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Ed. UNR, año 2004. Tamaño 23 x 16 cm. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 68

Por Berta Wexler

El trabajo de César lsla, «El Movimiento de Mujeres en Lucha y el Plan de Convertibilidad. Lucha por la tierra y formulaciones para salir de la crisis», describe la etapa de los noventa en la República Argentina y el momento en que el gobierno adopta una serie de medidas para el sector agropecuario que repercuten en la vida de las familias campesinas.

A partir de 1990 se introducen cambios que benefician a los grandes monopolios internacionales asociados, en algunos casos, con los nacionales, como forma de acumulación. Lo que lleva a miles y miles de argentinos a una pauperización cada vez más creciente. Se privatizan las empresas del Estado a precio vil, pagado con bonos de la deuda casi sin valor real en ese memento. La apertura económica conduce a una concentración y desnacionalización de la producción industrial, el comercio, la propiedad rural, urbana y de las finanzas, nunca vistas.

Con la derogación de la legislación laboral, se anulan las conquistas obreras y se reimplantan normas de contratación que hacen descender los salarios y favorecen el despido masivo de los obreros. La entrega de la soberanía monetaria se concreta con la convertibilidad del peso en dólar.

Estas políticas acordes con la «globalización», a nivel mundial, acrecientan el desempleo, la desigualdad de los ingresos, la pobreza y las grandes diferencias en el área de educación, tecnología, ciencia y cultura.

La primera parte del libro analiza cómo el decreto 2284, de 1991, desregula la economía, y hace referencia a los aspectos específicos de la convertibilidad en el agro pampeano. En relación con la paridad cambiaria: un peso-un dólar, la eliminación de las retenciones a las exportaciones, la reforma impositiva, la desregulación de los mercados, la reconfiguración del sistema de transporte granario a partir de nuevos impuestos y privatizaciones, una nueva política crediticia y la reducción de los aranceles a la importación, explica cómo están afectados los pequeños y medianos productores. La propaganda de los créditos ofrecidos por el
gobierno para modernizar el campo, hace que el trabajo de los agricultores, supuestamente con mejores rindes y mejor tecnologia, se viera frustrado por el inmenso endeudamiento adquirido.

El autor se documenta y describe los orígenes de las protestas en el campo. Cómo la crisis económica afecta a los chacareros, comerciantes y peones desocupados, y cómo las mujeres se ponen al frente de un Movimiento para frenar las subastas judiciales. En forma espontánea en 1995, el llamado de la esposa del titular del campo, Lucy de Cornelia, por la radio FM de Winifreda, provincia de la Pampa, hace que vecinos, amigos y parientes acudan en su ayuda, el día que la cédula judicial fija para «perder el sacrificio de toda una vida

Lucy encabeza una acción para impedir que se concrete la subasta, con rezos, reclamos y el canto del Himno Nacional. Rodeada de los conocidos que se acercan, inicia así el movimiento de las mujeres chacareras que salen a defender su campo, herramientas y sus hogares para que los acreedores o los testaferros de bancos y terratenientes no se queden con todo, y ellas con nada. Los reclamos
iniciales para que «se detengan las ejecuciones y remates en forma inmediata, que se analice la legitimidad de las deudas, de acuerdo a la modalidad de cada crédito, el refinanciamiento a diez años, incluidos tres de gracia, con tasas que no excedan el nivel internacional, analizando cada caso particular, y la instrumentación de ayudas financieras para promover la producción«, se multiplican en La Pampa, Santa Fe, Buenos Aires, Neuquén, Río Negro, Chaco, Formosa, Entre Ríos, Corrientes y otras provincias argentinas, donde miles de familias chacareras están con juicios tramitados que llegan a la instancia de la subasta. La falta de rentabilidad, hace imposible pagar los créditos a los bancos que con los remates tratan de cobrarse las deudas.

César Isla observa cómo ]as mujeres del MML emprenden acciones locales, regionales y participan de actos y marches desde todas las delegaciones hacia la Plaza de Mayo en Buenos Aires, con tractores y banderas argentinas, cuyas imágenes tan novedosas, recorren a través de la difusión periodística todo el país. Al igual que el abrazo que realizan al Banco de La Nación Argentina en repudio a su posible privatización son importantes para que este plan no se concrete por parte del gobierno. El movimiento va comprendiendo que no se trata de causas particulares, sino manifestaciones de un problema general: que los grandes latifundios en pocas manos son la traba para el desarrollo del campo argentino.

En los últimos años la lucha va tomando un carácter nacionalista, al irse poniendo en evidencia una creciente extranjerización de la tierra.

El autor destaca, además, que a pesar de las contradicciones y diferencias que se plantean entre la Federaci6n Agraria Argentina, CONINAGRO y CRA y las mujeres, participan en acciones conjuntas por los mismos reclamos. Que ellas «no aparecieron para robarles el espacio a los hombres, sino para cubrir espacios vacíos«.

Todas mujeres que, en los años en los que la opinión «seria» del país compara la «globalización» con la «ley de la gravedad», a puro coraje hablan «por sus acciones«, y el autor rescata la idea que la sola presencia de «ellas» en un
remate «es un fenómeno de alto contenido simbólico«. Lo que las hace crecer como movimiento inédito en cada rincón del país.

Del texto podemos extraer citas de entrevistas de las protagonistas. Una dirigente santafesina manifiesta que «son todas mujeres que nunca habían salido a pelear por un granito de arroz, porque la mujer del campo es muy sometida, muy de participar en la economía familiar, pero desde la cocina«. Y otra dirigente de Formosa, al despedirse de un acto, dice: «nos esperan nuestras casas de las que venimos desde tantos kilómetros, leguas y leguas. No nos hemos quedado en ningún momento donde haya una reunión o una Asamblea, un remate…De toda forma lucharemos y estaremos unidas para combatir este modelo económico que está destruyendo la familia argentina«.

Algo que rescata el autor es que, al margen de las cuestiones de género, este movimiento tuvo un aspecto muy particular. Por el hecho de ser todas mujeres las que lo conforman: la impronta femenina tuvo especial impacto«.

De este modo, el autor da pistas para continuar investigando un hecho que no debe pasar inadvertido. Cómo un pequeño número de mujeres, en su gran mayoría relegadas hasta ese momento a lo doméstico, puede haber desarrollado uno de los movimientos de lucha más importantes. Como simplemente se atrevieron con lo que es un «hecho maldito» de nuestro país desde la Colonia: la permenente concentración de la tierra en manos de viejos y nuevos terratenientes, que expulsa permanentemente a la población trabnajadora hacia la desocupación, la pobreza y la exclusión. Y traba el desarrollo de la Nación.

Lo que adquiere más relevancia aún, porque fue iniciado y desarrollado por estas «mujeres comunes» en momentos en que la mayoría de los políticos, «intelectuales» y comunicadores sociales del país, siguiendo la moda, propagandizaban y embellecían otras teorías como la del «mundo uno», la apertura sin límites, y la desregulación generalizada en lo rural.

Difícil es resistir la tentación de evocar a ese otro grupo de «madres y abuelas comunes» que en el terror de la dictadura militar, no se resignaron a la pérdida de sus hijos y nietos. Superaron el «ámbito doméstico» y constituyeron el principal movimiento contra las desapariciones, torturas y asesinatos en el momento más difícl de nuestra historia y contra todos los «bienpensantes» que
silenciaban, minimizaban o embellecían la situación.

Hoy, coma ayer Maria Bulzani en el Grito de Alcorta, el Movimiento de Mujeres en Lucha, está en la pelea del ámbito rural, pero alcanza las grandes ciudades, cuando las circunstancias las llevan para evitar los desalojos, a enfrentar los atropellos cometidos desde el poder. En esos momentos las acompañan numerosas mujeres, también trabajadoras, que entienden que ése se convierte en
el único camino.

Y el trabajo que prologamos es un aporte decisivo para su comprensión.

En sus páginas aparece varias veces el Himno Nacional Argentino, que suena con ecos renovados contra la desnacionalización del país y de nuestras tierras.

Podemos entonces cantar con Juan L Ortiz:

«Sobre la tristeza humilde
profunda
de estos campos
a pesar de su gracia,
cantemos»

INDICE
Prólogo
Introducción
La convertibilidad en el agro pampeano
Las nuevas condiciones de producción
Los conflictos agrarios en los inicios de los 90′
Orígenes del Movimiento de Mujeres en Lucha
El MML y su lucha por la tierra
Las FAA y su postura frente al MML
Características del Movimiento y política comunicacional
Las reivindicaciones del MML
Consideraciones finales
Bibliografía general