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Pensamientos de San Agustín. El hombre, Dios y el Dios-hombre. Editor: Victorino Capanaga. Ed. Biblioteca de Autores Cristianos, año 1977. Tapa dura. Tamaño 17,5 x 10,5 cm. Estado: Usado excelente (presenta 16 páginas de la Introducción marcadas con birome, tal como se observa en foto 3). Cantidad de páginas: 272
A San Agustín se le puede considerar como uno de los grandes maestros de sentencias, que ha echado a volar por el mundo innumerables frases que han sido luz y regocijo de las edades. Su espíritu estaba siempre dispuesto a encarnarse y dispararse en ritmos y sentencias de vida perdurable. Fue un gran definidor de esencias. Difícilmente podremos hallar un autor que nos haya regalado más definiciones, muchas de las cuales se han hecho clásicas y han pasado a los manuales de la cultura.
Sus máximas y sentencias, recogidas y ordenadas, nos darían una de las facetas más bellas del espíritu humano. Ellas expresan verdades de común interés y están acordes con las más nobles aspiraciones humanas hacia la verdad, la hermosura, la felicidad.
Joubert, que meditó mucho sobre esta materia como cultivador y también maestro de sentencias, dice: «Una máxima es la
expresión exacta y noble de una verdad importante e incontestable. Las buenas máximas son gérmenes de bien; fuertemente impresas en la memoria, alimentan la voluntad».
Los siete sabios de Grecia perduran en la memoria de los hombres porque cada uno legó en herencia para la posteridad un dicho importante, una sentencia, que ha pasado al tesoro común de la cultura. Séneca, que también enriqueció la literatura aforística o paremiológica con notables pensamientos, decía de su maestro Atalo, lleno de gratitud: «Quien se acerca al filósofo, se lleva cada uno algo bueno. Retorna a su casa más sano o más sanable».
San Agustín pertenece a esta clase de sabios, creadores de sentencias, cuyo contacto es saludable. Y en el taller de sus aforismos trabajan los tres artífices que un autor de reflexiones y máximas, L. Clapiers, marqués de Vauvenargues (1715-47), exige para esta clase de composición: «Hay tres principios notables en el espíritu: la imaginación, la reflexión, la memoria.
Yo llamo imaginación el don de concebir las ideas de una manera figurada y de traducir los pensamientos en imágenes. Ella es la maestra de las artes y el ornamento del espíritu. La reflexión es la potencia de replegarse sobre las ideas, modificándolas y combinándolas de diferentes modos. Es el principio del razonamiento, del juicio. La memoria conserva el depósito precioso de la imaginación y reflexión». Estos artífices trabajan en el taller agustiniano, y a ellos hay que añadir, sin duda, otro cuarto, que es el corazón, del que también brotan las sublimes intuiciones. Su prosa artística no sólo instruye, enseña, ilumina y agrada, sino también arde y enciende. Agustín es tallador de imágenes, forjador de discursos y conceptos, disparador de saetas encendidas.
A veces, con las palabras más llanas y corrientes nos introduce en un profundo secreto del espíritu humano, como cuando dice al principio de sus Confesiones: «Nos has creado, Señor, para ti y nuestro corazón anda inquieto hasta descansar en ti».
Indice
Introducción
San Agustín, maestro de sentencias
1- Misión socrática de San Agustín
2- La regla del estilo agustiniana
3- «Symphonialis anima»
4- Tesoro de sentencias
5- El paralelismo antitético
6- Plan de esta antología
Sentencias
I- El enigma del hombre
1- ¿Qué soy yo, Dios mío?
2- Espíritu y carne
3- Tengo un alma sublime
4- Llevo una luz interior
5- Mi lámpara se enciende en la verdad
6- Buscando el reposo
7- Mi amor es mi peso
8- Tengo mi libre albedrío
9- Soy moneda de Dios
10- El libro de las criaturas
11- Con el sambenito de mi pecado
12- Por la soberbia caímos
13- En manos de ladrones
14- Soy un prisionero
15- Mi vida es una noche
16- Mi vida es un torrente entre dos abismos
17- Suspiros de un hombre que cayó en un pozo
II- El misterio de Dios
1- A Ti te invoco, Dios-verdad
2- La gran ciencia del hombre
3- Por el rocío, a la fuente
4- Ama para que veas
5- Por todas partes te cerca la Providencia
III- El hombre-Dios
1- Conozcamos a tu Cristo
2- Bajo el cilicio de la carne
3- Nosotros somos vasos; Cristo, la fuente
4- Tenemos una buena Cabeza
5- Cristo, nuestro médico
6- La leche de los párvulos
7- ¿Quieres caminar seguro?
8- Estamos seguros porque tenemos Sacerdote
9- Considera cuánto vales
10- La pasión de los cristianos
IV- El cuerpo de Cristo y su vida
1- Yo estoy en la Iglesia
2- Templo de Dios
3- Las ovejas no muerden
4- El misterio de las almazaras
5- La Iglesia de la fe
6- La Iglesia de la buena esperanza
7- La Iglesia de la caridad
8- Las dos alas de la caridad
9- La Iglesia de la gracia
10- Soy como tierra de secano
11- La Iglesia libre en la caridad
12- La Iglesia orante
13- La Iglesia combatiente
14- La Iglesia imperfecta y penitente
15- La Iglesia humilde
16- La Iglesia peregrina
Notas a las Sentencias
Definiciones
Elenco de Definiciones
Notas a las Definiciones
La referencia de los pasajes de las obras agustinianas correspondientes a las Sentencias y Definiciones incluidas en la presente obra se halla en el aparato de notas situado al final de cada parte del volumen.