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Ed. Doedytores, año 1994. Tamaño 27,5 x 19 cm. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 48
El Husmeante tuvo su primera aparición en una esquiva revista llamada Don que, a comienzos de la década del ’80, dirigía Oscar Steimberg.
Este hijo declarado de Humphrey Bogart, heredero de la estética de Blade Runner, fue una obra premonitoria.
Hoy tiene una actualidad apabullante.
La historia nos recuerda que este personaje nació en el ocaso de la dictadura militar, a pocos meses del comienzo de la etapa democrática. Luder y Alfonsín eran los candidatos, los argentinos vivían la embriaguez de la libertad.
Una de las virtudes de Kafka fue mostrarnos que el mundo kafkiano era posible, y lo fue.
El padre intelectual de El Husmeante, Carlos Trillo, nos mostraba en la carnadura de su personaje, el perfil del argentino de los ’90, hiperinflación y Menem mediante.
El argentino es El Husmeante de hoy, pertenece a la Raza, es de piel clara, alto, culto y de gustos refinados como ellos, los del Primer Mundo. Y aunque estemos mezclados con esos Mutantes de piel cetrina y ojos achinados, orientales o andinos, cualquiera puede ver que no somos como ellos.
Por el dinero perseguimos los ideales de la Raza. Irónicos, a regañadientes, soberbios a veces, allá vamos.
Pero no mojamos.
Ni una vez. Ni siquiera con los Mutantes, a quienes la Raza tanto desprecia pero se nota que no pierde oportunidad de compartir con ellos un revolcón.
Han pasado más de diez años de esta premonición del modelo que nos tocaría vivir.
Argentino, estás abriendo las páginas de un escenario por el cual hacen transcurrir, otros escritores menos artísticos, más siniestros, nuestra historieta cotidiana.
Zambullite en ella, que se te hiele la espalda cuando El Husmeante se hace la puñeta.
Por tu bien, imaginate que otro guión es posible.
Un detalle, los dibujos son de Mandrafina, prestales atención.