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Ed. El Aleph, año 2009. Tamaño 23,5 x 15,5 cm. Traducción de Carmen Martín Gaite, Angel Sánchez Gijón, Bernardo Moreno, Miquel Izquierdo, Mercè Ubach. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 926
La presente edición incluye los volúmenes de cuentos de Primo Levi Historias naturales, publicado por primera vez en Italia durante 1966; Defecto de forma, de 1971, reeditado en 1987 con un carta del autor; El sistema periódico, publicado en 1975, y Lilit y otros relatos, aparecido en 1981. Se incluye asimismo otro libro, Ultima Navidad de guerra, un volumen de cuentos dispersos del autor, reunidos por Mario Belpoliti y publicados póstumamente en 2000. Cierran estes Cuentos completos de Primo Levi dos Cuentos dispersos (El fin de Marinese y Carne de Oso), hasta ahora nunca publicados en un volumen ni traducidos al castellano.
De acuerdo con el testimonio de amigos y parientes, así como con sus declaraciones y entrevistas, Levi siempre escribió cuentos, probablemente incluso antes de ser deportado a Auschwitz, la experiencia que, como él mismo repitió en numerosas ocasiones, lo convirtió en escritor. Pero escritor ya lo era. Sus compañeros de universidad recuerdan que uno de los cuentos de El sistema periódico, Carbonio [Carbono], que cierra este libro de 1975, lo había concebido ya en sus años de juventud y contado oralmente, al menos de forma resumida. Muchos de sus cuentos nacieron así, de una práctica oral, a raíz de encuentros y tertulias con amigos.
La mesa como lugar y ocasión para narrar una historia está presente en sus páginas, a partir de la imagen angustiante del sueño que figura en Si esto es un hombre. El regreso a casa, el relato de las monstruosidades del Lager, la mesa, la hermana que se levanta, la desesperación de no ser escuchado ni creído son recurrentes en la narrativa de Levi, tanto en los relatos testimoniales como en los fantásticos. Así, el sueño —pesadilla o visión— parece ser la fuente de muchos de sus cuentos breves, como el propio Levi explicó a los estudiantes de Pesaro que le hicieron una entrevista colectiva.
Fueron sus amigos quienes le aconsejaron poner por escrito sus historias del Lager, así como algunos de los cuentos concebidos a lo largo de los años y sobre los que hablaba de buena gana durante encuentros y paseos. Sin embargo, aunque sus historias tengan un origen oral, Levi es un narrador «escrito». Sus páginas, lo mismo que su discurso oral, están fuertemente determinadas por una estructura que nace de lo ya escrito. Al escucharlo en entrevistas radiofónicas o televisivas, sorprende su fluir rítmico, y no solo eso, ya que pronuncia frases que parecen muy elaboradas, con cada coma y cada punto en su sitio, en las que resuena el eco de su formación cultural, de su voracidad como lector.
Pero, ¿qué tipo de cuentos son los de Levi? Resulta difícil responder a esta pregunta, porque a lo largo de su trayectoria como narrador experimentó con muchos tipos de cuento, sin que le preocupase demasiado si pertenecían a este o aquel género: realista, fantástico, de ciencia ficción, de biología ficción, escena costumbrista, negro, relato jocoso, fábula, autobiográfico, memorialista…
A decir verdad, sus cuentos se asemejan más a novelle que a verdaderos cuentos. Novella, en el sentido de noticia, de nueva, designa un tipo de narración breve centrada en un hecho real o imaginario. Las novelle pertenecen a la tradición literaria italiana, a sus orígenes, el Novellino, el Decamerón, y son anteriores al nacimiento del cuento como tal. Se caracterizan por su brevedad, por la unidad del hecho narrado, por el desenlace que explota a fondo el planteamiento, pero también por la moraleja, la enseñanza que enuncian. La intención del narrador de novelle es casi siempre hacer cambiar a sus oyentes o lectores: persigue la finalidad de docere y no solo la de delectare.
Levi es un escritor moralista, y en ocasiones incluso pedagógico. Se podría decir que es un pedagogo de sí mismo, que escribe en primer lugar para sí y, por lo tanto, también para el lector. Leyéndolo, a menudo se tiene la sensación de que en él sus historias nacen de una necesidad de orden: solo contando los hechos de la vida estos pueden adquirir una «forma», un patrón, y revelar simultáneamente su verdad oculta, o solo olvidada, que el escritor tiene el deseo y al mismo tiempo el placer de comunicar a su público. Probablemente sea la combinación de este placer, a ratos infantil, y de esta alegría, igualmente espontánea, lo que hace que las nouvelle de Levi sean tan ligeras a la vez que tan profundas.
Su modelo, probablemente inconsciente, es la novella italiana que, nacida a finales de la Edad Media, se prolonga hasta los siglos XIX y XX y se caracteriza por ser susceptible de múltiples lecturas, de una pluralidad de interpretaciones: la novella acaricia un secreto sin revelarlo jamás. Otro aspecto que nos induce a pensar en Primo Levi como en un autor de novelle es su tendencia a perseguir la antología, a buscar siempre el formato libro, a inventar marcos para que contengan sus historias, como hace de modo admirable en El sistema periódico.
Todas sus obras, con excepción de la novela Si ahora no, ¿cuándo?, son libros de cuentos que contienen microtextos dentro de un macrotexto, el marco que da sentido a todo el volumen. Unas veces es el título, siempre decisivo para Levi; otras es la propia estructura del cuento lo que transforma, como en el caso de La llave estrella, un libro de cuentos con un único protagonista en una novela. En El sistema periódico el protagonista es el propio Levi, su familia, pero también su lengua. Este volumen de relatos familiares, que contiene en su interior dos cuentos fantásticos, se cierra no por casualidad con una fantasía, con una broma que tiene como protagonista una molécula.
Levi es un narrador extraño. No encaja en ningún categoría preestablecida. Durante mucho tiempo, la crítica ni siquiera lo consideró un verdadero narrador. Las razones de este error son varias. Era considerado el testigo por excelencia y, además, su modo de contar, sus poco comunes novelle, contradecían las taxonomías tradicionales: es un narrador híbrido, impuro, espurio, un verdadero centauro del cuento, mitad narrador realista mitad narrador fantástico. Levi utilizó la figura del centauro, protagonista de uno de sus cuentos más misteriosos, Quaestio de centauris, para hablar de lo que sentía como escisiones: mitad químico mitad escritor, mitad testigo mitad narrador, mitad judío mitad italiano.
Como se darán cuenta los lectores de este volumen, que reúne todos sus cuentos, Primo Levi mezcla las historias reales con las aventuras de ficción. Se sirve de todos los géneros como lo hace el aprendiz de escritor que tiene a su disposición un nutrido abanico de ejemplos y no duda en tomar prestado lo que a cada momento le conviene para proseguir su narración. La fortuna de Primo Levi —a decir verdad, al principio bastante desafortunada— ha sido la de ser un narrador ajeno a la literatura, a la que llegó por instinto y por imitación, y en la que llevó a cabo su aprendizaje, antes y después del Lager, dentro de una tradición, la italiana, que se había quedado al margen del resto de Europa, donde se sucedía una rápida y tormentosa evolución de los géneros literarios, en particular de la novela.
Los ejemplos en los que se inspira Levi y que influencian de algún modo su narración son la novela romántica del XIX, con su costumbrismo, la scapigliatura (movimiento literario y artístico surgido en Milán en la segunda mitad del siglo XIX que cultivó lo onírico y lo fabuloso, así como formas realistas y antiliterarias, desde planteamientos anticonformistas e iconoclastas) y el verismo, que le llegan a través de las lecturas escolares pero también de la heteróclita biblioteca paterna. Y también los narradores de ideas y de experiencias, la literatura científica en su vertiente divulgativa, de la que Levi se proclamó un gran cultor, y que siguió cultivando toda su vida a través de la lectura de revistas como Scientific American. Al lado de estas lecturas científicas, que alimentan su imaginación, están los escritores de ciencia ficción, un género durante mucho tiempo considerado de serie B, la paraliteratura de la que era un apasionado lector y que en 1959 Cario Fruttero y Sergio Solmi recogen en una antología publicada por Einaudi, Le meraviglie del possibile, que Levi lee con atención y que tiene en cuenta muchos años después para realizar su antología personal, que titula La búsqueda de lasa raíces.
Como se ve, las raíces del arte de la novella y el cuento de Primo Levi se hunden en terrenos muy diferentes y alejados entre sí, y se entrelazan con otras cualidades que el lector ahora puede apreciar plenamente: el enciclopedismo, la ironía, la comicidad, el gusto por la paradoja, mezcladas con la destreza y la sutileza de un narrador que halla en la parodia su mayor logro. Precisamente la parodia tal vez sea la clave que nos permita comprender mejor qué tipo de narrador breve es Primo Levi.
El origen de la parodia como género literario es remoto. Según algunos, deriva de la rapsodia, es decir, de la poesía, pero para invertir su sentido, de la seriedad a la comicidad. La parodia refrescaba los ánimos de los oyentes después de los versos de los rapsodas. Los estudiosos explican que la parodia se encuentra en el origen mismo de la prosa, como indica su étimo: «junto al canto», disolución de la palabra misma del canto.
La parodia tiene una gran importancia en la historia de la literatura, constituye la compañera secreta de los géneros literarios, su continua inversión o, aún mejor, su continua desnivelación. Bajtin ha demostrado que el autor de referencia de Levi, Rabelais, es un maestro de la parodia; pero el escritor francés no es el único. También para Dante, otro autor fundamental para el escritor de Si esto es un hombre, la parodia, en particular la sacra, resulta decisiva. Como se ha dicho, «toda cita literal constituye en cierta medida una parodia». El mismo clasicismo de Levi, su remisión a los autores clásicos, de Horacio a Manzoni, pasando por César, Cátulo o Leopardi, tiene una raíz paródica. La parodia se aplica a las obras maestras. Como ha dicho Roland Barthes, «la parodia, que en cierta forma es una manifestación de la ironía, es siempre una parodia clásica».
Buena parte de los escritores más interesantes de la segunda mitad del siglo XX italiano han cultivado la parodia, desde Gadda hasta Manganelli, pasando por Elsa Morante, Landolfi y Pasolini (G. Agamben). Parodiaban el clasicismo y mas tarde su opuesto, el Modernismo, las vanguardias y las antivanguardias. La parodia tiene algo de ambiguo, de inasible, ya que al tiempo que divierte crea también un sutil malestar, afirma lo mismo que desmiente. Es probable que lo que en otros lugares -en los países anglosajones, por ejemplo- se considera posmoderno, en Italia tenga que llamarse literatura paródica. Por una serie de extrañas razones, Primo Levi, esta especie de fósil literario, pertenece de pleno a la literatura de la parodia; sus cuentos y sus novelle dialogan con los posmodernos italianos, no solo con Italo Calvino, sino también con su contrario, Giorgio Manganelli. ¿De qué modo?
Los críticos más atentos comprendieron inmediatamente que en los cuentos de Levi, los más propiamente de ciencia ficción, entre sus «bromas» y las páginas dedicadas al Lager existía un estrecho parentesco. El propio Levi lo sabía. Ya en las primeras entrevistas advierte: «No, no son historias de ciencia ficción, si por ciencia ficción se entiende futurismo, la fantasía futurista barata. Estas historias son más posibles que muchas otras».
Con ello, Levi no alude solo a los «inventos» que pueblan sus dos primeros libros de cuentos, Historias Naturales y Vizio di forma -la máquina que produce versos, la que realiza una forma de realidad virtual, la premonición de la red Internet, la clonación humana, que parece haber previsto antes de tiempo-, sino también a lo posible en la narración, por ejemplo en Angelica farfalla (Mariposa angelical) y Versamina, dos cuentos significativos sobre la manipulación del hombre. Nos habla del horror de lo posible, de lo posible que ha experimentado en el universo trastornado de Auschwitz, donde la racionalidad y la irracionalidad han intercambiado sus papeles y dado lugar a una realidad horrenda.
Los cuentos de Levi, los de sus libros fantásticos, pero también los de El sistema periódico, aluden continuamente al campo de exterminio, explican lo que hay antes de esta posibilidad, y lo que viene después. Y lo hacen no recurriendo a la ficción, sino utilizando su opuesto, la parodia. Como se ha dicho, la parodia no pone en duda la realidad como hace la ficción. Al «como si» de la ficción, que en todo caso mantiene la realidad a distancia, la parodia opone el «esto es demasiado».
Todos los cuentos de Levi, incluso los más divertidos, ocurrentes, amables y ligeros terminan regresando a la naturaleza dual, al espacio que se extiende entre el sueño y la realidad, espacio que sus palabras habitan de un modo aparentemente sereno, inteligente, y siempre problemático. Levi es un escritor profundo que esconde su terrible profundidad en la superficie de las palabras
INDICE
Nota a la edición
CUENTOS COMPLETOS
I- HISTORIAS NATURALES
Los mnemagogos
Censura en Bitinia
El Versificador
Mariposa angelical
«Cladonia rápida»
El orden a buen precio
El amigo del hombre
Algunas aplicaciones de la Mimete
Versamina
La Bella Durmiente en el congelador
La medida de la belleza
«Quaestio de Centauris»
Pleno empleo
El sexto día
Tratamiento para jubilados
II- DEFECTO DE FORMA
Carta al editor (1987)
Protección
Hacia Occidente
Los sintéticos
Visto de lejos
Hombres de negocios
Lucecitas rojas
Vilmy
Con buena intención
«Knall»
Trabajo creador
Nuestras bonitas fichas
En el parque
Sicofante
Recuenco: la Nodriza
Recuenco: el «rafter»
El forjador de sí mismo
El siervo
Amotinamiento
Escrito en la frente
Lo mejor de todo es el agua
III- EL SISTEMA PERIODICO
Argón
Hidrógeno
Zinc
Hierro
Potasio
Níquel
Plomo
Mercurio
Fósforo
Oro
Cerio
Cromo
Azufre
Titanio
Arsénico
Nitrógeno
Estaño
Uranio
Plata
Vanadio
Carbono
IV- LILIT Y OTROS RELATOS
PRETERITO PERFECTO
Capaneo
El prestidigitador
Lilit
Un discípulo
Nuestro sigilo
El gitano
El cantor y el veterano
La historia de Abrón
Cansado de ficciones
El regreso de Cesare
El regreso de Lorenzo
El rey de los judíos
FUTURO ANTERIOR
Una estrella tranquila
Los gladiadores
La bestia en el templo
Disfilaxis
Calor vertiginoso
Los constructores de puentes
Autocontrol
Diálogo entre un poeta y un doctor
Los hijos del viento
La fugitiva
«Querida madre»
A su debido tiempo
Tantalio
Las hermanas del pantano
Un testamento
PRESENTE DE INDICATIVO
Los brujo
El desafío de la molécula
El valle de Guerrino
La joven del libro
Huéspedes
Descodificación
Fin de semana
El alma y los ingenieros
Breve sueño
V- ULTIMA NAVIDAD DE GUERRA
Cena de pie
La entrevista
Hechos para estar juntos
En una noche
Registro
La gran mutación
Auschwitz, ciudad tranquila
Ultima Navidad de guerra
Las dos banderas
Mecano de amor´
Pipeta de guerra
Ranas en la luna
El fabricante de espejos
El pasamuros
Las fans del anuncio de Delta Cef.
Las bodas de la hormiga
Fuerza mayor
Una de suspense en el Lager
Jaque al tiempo
La metralleta bajo la cama
Fray Diablo en el Po
Una nariz frente a otra
En directo desde nuestro intestino: la «Escherichia coli»
La gaviota de Chiavasso
La jirafa del zoo
Amores en la tela
VI- CUENTOS DISPERSOS
El fin de Marinese
Carne de oso