Ed. Fondo de Cultura Económica, año 2012. Tamaño 21 x 14 cm. Traducción de Griselda Mársico y Horacio Zabaljáuregui. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 496

Tiempo del corazón Correpondencia Bachmann Celan478Por Mora Cordeu

La correspondencia entre la austríaca Ingeborg Bachmann (1926-1973) y el rumano Paul Celan (1920-1970) muestra a través del género epistolar una relación marcada por el peso de las palabras o su ausencia, la intermitencia en el silencio, los esporádicos puntos de encuentro y una continuidad en la escritura que persiste en ese territorio común -tan próximo y tan lejano- elegido por ambos.

Las casi doscientas cartas de los principales poetas en lengua alemana de posguerra se extienden desde junio de 1948, cuando Celan le escribe el poema En Egipto, hasta 1961, aunque manda dos cartas posteriores en septiembre de 1963 y la última el 30 de julio de 1967.

«El poeta surrealista Paul Celan, a quien alcancé a conocer hace dos noches (el 16 de mayo de 1948) se ha enamorado de mí, ¡qué magnífico!. Lamentablemente, se tiene que ir a París en un mes. Por el momento mi habitación es un campo de amapolas porque le encanta inundarme de flores», escribe Ingeborg a sus padres.

Cuando los dos se cruzan, ella es una estudiante de filosofía de veintidós años, austríaca, cuyo padre estuvo afiliado al Partido Nacional Socialista de los trabajadores alemanes, mientras que Celan, de 27 años, es judío de origen rumano y ha perdido a sus padres en un campo de concentración alemán.

La correspondencia reunida en este libro está traducida por Griselda Mársico; editada y comentada por Bertrand Badiou, Hans Holler, Andrea Stoll y Barbara Wiedemann, además se incluyen las cartas entre Bachmann y Gisèle Lestrange, esposa del poeta, y entre Celan y el escritor suizo Max Frisch. Al principio es Bachmann quien le escribe de manera entusiasta para chocar con un Celan lacónico que tarda en responderle, aunque con el paso del tiempo será el poeta quien sostendrá la relación por vía epistolar. Siempre hay uno de los dos que la renueva.

La relación de Celan con Gisèle Lestrange, con quien se casa, y el nacimiento de su hijo Eric, produce cortocircuitos entre ambos, pero las cartas prosiguen -muchas escritas por Bachmann quedan sin enviar-; hay encuentros breves, como las jornadas del Grupo 47 en Niendorf a fines de mayo de 1952 y la reanudación de la relación amorosa después de unas jornadas en Wuppertal en octubre de 1957 y hasta mayo de 1958.

El 20 de julio de 1957 le escribe Paul a Ingeborg: Tiempo del corazón, los/soñados representan/la cifra de medianoche/Alguno habó en el silencio, alguno calló,/alguno se fue por su camino/Proscripto y Perdido,/en casa./Ay catedrales, Ay, catedrales no vistas,/ay aguas no escuchadas,/ay relojes bien adentro de nosotros»

Ahora es el poeta en tomar la iniciativa, en tapar los silencios de Bachmann, y esa demanda va tornándose reproche por la actitud que él supone tiene ella frente a las críticas literarias que alteraron profundamente a Celan. Sobre todo cuando lo acusaron de plagiar a otro poeta judío, Yvan Goll (las primeras acusaciones se remontan a agosto de 1953).

Pero la relación epistolar no se interrumpe: «Mañana te mudas a una nueva casa: ¿Puedo ir pronto y salir a buscar una lámpara contigo?», le escribe Paul en noviembre de 1957, utilizando una metáfora que es una constante entre los dos.

Cinco días después, desde Munich, le escribe Ingeborg y le dice: «A veces te hablo a París como si estuvieras solo allí, y a menudo enmudezco cuando me doy cuenta de que tú estás con todo allí, cuando me doy cuento de que yo estoy con todo aquí. Pero después pondremos claridad, y no más confusión, ¡y saldremos a buscar la lámpara!»

Y el 23 de noviembre le responde Paul: «Ahora iré pronto, no por mucho tiempo, por un día, por un segundo día. Si tu quieres y lo permites. Y luego saldremos a buscar la lámpara, Ingeborg, tú y yo, nosotros».

Pero nada saldría según sus deseos. En octubre de 1958 Max Frisch le pide a Bachmann que viviese con él. Ella acepta -ya se ha encontrado personalmente con Gisèle en París- y a la vez le pide a Celan que se escriba con Frisch. Así ocurre, pero no hay una razón lo suficientemente fuerte como para cortar la correspondencia entre Ingeborg y Paul.

Es la crisis psíquica que cada vez envuelve más a Celan la que conspira y termina por quebrar la continuidad epistolar. En 1960, el 25 y 27 de noviembre tienen lugar los últimos encuentros personales en Zurich.

«He dejado atrás un par de años no muy satisfactorios(…)En las próximas semanas se publica un nuevo libro de poemas míos. Hay diversas cosas entretejidas allí, por momentos seguí un camino -estaba prácticamente escrito- «bastante ajeno al arte». El documento de una crisis, si quieres. ¿Pero qué sería la literatura si no fuera también eso, y si no lo fuera radicalmente?», le escribe Paul en septiembre de 1963.

En mayo de 1970 Celan se arrojó al Sena, y un año más tarde Bachmann publica su novela «Malina», sobre las relaciones humanas y la violencia que se instaura para destruirlas.

Ella fallece en el exilio, durante 1973, hablando no alemán sino italiano, en una clínica romana, casi un mes después de haberse quemado viva en su departamento de la Vía Giulia.

INDICE
Correspondencia Ingeborg Bachmann – Paul Celan
Correspondencia Paul Celan – Max Frisch
Correspondencia Ingeborg Bachmann – Gisèle Celan-Lestrange
«Encontremos las palabras». Sobre la correspondencia entre Ingeborg Bachmann y Paul Celan, por Barbara Wiedemann y Bertrand Badiou
El secreto epistolar de los poemas. Posfacio poetológico, por Hans Höller y Andrea Stoll
Nota de los editores
Notas
Cronología
Siglas
Bibliografía
Índices de obras y de nombres
Sobre las reproducciones