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Ed. Alfa, año 1977. Selección de H. A. Murena. Traducción de Sara Gallardo y Eugenio Bulygin. Estado: Muy Bueno, con aproximadamente 10 páginas que presentan marcas mínimas en birome, tal como se muestra en la foto 2. Cantidad de páginas: 140
Gottfried Benn (Mansfeld, hoy Putlitz, Brandeburgo, 1886, Berlín-1956) fue principalmente poeta, pero también practicó la prosa en distintos géneros: ensayo, narración, relato. Es considerado el poeta alemán más importante de la primera mitad del siglo XX. Fue uno de los escritores de mayor influencia antes y después del Tercer Reich.
Hijo de un pastor protestante, estudió medicina y formó parte del cuerpo médico del Ejército alemán. En 1912 publicó su primer opúsculo, Morgue und andere Gedichte (Morgue y otros poemas), en una edición restringida, la cual, empero, generó una álgida polémica y le brindó una fama pública de escandaloso y provocador que nunca lo abandonaría. No obstante esto, el libro despertó el entusiasmo de sus contemporáneos, escritores y artistas gráficos, que se movían en los ámbitos de la nueva vanguardia berlinesa, el expresionismo, movimiento semejante al futurismo italiano y a otras expresiones de vanguardia de la época.
Dentro de la atmósfera y la estética del expresionismo se hallarán enmarcados sus siguientes tres publicaciones; los libros de poesía Söhne (Hijos), de 1913, y Fleisch (Carne), de 1917, así como el ciclo de novelas Gehirne (Cerebros), de 1916, conocida como las Ronne novellen, por ser éste el nombre del personaje central (en realidad un alter ego del autor), o bien como su ciclo bruselense, por haber sido escritas durante su estancia en Bruselas entre 1915 y 1917. Las breves novelas del ciclo son importantes porque constituyen el más lejano antecedente de sus obras de madurez, y porque en éstas es posible observar en acción sus postulados teóricos, de alguna manera anticipados en su poesía, los cuales comenzará a teorizar en las décadas subsiguientes.
El conjunto de lo escrito durante estos años (1912-1917), si bien corresponde con la época de la Primera Guerra Mundial, no puede considerarse strictu sensu como reflejo ni de la contienda ni, mucho menos, de los conflictos morales y sociales que otros poetas y escritores expresionistas retrataron. Por el contrario, la obra de Benn es heredera de la de Nietzsche, y en tal sentido es una constante reflexión de la y sobre la actividad poética en el sentido nietzscheano de «última actividad metafísica del hombre», y por eso mismo, no tanto un reflejo de la realidad histórica circundante, sino del hombre de pensamiento (Denkenmensch) que siempre fue Benn.
A partir de 1920 Benn alternará la escritura lírica con la especulativo-reflexiva a través de ensayos teóricos sobre el ejercicio lírico y la relación del escritor con el poder, lo que lo hará acercarse al nazismo al inicio de la siguiente década, no obstante haber sido abiertamente apolítico, a diferencia de muchos de sus contemporáneos. El pesimismo que heredó de la filosofía nietzscheana, -o mejor- schopenhaurinana y del célebre libro de Oswald Spengler, Der Untergang des Abendlandes (La decadencia de Occidente), entre otras influencias decisivas, lo llevarían a apoyar al nuevo régimen. Sin embargo, la estrecha visión de los guardianes del nuevo Estado lo llevó a verse cada vez más restringido en su actividad literaria, y a recibir constantes ataques de los voceros del régimen.
Empero, el cerco que el Estado nazi había establecido en todas las profesiones le hizo casi imposible a Benn dedicarse al ejercicio de su práctica, por lo que decidió entonces refugiarse en la Wehrmacht, en lo que él llamó, en una carta a Ina Seidel de 1935, «una forma aristocrática de emigración». En 1937 fue expulsado de la Reichsschrifttumskammer (Cámara Nacional de Escritores). En 1938 recibió la prohibición de escribir (Schreibverbot). En 1939 aparecería su último libro bajo el régimen nazi, una recopilación de su obra en prosa, el cual sería acremente censurado y atacado. La actividad literaria dejaría de ser pública, y en un aislamiento total escribiría algunos de sus mejores poemas, en la que es considerada la más fructífera etapa de su trayectoria creativa.
El fin de la guerra no haría que el pesimismo de Benn disminuyese. Habiendo perdido a tres hermanos en la Primera Guerra Mundial, a otros familiares y a su esposa en la Segunda, y pesando sobre él además la prohibición del gobierno aliado en Berlín, todo parecía condenarlo al más atroz olvido. Pero muy pronto Benn se convertiría en el estandarte de su generación, o al menos de aquellos pocos que sobrevivieron a las dos guerras, y su fama en Alemania traspasaría el estrecho círculo vanguardista en que se había mantenido hasta antes de la conflagración.
En 1948 publicaría, fuera de Alemania, en la editorial suiza Die Arche su primer libro original en más de una década, Statische Gedichte (Poemas estáticos). De repente la voz de Benn se alzó por encima de la de todos sus contemporáneos, y la prensa y los lectores no sólo lo recibieron entusiastamente, sino que este hecho significó la reivindicación pública que necesitaba. Se le consideró, entonces, como la única voz auténticamente nueva y profundamente original desde Bertolt Brecht y Rainer Maria Rilke. A partir de entonces, Benn fue reconocido como el poeta vivo más importante en lengua alemana, y el renovador de la poesía lírica de posguerra.
Mantuvo una larga relación amorosa con la actriz Tilly Newes, viuda del dramaturgo Frank Wedekind. En 1956 falleció en Berlín, la ciudad que más amó, y en la que vivió prácticamente toda su vida, a excepción de muy cortas temporadas.
La poesía de Gottfried Benn surge en el contexto histórico-cultural de las vanguardias de los albores del siglo XX. Morgue und andere Gedichte será el libro que marcará su fama en los círculos culturales del Berlín de principios de siglo, y esta fama lo perseguirá hasta mediados de siglo. Morgue es un pequeño ciclo de poemas que refleja la formación médica del autor, en el cual se describen cuerpos humanos mutilados, cadáveres en la morgue, un enterrador, y detalladas descripciones de sitios médicos sin el menor asomo de romanticismo, en escenas de una violencia lingüística y atmosférica no vista en lengua alemana desde el barroco.
Su siguiente publicación, será igualmente un breve opúsculo, Söhne, un poco más extenso que el anterior, en el cual se repiten no pocos de los temas y atmósferas, en una suerte de profundización de las aproximaciones previas. Ambos libros reflejan no sólo una severa crítica a la sociedad materialista, sino que reflejan el cataclismo que se aproximaba, y más que tratarse de obras de corte profético, como se suele pensar respecto no sólo de la poesía del período sino de la de sus contemporáneos expresionistas como Ernst Richard Maria Stadler, Georg Trakl, y Georg Heym, a través de asombrosas imágenes y un poderoso sentido de devastación que proviene no sólo de la experiencia del autor como médico, sino de la herencia filosófica nietzscheana, muestra la deuda del poeta con el filósofo.
Sin embargo, a partir de Fleisch, el título del nuevo material, la poesía de Benn comenzará a experimentar una decidida transformación, y esto lo muestra este volumen al dividir los poemas en bloques claramente identificables, los cuales detallan el nuevo desarrollo de sus ideas, a través de la creación de poemas en clave expresionista en los cuales el autor comienza a desarrollar su teoría del complejo ligúrico, el cual dará origen a su teoría de la Südwort, la palabra meridional o del sur, clave en el desarrollo de su obra y pensamiento. Sus poemas comienzan a transformarse muy rápidamente, adquiriendo un carácter monológico, a veces abiertamente enigmáticos, y de difícil dilucidación.
A la etapa expresionista (1912-1919) seguirá una poesía en la que el tema de la transitoriedad y la forma como elemento clave para vencerla serán predominantes. Y aunque la poesía de este periodo, (1927-1933), parece no reflejar la época ni los debates sociales del momento, puede explicar de manera sesgada las razones por las cuales el poeta decidirá apoyar al nuevo regimen nazi. Lo que él busca en su poesía, vencer el caos de la inmaterialidad a través del ejercicio consciente de la forma, será más o menos lo mismo que los nazis ofrecían a los alemanes de la época: vencer el caos a través de un nuevo orden.
Tras un breve periodo de apoyo al nazismo en 1933, muy pronto Benn verá cómo el nuevo Estado lo perseguirá, al descubrir su pasado expresionista, atacándolo por entrar en la categoría del arte degenerado, aunque, paradójicamente, Heinrich Himmler lo defendería señalando que su pasado resultaba irrelevante. No obstante ello, en 1938 la Cámara de Escritores del Reich prohibiría su nombre y cerraría toda posibilidad de publicar, por lo que Benn tendría que realizar lo que él mismo llamó la forma aristocrática de la emigración.
Aislado de la escasa vida cultural durante la Segunda Guerra Mundial, Benn escribirá una serie de poemas en los cuales el tema del destino del artista y la creación se volverán obsesivos. Al término de la guerra, publicará en 1948, en la editorial Limes, creada ex profeso para servir de tabla de salvación para el poeta, los poemas creados en el aislamiento bajo el título de Statische Gedichte, generando una sorprendente e inusitada reacción de bienvenida, obteniendo un reconocimiento que el autor estaba lejos de imaginar, siendo su reivindicación pública, por encima de las prohibiciones impuestas y de sus errores previos.
Statische Gedichte será formalmente el primer libro de poemas en forma del autor, si se considera que hasta ese entonces sólo había publicado pequeños opúsculos, o recopilaciones de obra, los cuales le habían otorgado un indudable prestigio en los círculos culturales, pero no entre el grueso de los lectores. Este volumen hará que no sólo éste sino la obra previa sea revalorada hasta ocupar un sitio de privilegio en la historia de la literatura alemana.
En sus años finales Benn desarrollará una poesía en la cual la vejez y la situación del artista en la sociedad se harán cada vez más evidentes, a través de un lenguaje lleno de frases melódicas y memorables, combinado con poemas de un lenguaje abiertamente periodístico y coloquial, en los que un pesimismo cada vez más poderoso se hace presente. Sus últimos libros, Destillationen (1951), Fragmente (1953) y Aprèslude (1955) no sólo constituyen la culminación de una obra lírica ejemplar, sino que son el testimonio de un hombre que logra trascender la condición de mediana marginación en que había vivido hasta entonces, sino que continúan el desarrollo de ideas y reflexiones líricas previas: el sitio del artista en la sociedad, la transitoriedad, la creación de formas para vencer tanto a ésta como al caos, hasta desembocar en el tema de la vejez y el destino del arte, del creador y de la sociedad burguesa.
La práctica de la prosa le dará a Benn la oportunidad de desarrollar las ideas que había plasmado en sus primeros poemas. De hecho, no es casual que en su caso se pueda hablar más bien de obra en prosa que de narrativa, pues los primeros textos narrativos del periodo expresionista muestran las mismas características de su obra lírica. No hay una narración en un sentido tradicional, con personajes y diálogos identificables, sino una ruptura de las fronteras, creación de atmósferas enrarecidas, y fragmentación de la estructura narrativa. Sus primeros relatos serán reunidos en 1916 bajo el extraño título de Gehirne (Cerebros), en donde el tema del grupo de «relatos» será el del nacimiento del nuevo hombre.
Aunque la prosa de Benn no es abundante, será suficiente para darle un nombre en la historia de la literatura alemana en ese género. Sus siguientes novelas, Roman des Phänotyp (Novela del fenotipo) y Der Ptolemäer (El tolemaico) aparecerán en 1949, si bien la primera fue escrita hacia 1943, denotan una abierta fragmentación de la estructura narrativa y de todas las convenciones literarias, generando un ejercicio de tipo lírico en el que el lenguaje parece cobrar autonomía y girar en torno a un centro, a partir del cual se desarrolla una escritura que mezcla la reflexión con la narración sin ser ni una ni otra.
En 1950 Benn publicará su obra narrativa más «convencional», Doppelleben (Vida doble), una suerte de autobiografía en la cual se mezclan los géneros y se rompen las fronteras y convenciones literarias a través de confesiones de corte lírico y una prosa de una pulcritud no vista en Alemania desde Nietzsche. En este volumen Benn compondrá una de las piezas prosísticas más impresionantes del siglo XX y considerada por la crítica como una de las más grandes obras maestras de la narrativa alemana del siglo, Block II, Zimmer 66 (Bloque II, habitación 66), en donde Benn relata su estancia en Landsberg entre 1943 y 1945.
Al lado de estas obras «narrativas», Benn cultivará también el ejercicio de algo que podría llamarse «dramaturgia», si no fuese porque, igual que las obras narrativas mencionadas, se trata más bien de creaciones que rompen las estructuras tradicionales de géneros literarios. Más que piezas de dramaturgia, éstas podrían considerarse como formas dialógicas, o diálogos monológicos, en los que un grupo de voces más que de personajes, discuten temas de índole estético y filosóficos. Entre las obras más importantes en este ámbito se encuentran Drei alte Männer (Tres viejos), de 1949, y Die Stimme hinter dem Vorhang (La voz detrás del telón), de 1952. Esta última es quizá uno de sus trabajos más notables en este «género», a través de la generación de una autonomía lingüística en la cual se reproduce, de manera irónica y crítica, una versión paródica de la Creación bíblica.
El género en el que sin duda más brillará Benn, además del lírico, es el del ensayo. La reflexión sobre temas estéticos será un ejercicio constante a partir de la década de 1930. En 1933 aparecerá uno de sus libros más polémicos por su abierta tendencia pro nazi, Kunst und Macht (Arte y poder). Sin embargo, poco se ha señalado que desde el título se trata de una profundización de algunas ideas de Nietzsche. En 1949 aparecerá Ausdruckswelt. Essays und Aphorismen (Mundo de la expresión. Ensayos y aforismos), en el que plasmará de manera teórica los logros y prácticas líricas de las décadas previas, a través del establecimiento «definitivo» de su teoría de la Südwort, del Complejo ligúrico, y de la autonomía lingüística, de eso que algunos críticos han llamado prosa absoluta.
La reflexión ensayística sobre el ejercicio de la palabra lírica se volverá una actividad de enorme relevancia en Benn, y hallará su culminación en su justamente célebre conferencia de 1951, Probleme der Lyrik (Problemas de la poesía lírica), en la que Benn expondrá la poética de toda una vida en su madurez creativa a través de una reflexión que ha ganado desde entonces numerosos lectores no sólo en alemán, convirtiéndose en uno de los textos teóricos más importantes del siglo XX.
En 1954 Benn publicará lo que ha sido considerado su testamento reflexivo, Altern als Problem für Künstler (La vejez como problema para el artista), que se complementa con su último libro, Aprèslude.
La obra de Benn es principalmente heredera y deudora de la de Nietzsche. Benn lleva a cabo la materialización del pensamiento filosófico nietzscheano a través del ejercicio lírico y reflexivo más apasionante del pasado siglo. Desde sus primeros relatos, en Gehirne, Benn retomará todo el elemento dionisíaco de la obra nietzschena, y desarrollará una creación cuya principal característica será la de la eruptividad en sentido dionisíaco. Este elemento eruptivo será uno de sus logros más destacados, y marcará toda su obra. En tal sentido, el Übermensch, el llamado súperhombre nietzscheano, verá en Benn a su mayor representante, pues lejos de las manipulaciones nazis y las alteraciones de su pensamiento a lo largo del siglo, hará posible la generación de nuevos valores, de nuevos paradigmas, a través de una obra que ya no se sustentará en una perspectiva romántica (inspiración) sino nietzscheana (producción).
El reconocimiento que Benn recibe terminada la Segunda Guerra Mundial y la forma en que su obra se posiciona, pese a las objeciones que hasta fines del siglo XX e inicios del siglo XXI, e influye son el resultado de eso que se puede denominar Übermenschlichkeit, neologismo que sirve para señalar esa cualidad de aquel que traspasa las fronteras de lo que se considera como normal, para establecer nuevos parámetros y nuevos valores.
Indice
1- Problemas de la lírica
2- Taberna Wolf
3- Los franceses
4- Pesimismo
5- Envejecer, problema para artistas
6- Sobre el tema historia
7- Nietzsche cincuenta años después
8- Notas marginales