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Ed. Alianza, año 1990. Tamaño 18 x 11 cm. Traducción de Teresa Avellanosa Caro. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 294

Por Alexander Lowen

La principal finalidad del esfuerzo psiquiátrico, tanto en el presente como en el pasado, es poner a la persona mentalmente enferma en contacto con la realidad. Si la ruptura con la realidad es grave -es decir, si el paciente no está orientado en la realidad del tiempo, del espacio o de la identidad personal- su condición se describe como psicótica. Se dice que sufre delirios que distorsionan su percepción de la realidad. Cuando la distorsión emocional no es tan grave, se llama neurosis. El individuo neurótico no está desorientado, su percepción de la realidad no está distorsionada, pero su concepción de la realidad es defectuosa; opera con ilusiones y su funcionamiento no está enraizado en la realidad. Porque sufre de ilusiones, el neurótico se considera mentalmente enfermo.

En realidad, no es siempre fácil de definir. Resulta difícil determinar qué creencias son ilusorias y cuáles son reales. La creencia en espíritus, que en un tiempo fue aceptada por la mayoría de la gente, sería considerada hoy como ilusoria, y la visión de un espíritu sería contemplada como una alucinación. Pero con la creciente aceptación de los fenómenos extrasensoriales, esa convicción de que la realidad excluye semejantes experiencias comienza a tambalearse. Una visión demasiado estrecha de la realidad también puede resultar ilusoria. No es raro encontrar que la persona que presume de ser «realista» sea también, en el fondo, ilusoria.

Hay una realidad innegable en la vida de toda persona, y e su existencia física y corporal. Su ser, su individualidad, su personalidad están determinadas por su cuerpo. Cuando cuerpo muere, su existencia en el mundo como persona cesa. Nadie existe separado de su cuerpo. No existe ninguna forma de existencia mental independiente de la existencia física de una persona. Pensar de otra forma es una ilusión. Pero esta afirmación no niega que en la existencia física de una persona haya tanto un aspecto material como otro espiritual.

Desde este punto de vista el concepto de enfermedad mental es una ilusión. No existe perturbación mental que a la vez no lo sea física. La persona deprimida lo está tanto física como mentalmente; ambas cosas son en realidad una sola, pero cada una responde a un aspecto diferente de la personalidad, lo cual también es cierto respecto a cada una de las otras formas llamadas enfermedades mentales. La creencia de que «todo está en la cabeza» es la gran ilusión de nuestro tiempo, ignorando la realidad de que la vida en todas sus manifestaciones es un fenómeno físico.

El término apropiado para describir los desórdenes de la personalidad es «enfermedad emocional». La palabra «emoción» connota movimiento y por lo tanto tiene una implicación física y mental. El movimiento se da en el nivel físico, pero la percepción ocurre en la esfera mental. Una perturbación emocional implica ambos niveles de la personalidad. Y como es el espíritu el que mueve a la persona, el espíritu está también involucrado en todo conflicto emocional. El individuo deprimido sufre una depresión de su espíritu.

Si deseamos evitar la ilusión de que «todo está en la cabeza», tenemos que reconocer que la verdadera espiritualidad tiene una fase física o biológica. De modo similar, tenemos que distinguir entre fe y creencia. Creer es el resultado de una actividad mental, pero la fe está arraigada en los profundos procesos biológicos del cuerpo. No comprenderemos la verdadera naturaleza de la fe a menos que estudiemos estos procesos en los hombres y mujeres que tienen fe y en aquellos que no la tienen. La persona deprimida es, como veremos, una persona que ha perdido su fe. Cómo y porqué la perdió será el tema principal de este libro. A través de este análisis llegaremos a una comprensión de las bases biológicas del sentido de la realidad y del sentimiento de fe. Es imposible exagerar la importancia de esta cuestión, porque la pérdida de fe es el problema clave del hombre moderno.

INDICE
Prefacio
1- POR QUE NOS DEPRIMIMOS
Depresión e irrealidad
La búsqueda de la ilusión
La persona autodirigida
2- ENRAIZARSE EN LA REALIDAD
Euforia y depresión
Enraizar al individuo
Algunos ejercicios bioenergéticos de enraizamiento
3- LA DINAMICA ENERGETICA DE LA DEPRESION
La condición depresiva
La supresión del sentimiento
Suicidio y negatividad
La falta de energía
4- UN CASO DE DEPRESION
El problema
El tratamiento
5- EL PUNTO DE VISTA PSICOANALITICO DE LA DEPRESION
La pérdida de un objeto amado
Una imagen tétrica
Las reacciones ante la pérdida
El duelo apropiado
6- DECEPCION Y AUTODECEPCION
El juego de la educación
La mujer en un pedestal
Amor versus disciplina
7- LA FE
La importancia de la fe
El poder frente a la fe
La psicología de la fe
El crecimiento de la fe
8- LA PERDIDA DE LA FE
la erosión de nuestras raíces
Una epidemia de depresión
La muerte de Dios
9- REALIDAD
Contactar con la realidad
Estar en contacto
10- LA FE EN LA VIDA
El animismo
La libido y la energía
La espiritualidad del cuerpo