Precio y stock a confirmar
Ed. Parsifal, año 1990. Tamaño 21,5 x 15,5 cm. Traducción de Cristina Buchheister. Incluye 23 fotografías en blanco y negro sobre papel ilustración. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 240

Kandinsky y yo, Nina Kandinsky 001Desde 1917, el año de su boda, Nina Kandinsky convivió con el gran artista, al que le dedicó toda su vida. Vivió el desarrollo de su pensamiento y la creación de su obra y participó en todos los acontecimientos de su vida, en sus descubrimientos y problemas, sus dudas y aciertos.

Esto hace que su testimonio viva en un momento fundamental de la historia del arte moderno, en las tendencias artísticas e intelectuales que se desencadenaron en aquel momento.

Los recuerdos de Nina se remontan a la vanguardia rusa de los primeros años de la Revolución, se ocupan de la Bauhaus, del desarrollo de la enseñanza de Kandinsky, con su realización en todos los sectores, en Weimar, Dessau y Berlín, luego evocan la época del surrealismo en París, el contacto con «Chiaers d’art», «Cercle et Carré» y «Abstraction-Création»…

kandinsky y yo, Nina Kandinsky 002«Durante una hora libre del colegio visité en compañía de una de mis amigas una exposición de arte ruso contemporáneo, que tenía lugar en un edificio público en la Bolschaja Dimitrivka. Tengo que admitir que no nos gustó nada, es cierto, las pinturas expuestas ejercían un efecto más bien repulsivo sobre nosotras, con una excepción.

Vimos un cuadro que se distinguía de todos los demás. Por primera vez descubrí aquella fascinación de colores y formas, que luego me ayudarían a introducirme en el mundo de Kandinsky. Desde lejos la pintura daba la impresión de ser un fuego vivo, cuyas llamas oscilantes provocaban maravillosos efectos de colores como por arte de magia. Titubeando y un poco insegura, me acerqué a la extraña obra.

Por primera vez en mi vida estaba ante un cuadro abstracto. ¡Era una imagen fantástica! Es de suponer que me interesé por el nombre del artista, que por fin descubrí en la esquina inferior a la derecha de la pintura: la obra era de Wassily Kandinsky.

Siempre he creído en la fuerza del destino y hasta ahora no he sufrido ninguna decepción en este aspecto. Al contrario, el destino siempre se ha mostrado durante mi vida como un amable compañero en el camino. El ejemplo más elocuente de un designio de la Providencia es mi primer encuentro con aquel hombre, a cuyo lado encontraría yo mi felicidad. Por pura casualidad, si es que lo puedo llamar así, conocí a Wassily Kandinsky.

La forma casual en que conocí personalmente a Kandinsky puede parecer fantástica. Pero lo increíble sucedió realmente y continua estando vivo en mi memoria, tan claro como cuando nos vimos por primera vez.

Un día a finales de mayo de 1916, una amiga me había invitado a comer a su casa. Cuando llegué a la hora acordada, ya había un gran número de personas reunidas. Entre los invitados me llamó la atención un señor, que hacía poco había llegado del extranjero y en su viaje de vuelta se había detenido en Moscú. Recuerdo que tenía que transmitir una noticia a Kandinsky sobre un proyecto de una exposición. Durante la velada estuvo preguntando a los presentes la dirección del artista. También quería saber si alguno de los allí reunidos lo conocía personalmente. Pero sucedió que nadie lo conocía.

Yo conocía al sobrino de Kandisnky, Anatoli Scheiman, el hijo de la hermana de su primera esposa. Le indiqué al hombre la posibilidad de transmitir la noticia a Kandinsky a través de su sobrino. Después de asegurarse de que yo conocía al sobrino de Kandinsky, el señor insistió en que le diese la noticia de primera mano. Aparentemente el asunto le parecía tan importante, que no quería correr ningún riesgo y por ello buscaba un mensajero de confianza.

Kandinsky y yo, Nina Kandinsky 003Por supuesto que al momento me mostré de acuerdo con su propuesta. Al fin y al cabo yo era una jovencita, y me sentía orgullosa de la confianza que este hombre me otorgaba. La misión confidencial me llenaba de una excitación inusual, en la que se mezclaban curiosidad y expectación. Al día siguiente hablé por teléfono con el sobrino de Kandinsky y me dio el número de teléfono de su tío. Entonces llamé a Kandinsky.

Éste se puso al teléfono. Puesto que era la primera vez que oía mi nombre, quería saber de dónde había sacado su número. Cuando le dije que conocía a su sobrino, pareció que desaparecía su reserva del principio.

Sólo entonces pude transmitirle la noticia. Fue una sorpresa cuando, después de despedirme de él amablemente y a punto de colgar el auricular, me dijo con voz suave: «Quiero conocerla personalmente».

No me lo esperaba. Aquel artista, al que yo admiraba después de ver su estupenda pintura, iba a conocerlo en persona. Por un momento se me fue el habla, callé confusa, asustada buscaba las palabras adecuadas y no sabía si debía aceptar o rechazar. Kandinsky, que aparentemente notó mi turbación, salvó la situación diciendo: «Así que nos veremos el día…»

INDICE
I- El encuentro: Moscú 1916
Una tradición rusa
Mi primer encuentro con el arte moderno
Cuando vi el primer cuadro de Kandinsky
Una conversación telefónica
La cita
Una decisión rápida y feliz
Mi origen
El origen de Kandinsky
Se cumple un deseo esperado desde hacía tiempo
II- Los años de Munich: 1896-1914
Munich
El grupo de artistas «Phalanx» y el encuentro con Gabriele Münter
La censura
La «Nueva Unión de Artistas» registrada en Munich
El Jinete Azul
La revolución intelectual artística de Kandinsky
El viaje de vuelta
III- En Moscú: 1915-1921
Moscú
Estocolmo
Tiempo de carencia, tiempo de partir
El catedrático Kandinsky
IV- Bauhaus: 1922-1933
Berlín
Weimar
Dessau
La era Gropius
La Bauhaus con Hannes Meyer y Mies van der Rohe
El realizador, decorador y compositor de escena Kandinsky
V- Los años de París: 1933-1944
París
El amigo Paul Klee
Viajes
Los últimos años de la vida de Kandinsky
Los regalos de Kandinsky
VI- Los recuerdos y el presente

Anja Tschimiakin y Gabriele Münter
Rudolf Bauer
El caso Buchheim
En defensa de las viudas de los artistas
Los problemas con los marchantes de arte
Un gran artista, una personalidad fuera de lo corriente
La patria artística de Kandinsky
Al servicio de la herencia
Homenaje a Nina Kandinsky
El premio Kandinsky
Indice onomástico