K&ai Ediciones, año 2000. Tamaño 23,5 x 16,5 cm. Tradución de Dora Ivnisky. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 496

Esta presentación en tres volúmenes de Actuel Marx Edición Argentina incluye algunas contribuciones presentadas en el Congreso Marx Internacional II, celebrado en París durante setiembre de 1998.

Volumen I, Claves de la teoría crítica

Congreso Marx Internacional II289Por Jacques Bidet

«La brutal apropiación de todo, no solo de los medios de producción y de cambio, de comunicación, sino de toda la envoltura terrestre en si misma, por una ínfima minoría, retrotrae a la memoria las problemáticas de la división de clase en la sociedad moderna, y de su reproducción. Anuncia, como un doble de la vivacidad imperialista, la instauración de un Estado de clase mundial.

La percepción, de más en más común, del desastre ecológico reenvía a los espíritus más recalcitrantes a las cuestiones abiertas por la «crítica de la economía política». No se tardará en comprender que ella también concierne a la filosofía. Que la filosofía trabaja fuera de sí misma, y que ella, por consiguiente, es trabajada de afuera. Que el movimiento del mundo y el movimiento de los conocimientos, está nuevamente pleno de presupuestos a descifrar.

La política exige unidad de pensamiento. En esa exigencia se encuentra la filosofía, develando todas nuestras divisiones y deseos de superación. El príncipe -el príncipe moderno, la multitud- no lo es si no es filósofo. Pero, no es el «marxismo» el que puede proveer esta identidad filosófico-política. La nostalgia sería mala consejera. El marxismo, como toda tradición teórica, no vive más que con los pensamientos que son radicalmente otros. La unidad de pensamiento que requiere una política de la humanidad no puede sino proceder de una sustancia más rica y más diversa, y perpetuamente (renovable), renovada.»

Lo que estimula la intervención teórica de Marx, es la interferencia entre el saber de la ciencia social y el saber filosófico, y por otro lado, la relación de la filosofía y de la ciencia con la política. Ello, de una manera ejemplar, que lo es en un todo, en un contexto de saber y de cuestionamientos filosóficos y científicos».

INDICE
Presentación
1- Marxismo, neomarxismo y posmarxismo, de André Tosel
2- Marxismo, ética y filosofía, de Yves Quiniou
3- Socialismo, comunismo, humanidad, de Jacques Bidet
4- El capitalismo contemporáneo: el neoliberalismo, de G. Dumenil y D. Levy
5- El anticapitalismo en Marx y Weber, de Michael Löwy
6- El pensamiento político en Federico Engels, de Jacques Texier
7- ¿Qué comunismo después del socialismo?, de Etienne Balibar
Edición Argentina
El debate en el Centro de Estudios Socialistas Alfredo Palacios
Ideas para un debate sobre la «tercer vía», de Carlos Gabetta
La cuestión social y el socialismo en el siglo XXI, de Alberto Kohen

Volumen II, Las nuevas relaciones de clase

Congreso Marx Internacional II290El primer volumen de ACTUEL MARX Edición Argentina del 2000 fue dedicado a presentar algunas contribuciones filosóficas, económicas y políticas debatidas en el Congreso Marx Internacional II. El presente número, el segundo de este año, abarca un conjunto de textos sociológicos y económicos dedicados al análisis de las nuevas condiciones de las relaciones de las clases sociales existentes.

Así como en el volumen anterior los textos del Congreso fueron complementados por trabajos presentados en el Seminario organizado por el Centro de Estudios Alfredo L. Palacios, en éste se incorpora un material de Carlos Mendoza expuesto en el Segundo Encuentro del Nuevo Pensamiento organizado por la CTA, Central de Trabajadores Argentinos que prepara para este año su tercer Encuentro.

El próximo número de la Edición Argentina de ACTUEL MARX versará sobre La Hegemonía Americana completando nuestra publicación de las actas del Congreso pasado y preparando las bases de nuestra participación en el Congreso Marx Internacional III a realizarse en París durante 2001.

La tradición marxista, durante largo tiempo, despreció hasta el oprobio el empirismo sociológico, es decir, la «sociología burguesa», en tanto ésta rechazaba toda referencia a la lucha de clases, desde un dogmatismo anti-científico.

Los artículos que componen este segundo volumen son a menudo divergentes, cuando no contradictorios, pero todos testimonian la voluntad de aprehender la realidad de las relaciones de clases hoy, y deconstruir las teorizaciones invalidadas por la evolución de nuestras sociedades capitalistas, se trate de la polarización en dos clases, dos bloques antagónicos (clase obrera-burguesía), o de la tesis inversa de la «medianización» de la sociedad, del fin de las clases y de las luchas de clases.

Roberto Castel intenta comprender porqué el asalariado obrero ha perdido su hegemonía: él habría sido reatrapado en el sistema, por el desarrollo espectacular de las clases medias durante los años treinta, luego desestabilizado por la precarización de numerosas categorías asalariadas, sobre todo obreras, lo que habría terminado por quebrar las antiguas solidaridades intercategoriales y suscitar una ola de individualización y atomización. Al mismo tiempo, no excluye que las nuevas formas de re-colectivización conduzcan nuevamente a superar esta individualización, como fue el caso en los comienzos de la industrialización.

Michel Verret, si bien no trata de hacer un balance, por lo menos intenta esbozar una visión global de la evolución mundial del sistema de clases. Verret anota a la vez las constantes (dinámica capitalista de dominación y de explotación, economías-mundo, oposiciones centro-periferia) y las mutaciones (difusión capilar general del intercambio monetario, retroceso de las resistencias y de las alternativas, precarización obrera mundial, ampliación de las capas asalariadas intermediarias); y aquí llama a orientar pacientemente los primeros pasos hacia las nuevas movilizaciones colectivas de todos los asalariados a escala mundial.

Louis Chauvel demuestra, apoyándose en estadísticas, cómo las tesis sociológicas del fin de las clases sociales que habrían parecido confirmarse en los años treinta son cada vez menos pertinentes para los períodos recientes: la movilidad ascendente, la expansión rápida de los cuadros y profesiones intermediarias que caracterizan de menos en menos a las generaciones nacidas después de 1950 y, sobre todo, después de los 60-70; de los nuevos ensambles sociales que aparecen y que es menester analizar demandándose si no son portadores de nuevos conflictos de clases.

Es el caso, especialmente para la categoría de los cuadros, como lo analiza Paul Bouffartigue, dejada de lado, en tanto tal, por la sociología académica que abandonó problemática de clases de los años 60-70 en favor de la sociología de las profesiones, aquella categoría ha sido, no obstante, objeto de numerosos estudios empíricos. La síntesis que propone Bouffartigue permite establecer una verdadera «crisis de un asalariado de confianza» al mismo tiempo que un hervidero de viejas contraposiciones cuadros-no cuadros, en favor de un despliegue de posiciones sociales entre asalariado de ejecución y asalariado intermediario.

Los dos artículos siguientes van al encuentro de una tesis muy extendida según la cual la destructuración de la clase obrera habría puesto fin a toda conciencia de clase, donde sea que se forje, en las ciudades, o en los alrededores.

Harco Oberti muestra cómo junto a la atomización e individualización de los jóvenes de las «galeras», en el habitat del submundo de la exclusión del capitalismo globalizado, emerge otra juventud (especialmente muchachas) investidas en el sistema escolar y la vida asociativa, pero que debe contemporizar con un sistema institucional burocrático, para tomar en cuenta las formas nuevas de vida ciudadana. Se trata para él de formas nuevas de consciencia social, o sea de movimientos sociales, pero que reposan sobre otras lógicas que las definidas por la sociología que impregnan los seguidores de Alain Tourain.

Para Laurent Mucchielli, las violencias urbanas de los jóvenes de las ciudades relegadas revelan una «representanción política de clase» que no pueden explicar, ni el conflicto marxista entre dos clases antagónicas, ni el conflicto «tourainiano» centrado sobre el sistema industrial. Mucchielli, en lugar de concluir de ahí una ausencia de movimiento social, ve allí, por el contrario, una acción política que cuestiona «la ausencia de un status ciudadano, fabricado en una parte de la juventud por un sistema socio-económico, una tradición histórica xenófoba y un sistema político ciego». El autor subraya el déficit de repuestas políticas de los partidos de izquierda frente a prácticas que testimonian a la vez una real integración cultural y una ausencia de integración social y política.

Jean Lojkine intenta enlazar la novedad de los movimientos sociales que emergen en Francia (búsqueda de alternativas concretas, batallas por la conquista de la opinión publica, base social amplia y diversificada) con las transformaciones objetivas y subjetivas de las relaciones de clase. A la polarización clase obrera-burguesía, suceden en los nuevos movimientos sociales coaliciones de clase más complejas, menos delegatarias, sin grupo hegemónico. Hoy, con una ubicación central por el movimiento sindical: asociar los cuadros a las luchas reivindicativas, lo que supone una verdadera ruptura con la antigua cultura, puramente contestataria, en favor de un enfoque ciertamente conflictual, pero anclado en propuestas concretas, sobre todo en el campo económico.

A todas estos trabajos que conforman el «dossier» coordinado por Jean Lojkine, agregamos un artículo de Paul Boccara utilizado como base de discusión en el taller dirigido por el autor en el Congreso Marx Internacional II, donde se refiere a las anticipaciones que se encuentran ya en el «Manifiesto del Partido Comunista» para la abolición del proletariado capitalista, a las grandes fases históricas que aportaron críticas a su doctrina, que desembocan en los desafíos de la crisis sistémica mundial en curso, marcada por la explosión del capital financiero, así como del desempleo masivo y la precariedad a escala mundial.

No desconocemos el carácter eurocentrista de muchos enfoques de los trabajos publicados, pero pensamos que constituyen avanzadas en la investigación de los nuevos fenómenos y procesos, como el de las nuevas relaciones de clases, y que son útiles para un estudio de nuestras propias realidades, efectuados con criterios propios.

En la presente Edición Argentina de ACTUEL MARX incorporamos también el trabajo de Carlos Mendoza donde se analizan, con una visión más propia de nuestro país y de Latinoamérica, los cambios en las clases sociales en el marco de la globalización y la revolución informacional. En este enfoque, el autor encara el sujeto social considerando que ya no resulta posible identificar las clases sociales y el sujeto portador del cambio con los criterios y categorías que fueran herramientas tradicionales de los marxistas hasta hace apenas una o dos décadas.

Carlos Mendoza coordinó este volumen que presentamos y precede su trabajo con una interpretación de los artículos publicados.

INDICE
Presentación de MARX 2000
Introducción, de Alberto Kohen
1- ¿Por qué la clase obrera perdió la partida?, de Robert Castel
2- El sistema de clases en la mundialización, de Michel Verret
3- Clases y generaciones. La insuficiencia de las hipótesis de la Teoría del fin de las clases sociales, de Louis Chauvel
4- La crisis de un personal asalariado de confianza. Los cuadros (empleados jerárquicos) desestabilizados, de Paul Bouffartigue
5- Formas y contenidos de una conciencia social entre los jóvenes de los «barrios en dificultades», de Marco Oberti
6- Violencia urbana, reacciones colectivas y representaciones de clase en los jóvenes de los barrios relegados de la Francia de los años 1990, de Laurent Mucchielli
7- Nuevas relaciones de clase, nuevos movimientos sociales y alternativas al capitalismo, de Jean Lojkine
8- Para dejar atrás al proletariado capitalista a través de una seguridad de empleo y formación para todos, de Paul Boccara
9- Las clases sociales y el sujeto social, de Carlos Mendoza
Los autores
Encuentros
Información sobre el Encuentro del Nuevo Pensamiento.
Encuentro por Una Construcción Ciudadana del Mundo
Llamado al CONGRESO MARX INTERNACIONAL III. El Capital y la Humanidad

Volumen III, La hegemonía norteamericana

Congreso Marx Internacional II291El presente volumen se inscribe en una línea de reflexión que se prolongará en el Congreso Marx Internacional III, La humanidad y el capital, que aquí anunciamos para septiembre de 2001.

Para nuestro DOSSIER, La hegemonía de los EE.UU. de N.A., Gilbert Achcar, que ha sido su arquitecto, se dirige esencialmente a autores estadounidenses. Ello indica hasta qué punto nuestro quehacer se aparta de todo antiamericanismo. Achcar se inspira en una autocrítica interna de esta misma sociedad, que, en verdad, es inherente a la sociedad capitalista en su conjunto. Dado que el capitalismo, o mundo moderno, no se compone sólo de naciones yuxtapuestas, susceptibles, cada una por sí, de una «crítica de clase», sino que presenta desde su origen la forma de un sistema-mundo, con un centro (más o menos unificado) que domina las periferias, es necesario que planteemos hoy respecto de los EE.UU., como ayer de Gran Bretaña, anteayer de Holanda, la inquietante cuestión de los fundamentos y la forma de su hegemonía. Esta noción ha adquirido, con los análisis de Weber en términos de Herrschaft y los de Gramsci en términos de egemonia, un contenido bien definido. Ella designa aquello que en la dominación política excede la pura coerción: ese conjunto de condiciones institucionales y culturales que, por una parte, la contradicen y se le oponen, pero sin las cuales esa dominación no se podría ejercer, y que le son consubstanciales. La hegemonía en ese sentido atraviesa el conjunto del sistema-mundo. En el centro, toma la forma de la alianza entre el «líder supremo» y sus asociados subalternos. En la periferia, y sobre todo en las zonas refractarias, tiene la mano pesada y el brazo armado.

Los artículos que componen esta colección estudian sus diversos componentes: militares, económicos, diplomáticos, culturales, en el corto y largo plazo.

Gilbert Achcar recuerda que Paul Kennedy, en su best-seller From one American Century to another: between Hegemony and Domination, 1988, predecía la inexorable erosión del poder americano. Subraya que en realidad, a partir de la época de Reagan, la prodigalidad de los gastos de armamento contribuyó, a través de sus efectos en la economía, a restaurar la hegemonía mundial de los EE.UU. y a modificar la relación de fuerzas con la Unión Soviética. Los EE.UU. estarían hoy más cerca que nunca de realizar el sueño del «siglo americano». Su problema es ahora, precisamente, asegurar esta hegemonía, que reserva para ellos las prerrogativas esenciales, integrando a título subalterno la dinámica de sus aliados.

Como lo muestra Noam Chomsky, los EE.UU. buscan asegurarse, de aquí en más, el derecho de intervenir en cualquier lugar del mundo. La guerra contra Serbia tenía por objeto mantener la «credibilidad» de la OTAN, es decir de los EE.UU., en el uso de la fuerza, estimulando la producción y venta de armamentos y reforzando su control sobre Europa. El Estado americano se conduce como un Estado fuera de la ley, al margen de la ley internacional, y es percibido como tal. El apoyo constante que recibe respecto de la disuasión nuclear no puede sino precipitar la proliferación de nuevas armas de destrucción en masa. Una parte de su estrategia se funda en la idea de que debe aparecer como peligroso e imprevisible. Nada hay en todo ello que responda a un concepto de «seguridad».

Es verdad, subraya Larry Portis, que la desconcertante buena fe con que a veces los líderes de los EE.UU. afirman su voluntad de intervenir en los asuntos del mundo remite a los orígenes, a los mitos fundacionales que modelan el carácter de las «élites» dirigentes. La idea de un «destino manifiesto», manifest destiny, de una misión histórica, la de llevar al mundo entero democracia y civilización, no surge de la simple propaganda. Común a todos los grupos dominantes, a su necesidad de creer en su propia rectitud moral, esa idea hunde sus raíces en una experiencia nacional específica.

Giovanni Arrighi inscribe la coyuntura en la larga permanencia del capitalismo. En la década del 50, la economía americana está aún poco integrada a la economía mundial; y el Estado desempeñará un papel decisivo en su promoción a la categoría de poder internacional dominante a través del estímulo a la industria del armamento. En la década del 70, la acumulación del capital es demasiado rápida para que pueda ser reinvertido productivamente, entonces se encauza hacia la inversión financiera (y la especulación). A principios de los 80, ésta alcanza niveles record, luego del vuelco de la política americana, que ha hecho del Estado su sostén más creíble. Los EE.UU. reproducen así las experiencias genovesa, holandesa, británica, en que la expansión financiera corona cada vez las etapas sucesivas de la formación de un mercado mundial.

Después del derrumbe del sistema monetario de Bretton Woods, explica Peter Gowan, los EE.UU. establecieron el «régimen Dólar-Wall Street», que combina la consolidación del dólar en su posición de moneda internacional y la dominación de las instituciones financieras, mercado de capitales, bancos y fondos estadounidenses. Este régimen, que resulta no de innovaciones financieras sino de la acción de las sucesivas administraciones, constituye un componente crucial de la hegemonía de los EE.UU. El señoreaje del dólar los dispensa, en efecto, de los habituales aprietos de la balanza de pagos. La dominación de Wall Street sobre los mercados financieros y la libre circulación de los capitales les permite utilizar las fluctuaciones del dólar para desestabilizar los mercados emergentes, arruinar los modelos alternativos de desarrollo, tales como los que aparecieron en la década del 80 en América Latina, en Francia, en Yugoslavia, en Hungría o en Polonia, y en los años 90 en Extremo Oriente.

Fredric Jameson muestra cómo la cultura comercial americana tiende a penetrar y a barrer las culturas, incluso las modernas, del Tercer Mundo. Esta difusión va a la par de la conquista económica, emprendida en nombre de la ecuación entre consumo y libertad. Sin embargo esa difusión tiene sus límites, pues la producción cultural de ciertos países del Tercer Mundo se ha vuelto competitiva en el mercado mundial. La resistencia pasa por la activación de las culturas que emergen desde abajo, en su multiplicidad y sus diferencias, pero también por la apropiación de una cultura de masas transnacional.

James Cohen estudia la «latinización» de la sociedad americana, como lo atestiguan las proyecciones demográficas. Es poco verosímil -dice- que los latinos, cuyas actitudes políticas muestran fuertes contrastes, lleguen a constituir en ella un bloque unificado. Y los conflictos previsibles en un modelo de integración que los excluye masivamente parecen de naturaleza menos cultural que socio-económica.

Jacques Bidet, en este texto dirigido al diario Le Monde en los primeros tiempos de la guerra de Kosovo, argumenta contra la noción de «comunidad internacional», tema ideológico insostenible según los presupuestos de la democracia moderna. La elección de «la moral contra el derecho» señala, al mismo tiempo que una manifestación del centro sistémico con miras a lograr el control de las periferias, de valor ejemplar, una verdadera guerra de la OTAN contra la ONU. Una nota sobre el concepto de hegemonía aplicado al sistema del mundo completa su análisis.

La presente edición se completa con trabajos sobre América Latina y la Argentina, que fueron preparados especialmente para este volumen y se relacionan entre sí abordando temas como los de los nuevos rasgos de la hegemonía norteamericana en la región, los nuevos sujetos sociales, la inserción en el nuevo sistema del mundo y la actualidad del pensamiento de Marx.

Varios trabajos fueron presentados en reuniones y debates en las universidades de Rosario, Córdoba y Buenos Aires, en la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), en el Club de Cultura Socialista «José Aricó» y en el VI Encuentro por una Ciudadanía del Mundo a un año de Seattle a realizarse el 30 de noviembre en París, y con idea de que pueda servir para un debate preparatorio del Congreso Marx Internacional III, a efectuarse en setiembre de 2001 en París.

INDICE
Presentación
1- De un siglo americano al otro: entre hegemonía y dominación, de Gilbert Achcar
2- Fuerza, derecho y credibilidad, de Noam Chomsky
3- Los fundamentos estructurales y morales del hegemonismo americano, de Larry Portis
4- Hegemonía americana y mercado mundial, de Giovanni Arrighi
5- El régimen dólar-wall street de hegemonía mundial, de Peter Gowan
6- Notas sobre la mundialización como problema filosófico, de Frederic Jameson
7- La «latinización» de los EE.UU: fisuras sociales y cultura artificial, de James Cohen
8- La ONU y la OTAN, el derecho y la moral. Nota sobre el imperialismo y la hegemonía, de Jacques Bidet
Edición Argentina
Presentación de la edición argentina
1- Revuelta y territorialidad. México, de Ana Esther Ceceña
2- La lucha por la tierra en Brasil, de Rubim Santos Leao de Aquino
3- Contrahegemonía y bloque popular en el levantamiento indígena-militar de enero de 2000. Ecuador, de Francisco
Hidalgo Flor
4- Presentación de Actuel Marx en la Universidad Nacional de Rosario: Rectorado de la UNR, 16 de agosto de 2000
La hegemonía norteamericana y la aplicación global de la metodología de los conflictos de baja intensidad: de la guerra encubierta a la guerra abierta, de Eduardo Luis Duhalde
5- Para una agenda de los problemas mundiales desde el Sur, de Rodolfo Mattarollo
6- Notas sobre el sujeto histórico, de Carlos Gabetta
7- Primeras Jornadas sobre Teoría Crítica en la Universidad de Córdoba. Facultad de Ciencias Económicas, 24 de agosto de 2000
La actualidad de Marx en las ciencias sociales, de Raúl Rodríguez
La ultimodernidad, topología de una alternativa, de Jacques Bidet
8- VI Encuentro Latinoamericano de Revistas Marxistas. Montevideo, 20 a 23 de setiembre de 2000
La hegemonía americana del norte. Argentina y el nuevo sistema del mundo, de Alberto Kohen
COMENTARIOS
Jacques Bidet: «Teoría General», de Edgardo Logiúdice
Giusseppe Prestipino: «Narciso e l’automobile», de Edgardo Logiúdice
Moderno e transmoderno, de Edgardo Logiúdice
CORRESPONDENCIA
Pablo Ghigliani comenta «Claves de la Teoría Crítica». Actuel Marx Nº 1/2000
Charles Quevedo: Actuel Marx en Paraguay