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Ed. Ciudad Nueva, año 2006. Tamaño 20 x 13,5 cm. Traducción de Honorio Rey. Estado: USado excelente. Cantidad de páginas: 124
Escrito en la cárcel, a 15 kilómetros de Hanoi, en 1980.
Hijos dilectos:
Me encuentro en una nueva etapa: difícil, oscura y sin final. Aquí descubro también peregrinos; los veo como amigos, y todos los acontecimientos como experiencias inestimables. Porque todo es gracia.
En mi noche poblada de silencio y soledad,
pienso en todos y cada uno de ustedes,
haciendo ofrenda de todos a Dios.
Dios me ha dado las horas más bellas de mi vida.
Nunca las oraciones fueron tan ardientes,
ni las misas tan fervientes,
ni más favorables las ocasiones
de unirse al amor de Dios
para manifestar el amor en medio del odio
y sembrar la esperanza en la desesperación.
Se puede perder todo materialmente,
pero si Dios permanece, aún se tiene todo.
Dios es Amor.
El amor me alienta
a amar como Dios ama.
No tengo más nada. Pero cada día,
ofrezco el amor de Dios a todos
en el corazón de Jesús y María.
Yo estoy junto a ustedes,
amándolos y deseándoles el bien,
porque tienen un lugar de primer orden
en mi corazón.
Les he dejado alguna modesta experiencia
en el Camino de esperanza.
Lean mis pensamientos más íntimos
a la luz de la Palabra de Dios y del Concilio.
Mediten, oren, trabajen
para que vuestro corazón
desborde de Amor y de Esperanza…
Colmen las lagunas y las debilidades
debidas a las circunstancias y a las insuficiencias.
Es mi testamento,
a la manera de Pablo VI:
«Mi programa es realizar el Concilio Vaticano II».
Esfuércense por encender la llama de la esperanza
allí donde viven.
Como Juan XXIII
consagro el resto de mi vida
a la oración, al sacrificio, al servicio.
Que Jesús, María, José
sostengan vuestros pasos en el camino de la esperanza.
INDICE
Prólogo
1- La Partida
Si estás atado con una cadena de oro no estás preparado para este camino
2- La Perseverancia
Todos pueden comenzar, pero sólo los dantos logran recorrer el camino hasta el final
3- La Fortaleza
Una sola pasión: el Evangelio. Un solo ideal: la vida de Jesús
4- La Fe
Ilumina al mundo con su llama
5- La Obediencia
Una obediencia gozosa es señal de sanidad
6- La Pobreza
El Señor es tu herencia. ¿No te basta?
7- La Castidad
Endosa la túnica de la pureza, la armadura de la Oración y del Sacrificio
8- La Humildad
Aprende del Señor una nueva lección: ser manso y humilde (cf. Mateo, 11-29)
9- La Sabiduría
La cruz es el libro que nos enseña la verdadera sabiduría
10- La Caridad
La caridad es el signo distintivo del cristiano
11- La Esperanza
Debes estar dispuesto a dar razón, a los demás, de la esperanza que hay en ti (cf. 1. Pedro, 3-15)
12- Vivir la esperanza