra situación o por una actividad política sindical que englobe ese conflicto. Ricardo Falcón hace una distinción entre los conflictos ‘orgánicos’ e ‘inorgánicos’, es decir, teniendo en cuenta quién los organizó o dirige; los primeros serían aquellos «(…) que han sido generados por algún tipo de representación sindical local o gremial reconocida: delegados, comisión interna, sindicatos (y los segundos) los que no fueron fomentados ni organizados por ninguna instancia sindical, porque éstas no existen o se desentienden del conflicto».

Las fuentes utilizadas para la realización de esta investigación serán, entre otras, fuentes orales y los informes que la Dirección de Inteligencia de la Policía de Buenos Aires (DIPBA) realizaba sobre los conflictos obreros. A ambas fuentes les cabe, como a toda fuente histórica, las críticas pertinentes en torno a su subjetividad y a sus particularidades. En el caso de las fuentes de la policía (DIPBA), corresponden a un trabajo de seguimiento y redacción que se enmarca en un contexto represivo, condicionado por la Doctrina de Seguridad Nacional, por lo que puede que, muchas veces, acciones típicas del mundo sindical sean redactadas con la carga ideológica de una persona que se encuentra como infiltrado, ya sea como trabajador o como observador de un conflicto. Lo interesante de estas fuentes es que, en muchos casos, los informes vienen acompañados por los diferentes panfletos que tanto la empresa como las agrupaciones sindicales entregaban a los trabajadores; de esta manera se nos permite contar con una fuente primaria y realizar un análisis que no sea solo en función de lo que el policía escribe. Hay que tener presente que esos informes son fruto de un trabajo oculto de personas que deben informar todo aquello que pueda parecer una alteración al orden que ellos intentan garantizar; los trabajos son producto de un observador que responde a una fuerza represiva, que intenta trasmitir lo que él considera significativo, y la redacción está hecha dentro de los parámetros de una prosa policial, sujeta a las particularidades y limitaciones de la misma.

Más allá de sus particularidades, estas fuentes son de un abordaje insoslayable a la hora de realizar un trabajo sobre el mundo obrero y sus conflictos, ya que la meticulosidad con que las fuerzas represivas trabajaban hace que tengamos acceso al relato de diferentes hechos y conflictos, muchos de los cuales, por no alcanzar una dimensión mediática, no pueden ser conocidos, salvo por las entrevistas que podamos hacer a los protagonistas de estas historias, y acá nos adentramos a la otra fuente principal de la que nos valdremos para la investigación: la historia oral.

Desde hace algunos años, en determinados ámbitos académicos, la historia oral se ha convertido en una técnica válida para la recolección de datos, y para acercarse a la experiencia directa de aquellos que fueron protagonistas de los hechos que queremos narrar. Como afirma Alessandro Portelli: «Lo primero que hace que la historia oral sea diferente, entonces, es que nos dice menos sobre los acontecimientos que sobre su significado. Esto no implica que la historia oral no tenga validez factual. Las entrevistas suelen revelar acontecimientos desconocidos o aspectos desconocidos de acontecimientos conocidos (…)».

La riqueza de la historia oral se encuentra básicamente en este punto: el poder entender y analizar un acontecimiento a partir de la experiencia y vivencia de sus protagonistas anónimos. Las experiencias directas de vida de los individuos nos abren la posibilidad de adentrarnos, no solo en los acontecimientos, sino en el impacto o el significado que tuvieron sobre las personas que los protagonizaron. Muchas veces conocemos, por medio de fuentes escritas, acontecimientos históricos relevantes, pero pocas veces sabemos de qué manera fueron vividos por sus protagonistas; la historia oral nos lleva a ese eslabón en donde la historia cobra un sentido distinto si podemos analizarla y redactarla a partir de la vivencia de sus intérpretes.

Las críticas que esta técnica pueda merecer no son más consistentes que las que les cabe a las otras fuentes históricas; la subjetividad es una característica de los individuos y se expresa tanto en una entrevista como en un diario, en una carta, en una publicación, un panfleto o cualquier otra fuente a la cual acudamos para reconstruir un hecho histórico. No debería establecerse una jerarquía de validez de fuentes históricas ni de metodologías, sino la posibilidad de complementar todas las fuentes de las cuales disponemos. No creo que debamos subestimar ni sobreestimar ninguna fuente.

En el caso de esta investigación, la historia oral es una metodología que nos va a permitir ‘entrar’ a la fábrica y conocer aspectos necesarios para entender la dinámica de los conflictos, algo que nos sería muy difícil hacer si apeláramos solamente a las fuentes escritas.

Espero que el libro logre la ambición de que sus lectores puedan adentrarse a la fábrica Peugeot y conocer parte de lo que fueron las luchas de los obreros en esa fábrica y en ese contexto político. Este libro es, básicamente, el estudio de un caso singular, pero a la vez representativo de una etapa y portador de conocimiento relevante para aquellos a quienes nos interesa la historia de las luchas y los conflictos obreros.

Hay muchas historias: mi intención es aportar un relato que sume a esta inagotable y maravillosa profesión de historiar.

Pablo Carrera

INDICE
Prólogo
Introducción
I- El corte temporal elegido va desde el 28 de junio de 1966, que colocó en la presidencia al general Onganía, hasta la vuelta del peronismo al gobierno, con la llegada de Héctor Cámpora a la presidencia el 25 de mayo de 1973
II- Origen de la industria automotriz en Argentina
Peugeot en Argentina
III- Primera parte: 1966-1969
Trabajadores y sindicatos en la «Revolución Argentina»
El SMATA y la Lista Verde
La fábrica de automóviles
Delegados y comisiones internas en la fábrica Peugeot
Desarrollo de los conflictos obreros, 1966-1969
IV- Segunda parte: 1969-1973. El cordobazo
Situación y conflicto obrero en Córdoba (1966-1969)
La herencia del Cordobazo: el clasismo Peugeot a partir del Cordobazo
El caso Lachowski
La empresa y el sindicato contra el Clasismo
La burocracia acorralada
Conclusión
Bibliografía