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Ed. Paidós, año 1996. Tamaño 22 x 13,5 cm. Traducción de Alberto Luis Bixio. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 132

A fin de situar esta serie de indagaciones, tanto clínicas como teóricas, que desarrollan y profundizan la experiencia del cuerpo en su doble referencia a lo real y a lo imaginario, es indispensable que nos remitamos, una vez más, al descubrimiento freudiano del inconsciente.

Este descubrimiento se articula alrededor del concepto fundamental de los procesos primarios, de los que el sueño ofrece el ejemplo más notable: en el sueño, el funcionamiento mismo del inconsciente coincide con los principios a que está enteramente sometida la actividad onírica. A lo largo de toda la obra freudiana, desde «La interpretación de los sueños» hasta el «Esquema del psicoanálisis», ésta es la conclusión que se mantiene inalterable. En efecto, a pesar de las modificaciones teóricas sucesivas, en todas partes aparece la misma afirmación: por un lado, que «el desplazamiento y la condensación son las dos grandes operaciones a las que debemos esencialmente la forma de nuestros sueños», y por el otro, que «estas dos particularidades nos permiten definir el carácter del proceso primario atribuible al ello».

Sin embargo existe una evidente laguna, inseparable de la tarea heurística misma, que puede comprobarse en el plano de la formulación inicial referente al sueño, a saber, que si la actividad onírica está concebida según el modelo de la alucinación, no está empero relacionada con la proyección. De manera que en «La interpretación de los sueños» no aparece en ninguna parte el término «proyección», ni siquiera en su acepción descriptiva limitada. Pero se verifica un cambio de perspectiva, exigido por la lenta elaboración de la problemática subyacente, cuando en 1917 Freud se pone a considerar el sueño desde el punto de vista de la proyección: «Un sueño nos hace saber que ocurrió algo que tendía a perturbar el descanso del durmiente y nos permite comprender la manera en que fue posible apartar tal perturbación. Por fin, el durmiente soñó y puede continuar durmiendo; la reivindicación interna que quería acapararlo quedó reemplazada por una experiencia externa cuya reivindicación fue satisfecha. Un sueño es pues también una «proyección», es la exteriorización de un proceso interno».

¿Qué otra cosa quiere decir esto sino que «los procesos primarios son objeto de una proyección primordial» cuyo campo se extiende más allá de su función defensiva para coincidir con lo imaginario en sí? Esta sola consideración nos autoriza a dar una respuesta diferente a la cuestión que Lacan, identificando la condensación con la metáfora y el desplazamiento con la metonimia, formula en estos términos: «¿Qué es lo que distingue estos dos mecanismos que obran en el trabajo del sueño, en el que desempeñan un papel privilegiado, de su función homóloga en el discurso? Nada…». ¿Nada?. Sin embargo, si el desplazamiento y la condensación son procesos primarios, son por definición «inconscientes». Esta es toda la diferencia que hay entre: «La lengua es una isla desconocida en la geografía de los sueños» y «Mi alma es una extraña fábrica»; dos metáforas en las que, en virtud de una modificación radical de la función perceptiva, la imagen es a veces proyección y a veces ausencia de proyección.

Proyección que mediatiza el cuerpo propio en cuanto esquema de representación cuyo poder de estructurar puede discernirse en cualquier terreno en que se formule la cuestión del origen de lo representado: del cuerpo, del objeto y de las condiciones de la aparición de éstos. De esta manera y poco a poco, a través de una interrogación que evita encerrarse en sí misma, se perfilan los contornos de una epistemología analítica, la cual proclama que el sujeto es ante todo una totalidad psicosomática.

INDICE
Introducción
I- Cuerpo e identidad. Sobre un caso de despersonalización
II- Cuerpo y espacio. El espacio de lo extraño inquietante
III- Cuerpo y tiempo. Introducción a una teoría del tiempo
IV- Cuerpo y palabra. Génesis de la palabra en un niño psicótico
V- Cuerpo y movimiento. Esbozo de una teoría psicoanalítica de la psicomotricidad
-El nivel histórico
-El nivel clínico
-El nivel teórico
VI- Cuerpo y somatización. El todo y las partes
VII- Cuerpo y narcisismo. Una teoría del rostro
Bibliografía