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Ed. Planeta, año 1992. Tamaño 23 x 15,5 cm. Traducción de Andrea Ferrari. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 290

Emergencia espiritual, Grof231El tema central que exploran en este libro varios autores de muchas maneras diferentes es la idea de que algunas de las experiencias dramáticas y los estados de ánimo inusuales que la psiquiatría tradicional diagnostica y trata como enfermedades mentales son, en realidad, crisis de transformación personal o «emergencias espirituales». En la literatura sagrada de todos los tiempos se han descrito episodios de esta clase como un resultado de las prácticas meditativas y como mojones del sendero místico.

Cuando esos estados de ánimo son correctamente entendidos y tratados con métodos de apoyo antes que suprimidos mediante rutinas psiquiátricas estándar, pueden ser curativos y poseer efectos benéficos para la gente que los experimenta. Este potencial positivo se indica en la expresión emergencia espiritual, que es un juego de palabras que sugiere tanto una crisis como una oportunidad para elevarse a un nuevo nivel de conciencia, o «surgimiento espiritual» . Este libro intenta ser de lectura educativa para las personas que están sufriendo esas crisis, para sus parientes y amigos, para los ministros a los que tal vez consulten y para los terapeutas que las tratan. Esperamos que ayude a convertir tales crisis en oportunidades de crecimiento personal.

El concepto de emergencia espiritual integra hallazgos de muchas disciplinas, incluida la psiquiatría clínica y experimental, la moderna investigación de la conciencia, las terapias experienciales, los estudios de campo antropológicos, la parapsicología, la thanatología, la religión comparada y la mitología. Las observaciones en todos estos campos sugieren fuertemente que las emergencias espirituales poseen un potencial positivo y no se las debe confundir con enfermedades que tienen una causa biológica y requieren tratamiento médico. Como veremos en este libro, tal enfoque es perfectamente coherente con la sabiduría antigua, así como con la ciencia moderna.

El foco de este libro está principalmente, aunque no de manera exclusiva, en las experiencias que poseen un contenido o un significado explícitamente espiritual. A través de los tiempos, los estados visionarios han tenido un rol de suma importancia. De los trances extáticos de los chamanes, o exorcistas, a las revelaciones de los fundadores de las grandes religiones, los profetas, los santos y los maestros espirituales, tales experiencias han sido fuentes de entusiasmo religioso, de notables curaciones y de inspiración artística. Todas las culturas antiguas y preindustriales les otorgaban un alto valor a los estados de conciencia no ordinaria como un medio importante para conocer los aspectos ocultos del mundo y para conectarse con las dimensiones espirituales de la existencia.

El advenimiento de la Revolución Industrial y Científica cambió espectacularmente esta situación. La racionalidad se convirtió en la medida fundamental de todas las cosas, reemplazando rápidamente la espiritualidad y las creencias religiosas. En el curso de la Revolución Científica en Occidente, todo lo que tuviera una relación aun remota con el misticismo era descalificado como un resto del Medioevo. Los estados visionarios ya no eran vistos como complementos importantes de los estados comunes de conciencia que pueden proporcionar valiosa información acerca del yo y la realidad, sino como distorsiones patológicas de la actividad mental. Este juicio se ha reflejado en el hecho de que la psiquiatría moderna trate de suprimir estas condiciones en lugar de apoyarlas y permitir que sigan su curso natural.

Cuando se aplicaron estrategias médicas a la psiquiatría, los investigadores pudieron hallar explicaciones biológicas para algunos problemas con manifestaciones psicológicas. Se descubrió que muchos problemas tenían bases orgánicas tales como infecciones, tumores, deficiencias vitamínicas y enfermedades vasculares o degenerativas del cerebro. Además, la psiquiatría de orientación médica halló el medio para controlar los síntomas de esos problemas para los cuales no se encontraron causas biológicas.
Estos resultados fueron suficientes para que la psiquiatría fuera considerada una subespecialidad de la medicina, aunque aún no se ha encontrado base orgánica alguna para la mayoría de los problemas que tratan los psiquiatras. Como consecuencia de este desarrollo histórico, a las personas que sufren diversos problemas emocionales y psicosomáticos se las llama automáticamente pacientes, y las perturbaciones que las aquejan son consideradas enfermedades de origen desconocido, aun cuando los hallazgos clínicos y de laboratorio de ningún modo sustancian tales etiquetas.

Además, la psiquiatría tradicional no hace ninguna distinción entre psicosis y misticismo y tiende a tratar todo estado de conciencia no ordinaria mediante medicación supresiva. Este desarrollo ha creado una escisión en la cultura occidental. Oficialmente, la tradición religiosa judeocristiana suele presentarse como la base y la columna dorsal de la civilización occidental. Cada cuarto de hotel tiene un ejemplar de la Biblia en el cajón de la mesa de noche y, en sus discursos, los políticos de alto rango hacen referencias a Dios. Sin embargo, si un miembro de una comunidad religiosa tuviera una poderosa experiencia espiritual semejante a aquellas que han tenido muchas figuras importantes de la historia del cristianismo, el ministro promedio enviaría a esa persona al psiquiatra.

Durante las últimas décadas ha estado cambiando rápidamente esta situación. La década del ’60 trajo un movimiento de interés en la espiritualidad y en la exploración de la conciencia que se manifestó de muchas maneras diferentes, desde el renacimiento de las prácticas espirituales antiguas y orientales a las psicoterapias experienciales y a la autoexperimentación con drogas psicodélicas. Por entonces, mucha gente se dedicó con sumo interés a la meditación y a otras formas de práctica espiritual, sea bajo la guía de un maestro o por su propia cuenta.

Dado que tales técnicas están diseñadas específicamente para facilitar la apertura espiritual, para mucha gente la espiritualidad se convirtió en una cuestión de experiencia personal antes que algo aumentando continuamente el número de los que han experimentado estados místicos y paranormales. Como lo indican las encuestas anónimas realizadas por el ministro y autor Andrew Greeley y por George Gallup, una notable proporción de la población admite ahora haber tenido esas experiencias. Si bien no se dispone de datos estadísticos confiables, también parece ser que crece de año en año el número de dificultades relacionadas con las experiencias espirituales.

Antes que concluir por el evidente aumento de experiencias místicas y visionarias que estamos en medio de una epidemia global de enfermedad mental, debiéramos reevaluar la relación entre psiquiatría, espiritualidad y psicosis. Ahora estamos comprendiendo, para nuestra sorpresa, que en el proceso de relegar las experiencias místicas a la patología tal vez hayamos volcado al niño junto con el agua del baño. Paso a paso, la espiritualidad está haciendo su retorno a la psiquiatría moderna y a la ciencia en general.
La popularidad del psiquiatra suizo C.G. Jung, cuyo trabajo precursor representa un hito en la nueva apreciación de la espiritualidad, crece rápidamente entre los profesionales de la salud mental, en los ámbitos universitarios y en los círculos legos.

Otro tanto sucede con la psicología transpersonal, una nueva disciplina que une la ciencia con las tradiciones espirituales. La convergencia entre los avances revolucionarios de la ciencia moderna y la visión del mundo de las escuelas místicas ha sido el tema de muchos libros populares y profesionales que han gozado de amplios públicos. El sano núcleo místico que inspiró y nutrió todos los grandes sistemas espirituales ahora está siendo redescubierto y reformulado en términos científicos modernos.

Es creciente el número de personas que parecen estar comprendiendo que la verdadera espiritualidad se basa en la experiencia personal y es una dimensión muy importante y vital de la vida. Tal vez debamos pagar un precio muy alto por haber rechazado y desechado una fuerza que nutre, habilita y le da sentido a la vida humana. En el nivel individual, el resultado parece ser un modo de vida empobrecido, infeliz e insatisfactorio, además de una cantidad mayor de problemas emocionales y psicosomáticos. A escala colectiva, la pérdida de espiritualidad podría ser un factor significativo en la peligrosa crisis global presente que amenaza la supervivencia de la humanidad y de toda la vida en este planeta. En vista de esta situación, pensamos que es importante ofrecer apoyo a la gente que sufre crisis de apertura espiritual y crear circunstancias en que pueda comprenderse plenamente el potencial positivo de esos estados.

Pero también parece necesario hacer una advertencia. Los episodios de estados de conciencia no ordinaria cubren un espectro muy amplio, de los estados puramente espirituales sin ninguna característica patológica a los estados que son de naturaleza claramente biológica y requieren tratamiento médico. Si bien los enfoques tradicionales tienden a considerar patológicos los estados místicos, existe el peligro opuesto de espiritualizar los estados psicóticos y de glorificar la patología o, lo que es aun peor, desatender un problema orgánico.

La atención transpersonal no es adecuada para estados de naturaleza claramente psicótica, caracterizados por una falta de discernimiento, ilusiones paranoicas y alucinaciones y formas de conducta extravagantes. Las personas con problemas crónicos y largas historias de tratamiento institucional que necesitan grandes dosis de sedantes obviamente no son candidatas para los nuevos enfoques. Pero estamos convencidos de que a pesar de las posibles aplicaciones erróneas de la categoría de la emergencia espiritual, son tan significativos los beneficios para aquellos que están pasando por una crisis de transformación que es importante que continuemos nuestros esfuerzos. El asunto de discriminar entre los estados patológicos y las crisis transpersonales será examinado más cuidadosamente en nuestro ensayo inicial, «Emergencia espiritual: comprensión de la crisis evolutiva».

Nuestro interés en esta área es muy personal y está estrechamente relacionado con nuestra propia historia. Stanislav inició su carrera profesional como psiquiatra tradicional y analista freudiano. Una experiencia profunda en una sesión psicoldélica realizada con fines instructivos atrajo su atención a los estados de conciencia no ordinarios. Más de tres décadas de investigación y de observación de las experiencias no comunes de los otros y propias, inducidas por una variedad de medios, lo convencieron de que la actual comprensión de la psiquis humana es superficial e inadecuada para dar cuenta de los fenómenos que él ha presenciado. También comprendió que muchos de los estados que la psiquiatría considera manifestaciones de enfermedades mentales de origen desconocido son en realidad expresiones de un proceso autocurativo en la psiquis y en el cuerpo. Se convirtió en el interés de su vida explorar el potencial terapéutico de esos estados y los desafíos teóricos asociados con ellos.

El interés de Christina Grof en el área de la crisis espiritual también es consecuencia de una profunda motivación personal. Experimentó un despertar espiritual espontáneo y completamente inesperado al dar a luz, seguido por años de dramáticas experiencias que variaban entre las infernales y las extáticas. Después de años de búsqueda, descubrió que sus dificultades coincidían perfectamente con las descripciones del «despertar Kundalini», un proceso de apertura espiritual descrito en las sagradas escrituras hindúes (Lee Sannella examina ese fenómeno en «Kundalini: clásico y clínico», incluido en la Parte II de este libro).

En 1980, en el intento de facilitar la situación para otros que atravesaran una experiencia semejante, Christina fundó la Spiritual Emergence Network [Red de Emergencia Espiritual] (SEN), una organización mundial que apoya a los individuos en las crisis espirituales, les brinda información que les aporta un nuevo entendimiento de su proceso y los asesora en cuanto a las alternativas disponibles al tratamiento tradicional. La tarea de SEN se describe plenamente en el ensayo de Jeneane Prevatt y Russ Park «La Red de Emergencia Espiritual (SEN)» en la sección final de este libro.

El presente volumen es una parte integrante de nuestros esfuerzos. Aquí presentamos una colección de artículos de varios autores que ofrecen una nueva comprensión de experiencias y estados de conciencia infrecuentes y que exploran su potencial positivo y las maneras constructivas de trabajar con ellos. Las colaboraciones corresponden a cuatro categorías amplias, que forman las secciones principales del libro.

La Parte I, «Divina locura», explora la relación entre la psicología, la espiritualidad y la psicosis. Se inicia con nuestro propio ensayo introductorio, «Emergencia espiritual: comprensión de la crisis evolutiva», que delinea el tema de este libro. Define el concepto de emergencia espiritual, describe las formas diferentes que adopta y discute un nuevo mapa de la psiquis basado en la moderna investigación de la conciencia que puede proporcionar una orientación útil para las personas en crisis espirituales.

Roberto Assagioli, psiquiatra italiano fundador de un original sistema psicoterapéutico denominado psicosíntesis, fue un verdadero precursor en el campo de la psicología transpersonal. Como Jung, acentuó el rol de la espiritualidad en la vida humana y formuló muchas ideas que son muy importantes para el concepto de emergencia espiritual. Su ensayo, «Autorrealización y perturbaciones psicológicas», que describe los problemas emocionales que preceden, acompañan y siguen una apertura espiritual, es un documento de gran valor histórico y de importancia tanto teórica como práctica.

El doctor R D. Laing ha sido por muchos años una de las figuras más estimulantes y controvertidas de la psiquiatría contemporánea. Desafiando a la psiquiatría tradicional tanto como a la sociedad occidental, afirma que la cordura de nuestra cultura es «seudo cordura» en el mejor de los casos y que lo que se denomina enfermedad mental no es locura verdadera. La contribución de Laing a esta antología, «La experiencia trascendental y su relación con la religión y la psicosis», es de particular interés ya que expresa su actitud hacia las experiencias místicas y la espiritualidad.

La Parte II, «Variedades de emergencia espiritual», se centra más específicamente en las formas diferentes de crisis evolutiva personal. En «Emergencia espiritual y renovación», John Weir Perry discute un tipo importante de crisis de transformación que llega al núcleo mismo de la estructura de la personalidad como la observó durante años de psicoterapia intensiva con sus pacientes. Perry también resume sus experiencias con una institución de tratamiento experimental en San Francisco, donde los pacientes que atravesaban episodios que tradicionalmente serían vistos como psicóticos eran tratados sin medicación supresiva.

El artículo del psicólogo y antropólogo Holger Kalweit, «Cuando la insania es una bendición», explora la sabiduría de la religión y del arte de curar más antiguos del mundo, el chamanismo. Kalweit demuestra que ciertas formas de sufrimiento y de enfermedad tienen un potencial para la autocura y la transformación. Hecho obvio entre las culturas tribales de todas las épocas, este conocimiento se ha perdido en la sociedad occidental moderna.

La idea del despertar Kundalini, una forma espectacular y pintoresca de apertura espiritual, se ha hecho muy popular en Occidente debido a los prolíficos escritos de Gopi Krishna, erudito de Kashmir que sufrió personalmente una transformación espiritual dramática y difícil de esta clase. En nuestro libro este tema está representado por el ensayo «Kundalini: clásica y clínica», del psiquiatra y oftalmólogo Lee Sannella, que tiene el mérito de haber introducido el síndrome kundalini a los públicos profesionales occidentales. Aquí complementa el punto de vista tradicional con una perspectiva médica y científica sobre el tema.

En «Los desafíos de la apertura psíquica», la asesora transpersonal y adivina Anne Armstrong describe la perturbación emocional y las dificultades psicosomáticas que acompañaron la apertura de su notable dote adivinatoria y que tuvieron como consecuencia una espectacular autocura.

El problema de las personas que han tenido «encuentros con OVNIs» y experimentado otras formas de contactos extraterrestres son tan semejantes a aquellos relacionados con las crisis de transformación que estas experiencias pueden considerarse emergencias espirituales. Este tema se discute en el ensayo de Keith Thompson «La experiencia de encuentro con un OVNI como crisis de transformación».

La Parte III, «La tormentosa búsqueda de sí mismo», discute los problemas que pueden encontrar los buscadores espirituales durante la práctica sistemática. La literatura mística de todas las culturas y épocas ofrece muchos ejemplos de los problemas y complicaciones que podemos encontrar cuando nos embarcamos en un viaje espiritual. Este tema es discutido por dos maestros espirituales muy conocidos y altamente competentes. El ensayo de Jack Kornfield «Obstáculos y vicisitudes en la práctica espiritual» se basa en la tradición budista, con ocasionales excursiones a otros sistemas de creencia. Richard Alpert, más conocido por su nombre espiritual, Ram Dass, describe uno de los frutos de su búsqueda personal rica y fascinante, que se ha extendido por el último cuarto de siglo, en «Promesas y riesgos del camino espiritual».

La Parte IV, «Ayuda para personas en emergencia espiritual», enfoca los problemas prácticos al asistir a los individuos en las crisis psicoespirituales. En nuestro propio ensayo sobre el tema, «Asistencia en emergencia espiritual», exploramos las diferentes formas de ayuda que pueden ofrecer las familias, los amigos, los maestros y las comunidades espirituales y los terapeutas profesionales.

Más de un tercio de las personas que sufren una repentina confrontación con la muerte experimenta una apertura espiritual radical y profunda que puede ser muy difícil de asimilar. Los enfoques para ayudar en este tipo de crisis son abordados en el ensayo «Asistencia tras experiencias cercanas a la muerte» de Bruce Greyson y Barbara Harris, prominentes investigadores del campo de la thanatología. Si bien el ensayo se centra en los que proporcionan asistencia profesional, los principios generales delineados por los autores pueden ser de utilidad para todos los que tienen un contacto estrecho con los que están atravesando cualquier forma de emergencia espiritual.

La colaboración de Paul Rebillot, «El viaje del héroe: ritualización del misterio», introduce la perspectiva mitológica y demuestra su relevancia para el problema de la emergencia espiritual. Inspirándose en su propia crisis de transformación y en la obra clásica de Joseph Campbell [El héroe de mil caras], Rebillot ha creado un moderno ritual donde se evoca experimentalmente una crisis de cura simbólica mediante el uso de imaginería guiada, psicodrama, música y juego grupales.

El artículo final, «La Red de Emergencia Espiritual (SEN)» fue escrito por Jeneane Prevatt, actual directora de esa organización y por Russ Park, un estudiante de doctorado muy dedicado a SEN. Describen la historia y la función de esa red mundial fundada en 1980 por Christina para apoyar a los individuos que atravesaban crisis de apertura espiritual.

En el epílogo, hemos tratado de poner el problema de la emergencia espiritual en el contexto de la crisis que está enfrentando la humanidad moderna. Creemos firmemente que la emergencia espiritual -la transformación de la conciencia de la humanidad a gran escala- es una de las pocas tendencias realmente promisorias en el mundo de hoy.

El apéndice proporciona sugerencias para otras lecturas, destinadas a los que desean más información sobre las diversas cuestiones exploradas en este libro. También se incluye una extensa bibliografía sobre emergencia espiritual y temas relacionados.

Esperamos que esta selección de ensayos proporcione información valiosa para los que están atravesando una crisis psicoespiritual y buscan comprensión y tratamiento que apoye el potencial positivo de esos estados.

STANISLAV GROF CHRISTINA GROF
Mill Valley, California, agosto de 1989

INDICE
Introducción
Parte I, Divina locura: psicología, espiritualidad y psicosis
Emergencia espiritual: comprensión de la crisis evolutiva, por Stanislav Grof y Christina Grof
Autorrealización y perturbaciones psicológicas, por Roberto Assagioli
La experiencia trascendental y su relación con la religión y la psicosis, por R. D. Laing
Parte II, Variedades de emergencia espiritual
Emergencia espiritual y renovación, John Weir Perry
Cuando la insanía es una bendición: El mensaje del chamanismo, por Holger Kahveit
Kundalini: clásica y clínica, por Lee Sannella.
Los desafíos de la apertura psíquica: Una historia personal, por Anne Armstrong
La experiencia de encuentro con un OVNI como crisis de transformación, por Keith Thompson
Parte III, La tormentosa búsqueda de Sí Mismo: problemas del buscador espiritual
Obstáculos y viscisitudes en la práctica espiritual, por Jack Komfield
Promesas y riesgos del camino espiritual, por Ram Dass
Parte IV, Ayuda para personas en emergencia espiritual
Asistencia en la emergencia espiritual, por Christina Grof y Stanislav Grof
Asistencia tras experiencias cercanas a la muerte, por Bruce Greyson y Barbara Harris
El viaje del héroe: Ritualización del misterio, por Paul Rebillot
La Red de Emergencia Espiritual (SEN), por Jeneane Prevatt y Russ Park
Epílogo: La emergencia espiritual y la crisis global, por Stanislav Grof y Christina Grof
Apéndice: Otras lecturas
Notas y referencias
Bibliografía
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