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Ed. Fundación PROA, año 2014. Tamaño 27 x 21 cm. Incluye 35 reproducciones a color sobre papel ilustración. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 64

Por Adriana Rosenberg
Febrero de 2014

Hace cuatro años que queríamos exponer la obra de Ron Mueck. Escultor australiano hiper-realista que vive y trabaja en Gran Bretaña, es un artista que utiliza efectos especiales cinematográficos, increíblemente realistas, para crear obras. Sus esculturas reproducen fielmente los detalles del cuerpo humano y si no fuese por el tamaño serían confundidas sin dudas con personas.

En el comienzo de su carrera fabricó marionetas y maquetas para televisión y películas infantiles. Más tarde creó su propio estudio en Londres y trabajó para la industria publicitaria. El artista quería, cada vez más, producir esculturas realistas. Mueck juega con la escala para producir desconcertantes imágenes visuales.

Las provocadoras figuras de Ron Mueck se ubican y presentan silenciosamente, uno solo puede escuchar la propia voz buscando respuestas a esas miradas.

Mueck nos presenta figuras que pueden ser hermanas, hijos, sobrinos, abuelos o padres, figures familiares mudas. Son los gestos, las posturas, los pliegues de la piel, la ropa y los pequeños detalles con los que dialogamos, los que dan cuenta del tiempo presente.

Tenemos la certeza de que estas piezas no pudieron ser realizadas en otra época, y no solo por la novedad de los materiales sino porque cada personaje muestra un momento actual, una forma de estar parados, una forma de sostener una bolsa o de sentarse en la playa. Las fábulas se hacen visibles también en las mujeres desnudas con ramos y en los barcos a la deriva.

El autorretrato del artista es una máscara y nos da la bienvenida recostado sobre sí mismo, quizás soñando o bien dejando que esa máscara sea un señuelo para poder ver nuevamente la figura humana rescatada en el arte.

Mueck nos propone un vicioso estado de contemplación que viola la intimidad de los personajes, no somos simples observadores sino activos voyeurs. Contemplar estas obras es contemplar el tiempo custodiado en cada una de ellas y la provocación de un monólogo interior.

Ron Mueck trabajó varios días limpiando y cuidando sus criaturas. Silencioso, también nos dijo que no estudia anatomía y que son la observación y la mirada sus fuentes de conocimiento. Como Ingres, que dibujaba todo el tiempo con sus ojos, pareciera que Mueck delinea en los gestos la subjetividad contemporánea.

INDICE
1- La exhibición
2- Held. Tres nuevas esculturas de Ron Mueck, por Justin Paton
3- Notas sobre Ron Mueck, Londres y París, por Robert Storr
4- Obras
5- Listado de obras – Biografía
6- Bibliografía