Ed. Alfaguara, año 1998. Tamaño 21.5 x 13 cm. Precio y stock a confirmar.

Delgado Aparaín nació en un paraje cercano a la ciudad de Florida denominado “La Macana”, en 1949. De profesión periodista, escritor y docente, es considerado uno de los principales narradores de Uruguay.

Algunos de sus libros son: Causa de buena muerte; Las llaves de Francia; Querido Charles Atlas; La leyenda del Fabulosísimo Cappi y otras historias; Estado de Gracia; El día del Cometa; La balada de Johnny Sosa; Por mandato de Madre; No robarás las botas de los muertos; Tu nombre flotando en el adiós; El canto de la corvina negra. Su obra ha sido publicada en España y América latina y traducida al holandés, alemán, italiano, inglés, búlgaro, portugués, griego y francés.

Según Delgado Aparaín, la creación literaria es la forma más sublimada de la comunicación. Se inicia en forma balbuceante, progresiva, evolutiva, traumática: comunicación que se instaura antes que nada con uno mismo. Confesó que empezó a escribir como fruto de una crisis de identidad.

“…Entonces admiré el valor que tiene contar historias. Me convencí de que la buena literatura es aquella susceptible de leerse en voz alta, porque está directamente emparentada con la narración oral, y toda transmisión oral que se precie acepta como sustancia básica la libertad del lenguaje: la incorporación continua, en avalancha, de neologismos. Es exactamente lo contrario de lo que hace hoy la comunicación universalizada, globalizada, estandarizada, a los efectos de que se conozca el mismo mensaje en todo el planeta, independientemente de los valores de cada una de las naciones que van a pensar ese mensaje…”

A todo luto le llega su alivio porque la esperanza derrota a las tinieblas; al negro suceden el gris, el violeta y el blanco. Mosquitos es el escenario en el que la picardía, la ternura e incluso la inocencia de los seres más sencillos terminan por imponerse sobre los «malvenidos» y sus cómplices lugareños. El triunfo consistirá en dejar en ridículo a los dueños del poder.

El excéntrico Gregorio Esnal, «aficionado a los hechos inservibles de la historia universal y a las emisiones radiales de onda corta», será el brazo ejecutor de esa imprevista venganza. Inventor de situaciones delirantes, creador de personajes increíbles, Mario Delgado Aparaín se refiere al amor, la amistad, la libertad, y lo hace con la misma llaneza con que expresa los pequeños hechos cotidianos.

Escribir manteniendo el ritmo de la respiración es un arte que se parece mucho a la vida. Ella fluye en estas páginas y en las mágicas clases de Historia de Esnal, que seducen a las señoras del pueblo, haciéndoles sentir cosquilleos sentimentales que jamás confesarían a sus ocupados maridos.