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Ed. Paidós, año 1999. Tamaño 22,5 x 15 cm. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 310
Por Sara Cobb
California, 1996
Cuando nuestras teorías acerca de conflictos resultan insuficientes para poder explicar nuestra dificultad en resolverlos, en
general atribuimos la culpa de esa insuficiencia no a nuestra teoría sino a la personalidad de los participantes en el conflicto (son demasiado religiosos o rígidos o malvados o controladores), al problema (es irresoluble porque se basa en elementos básicos de
nuestra cultura/nuestros valores) o a ambos. Y casi nunca nos culpamos a nosotros mismos, a nuestros encuadres conceptuales, a
nuestras teorías acerca de conflictos. Solo en contadas ocasiones efectuamos ese movimiento reflexivo que nos permitiría poner en
duda la capacidad explicativa de nuestras teorías acerca de los conflictos. Por el contrario, tendemos a generar atribuciones externalizadas acerca de los disputantes y/o acerca del conflicto, precisamente igual a lo que los mismos disputantes hacen cuando intentan explicarlo: externalizar la responsabilidad. Desde esta perspectiva, paradójicamente reproducimos los patrones del conflicto y de forma simultánea reducimos nuestra capacidad para intervenir o participar con eficacia. ¿Cómo podríamos caracterizar
esas teorías acerca de los conflictos que de manera tan regular usurpan nuestra competencia para resolverlos?
La mayor parte de las teorías de conflictos tienen sus raíces en el conductismo (behaviorismo), y están atrapadas por las limitaciones del positivismo lógico. Por ejemplo, la «teoría de las necesidades» propuesta por Burton afirma que los conflictos emergen de manera predecible cuando las necesidades de los individuos no se ven satisfechas: el comportamiento conflictivo se genera a partir de actitudes, impulsos inconscientes o procesos biológicos. El manejo del conflicto se orienta a su vez a resolver, o al menos a tener en cuenta, las necesidades insatisfechas en los niveles consciente e inconsciente. Y si el conflicto persiste, podemos siempre argüir que, aun cuando hemos tratado de intervenir, las necesidades insatisfechas continúan estimulando los comportamientos conflictivos y perpetuando el conflicto. Desde este encuadre nadie es responsable de generar el conflicto y nadie necesita dar cuenta de los resultados positivos o negativos de las intervenciones de cambio, precisamente porque las necesidades no pueden ser controladas por los participantes en la disputa ni por terceros.
Tomemos otro ejemplo aun más influyente, a saber, el modelo marxista, que basa su entendimiento acerca del conflicto en función de las diferencias de clase socioeconómica. Este modelo, tan distinto del de Burton y otros similares, contiene con todo en su
esencia un elemento en común con éstos: sigue una lógica determinista y da por sentado que el conflicto es inevitable. Aun cuando
Marx haya discutido extensamente el rol inevitable del poder, una intervención basada en el paradigma marxista se orientará hacia la promoción de la igualdad y la evaporación de las jerarquías. Tanto para Marx como para los behavioristas, la intervención para resolver el conflicto está destinada al fracaso a menos que se erradique la condición causal, es decir las diferencias de clase o las necesidades. Dentro de estos modelos de conflicto, los sistemas y los individuos son fundamentalmente estáticos en lugar de interactivos o evolutivos; la atención se centra en los comportamientos en lugar de en los significados; ambos modelos resaltan la psicología a expensas de la cultura; ambos son notoriamente lineales en vez de circulares. La tragedia de estos modelos es no solo que sus intervenciones tienden a fracasar, sino que nuestra manera de explicar los fracasos (lo que se hace, por lo general, desde el punto de vista del propio modelo) reproduce precisamente la misma epistemología que favorece el conflicto.
Desde esa perspectiva, nuestra incapacidad de intervenir con eficacia en conflictos es equivalente a nuestra culpabilidad por su mantenimiento. Nuestra única esperanza radica en comenzar a comprender cómo nuestras teoría de conflictos informan a nuestras prácticas acerca de resolución o manejo de conflictos, con la esperanza de que esta exploración. reflexiva aumente nuestra sofisticación acerca de la generación de conflictos y mejore nuestras herramientas para intervenir en estos procesos.
Y esto no podría ocurrir en un período histórico más oportuno. Puede que la guerra fría haya terminado, pero su lugar está siendo
ocupado por la globalización y los dramáticos avances tecnológicos, que contribuyen a exacerbar a nivel mundial la desigualdad en términos del acceso a los recursos y su distribución. No por coincidencia, este es también un período caracterizado por un
aumento de los nacionalismos y una acentuación de las divisiones étnicas que fracturan la identidad nacional y desencadenan múltiples conflictos étnicos. A nivel local y familiar, la recesión económica exacerba los cambios culturales y, como uno de sus resultados, genera un aumento logarítmico en la cantidad de divorcios, violencia familiar y abuso. En el seno de cada grupo politico y social, y aun más entre grupos, se está dando una polarización entre actitudes opuestas hacia el aborto, entre políticas de protección del medio ambiente y políticas de desarrollo, entre el castigo y la rehabilitación de los criminales, entre recordar y olvidar las torturas y violaciones de derechos del pasado inmediato. La complejidad del conflicto en cada uno de estos niveles es asombrosa, y, con todo, nuestros modelos acerca del manejo y la resolución de conflictos parecen limitarse a la psicología (con retóricas acerca de motivación e intencionalidad) o la economía (como cuando hablamos acerca de los conflictos familiares o sociales en términos de «análisis de costo/beneficio»). Dada la complejidad de la vida en los albores del siglo XXI, tenemos que orientarnos hacia nuevas teorías de conflictos que no estén constreñidas por el positivismo lógico sino que sean sensibles al contexto, a la interacción, a la cultura, al poder y al discurso.
Esa es la dirección que asume este libro. A través de una descripción detallada de las prácticas asociadas al manejo de conflictos, es decir de la mediación, su lectura no solo ofrece una descripción de dichas prácticas sino que esta descripción ilumina una nueva teoría del conflicto, ayudándonos así a comenzar a imaginar un paradigma que resulte ideológicamente congruente con la práctica. La mediación es una tecnología enormemente exitosa para intervenir en conflictos. De hecho, independientemente de la naturaleza de la disputa o de las características del mediador, es posible llegar a un acuerdo mediado en un sorprendente 80 % de los casos. En su esencia se trata de un proceso que estructura la intervención de las partes involucradas en modos que favorecen, simultáneamente, su participación y su legitimidad, permitiéndoles asumir responsabilidad en términos de diseñar la resolución de su disputa. Es, por lo tanto, un proceso que otorga una voz a las partes en disputa, que les permite hablar y ser reconocidas por el otro. Y, lo que es no menos importante, la mediación, como alternativa informal a la litigación, es notoriamente más económica y permite una resolución de casos mucho más rápida que la de aquellos que son tratados en el fuero judicial.
Ahora bien, a medida que pasamos de la práctica a la teoría, de la mediación a un modelo general de conflictos, necesitamos encontrar una manera de dar cuenta de la presencia/ausencia de nuestra participación, necesitamos un vocabulario para seguir de cerca la construcción del conflicto por parte de los disputantes durante la sesión, que nos permita a la vez desarrollar un marco de referencia tanto para explicar como para transformar exitosamente la lucha por la legitimación en la sesión de mediación, en nuestros hogares y en nuestras comunidades. Finalmente, necesitamos una teoría que sea lo suficientemente compleja como para permitirnos dar cuenta de los éxitos en la mediación así como de sus fracasos, para otorgar sentido a la construcción del significado en la mediación.
Mediación. Conducción de disputas, comunicación y técnicas no sólo ofrece una visión panorámica de los modelos de mediación, sino que resalta el que está basado en el análisis del discurso, más específicamente, en la teoría de las narrativas (en la que ha estado centrada en mi propia línea de trabajo). La óptica de las narrativas permite a la autora liberarse de las ataduras de la teoría tradicional de resolución de conflictos y ofrecer una descripción de los procesos de mediación con intervenciones cuya lógica resulta coherente con la ideología de la mediación. Así, a la vez que enriquece nuestra comprensión acerca de esta práctica, esta descripción desestabiliza nuestras teorías tradicionales de conflicto y modifica de manera sustancial nuestros supuestos acerca de la «mecánica» del cambio y el manejo de las diferencias o desacuerdos.
Las prácticas de mediación pueden tener consecuencias sociales muy importantes: nos darán acceso a métodos más rápidos, más económicos y menos confrontativos para resolver nuestras diferencias. A nivel de la teoría, la consecuencia de esas prácticas es que se preste atención a la construcci6n del sentido y al discurso en los procesos de manejo/resolución de conflictos. Así, estas prácticas no solo nos permiten comprender mejor la construcción y transformación de disputas, sino que a un nivel de segundo orden nos dan acceso a comprender cómo entendemos nuestras diferencias. Y es precisamente el acceso a ese nivel lo que nos posibilita iniciar conversaciones que revierten las polarizaciones discutidas más arriba, aumentan la conexión y reducen el conflicto, a la vez que favorecen una actitud compasiva para con nosotros mismos y para con los demás. Esta atención al manejo de las diferencias y los desacuerdos constituye una revolución social, iniciada por prácticas tales como la mediación, que llega a impregnar nuestras teorías de conflicto, así como nuestras interacciones con el prójimo. La mediación genera un efecto de halo o de onda; lo que Marinés Suares describe va más allá de ser una tecnología social: nos permite vislumbrar la complejidad de nuestro potencial para la colaboraci6n.
INDICE
Prólogo, de Sara Cobb
Prólogo, de Leonardo Schvarstein
Introducci6n. Metálogo
¿Cómo conversamos cuando mediamos?
PRIMERA PARTE, CONCEPTOS GENERALES SOBRE MEDIACION
1- La mediaciÓn, ¿qué es?
Introducción a la noción de conflicto en mediación
Formas de conducción de conflictos
La mediación y nuestra sociedad
El nacimiento de la mediación
Características del sistema de mediación
Ventajas y desventajas del sistema de mediación
Beneficiarios de la mediación
Ambitos de aplicación
Modelos de mediación
Conclusiones sobre los modelos
Voluntariedad del proceso de mediación
¿Cuándo se da por finalizado el proceso de mediación?
¿Cómo se evalúa el proceso?
¿Qué puede ser objeto de mediación?
SEGUNDA PARTE, CONCEPTOS ESENCIALES PARA EL PROCESO DE MEDIACION
2- La noción de conflicto en mediación
¿Conflictos o disputas? ¿Conflictos Y disputas?
-Conflictos
-Definiciones de conflicto
-Una posible definición
-Disputas
-La importancia de definir qué es un conflicto
-Clasificación de conflictos
-¿Resolución alternativa de disputas?
3- Comunicación en el proceso de mediación
Introducción
Parte A: Conceptos cotidianos y preguntas
-Reflexiones y co-construcción de términos
Parte B: La comunicación humana
-Características de la comunicación humana
-Sintáctica de la comunicación humana
-Semántica de la comunicación humana
-Pragmática de la comunicación humana
-Los axiomas de la teoría de la comunicación
-La comunicación paradójica
-Un mensaje sobre el mensaje
Parte C: La perspectiva comunicacional de Barnett Pearce
-La conversación
-Historias y conversación
-El modelo atómico y los órdenes morales
-Las conversaciones y las organizaciones
-Formas de comunicación
Proposición de una nueva metáfora: «Del átomo al trébol y a la rosa»
Comentario: Comunicándonos sobre lo que comunico de la comunicación
4- De la neutralidad a la DeNeutralidad
Deconstrucción de la neutralidad. ¿Qué se entiende tradicionalmente por neutralidad?
Construcción de la oposición
Jerarquización de la oposición
Desedimentación de los términos de la oposición
Inversión de la jerarquía
Solicitación de la neutralidad
La neutralidad como una práctica discursiva
La DeNeutralidad
La membrana de la DeNeutralidad
El proceso de mediación como una práctica deconstructiva del discurso
TERCERA PARTE, FUNDAMENTACION TEORICA DEL NUEVO MODELO CIRCULAR NARRATIVO DE SARA COBB
5- Fundamentación teórica del nuevo modelo
Circular-Narrativo de mediació6n
Aportes de la terapia familiar sistémica
-Mediación y terapia sistémica
-Construcción de problemas
-Las soluciones intentadas
-Técnicas provenientes de la terapia familiar sistémica
-Aportes de la teoría general de los sistemas
–Aplicaciones de la teoría general de los sistemas a las ciencias sociales
–Propiedades de los sistemas abiertos
-Aportes de la teoría del observador
-Aportes del construccionismo social
–Principios del construccionismo social
–Algunas hipótesis
–Construccionismo social y posmodernidad
-Aportes de la teoría de la narrativa
–Conflictos como narrativas
–Reglas para la interpretación de las narrativas
–Narrativas en el proceso de mediación
–Narrativas y ética
-Aportes de la psicología social de Enrique Pichon-Riviere
-Comentario final
CUARTA PARTE, PARTE PRACTICA. LAS CUATRO ETAPAS DE UN ENCUENTRO DE MEDIACION
6- Las cuatro etapas de un encuentro del proceso de mediación basado en el Nuevo Modelo
Circular-Narrativo de Sara Cobb
Introducción: genealogía del nuevo modelo
El proceso de los encuentros de mediación basado en el Nuevo Modelo Circular-Narrativo de Sara Cobb
-Características generales
-Pre-reunión
-Primera etapa: reunión pública o conjunta
-Segunda etapa: reunión privada o individual
-Tercera etapa: reunión interna o del equipo
-Cuarta etapa: reunión pública o conjunta
QUINTA PARTE, «TECNICAS» PARA UTILIZAR EN EL PROCESO DE MEDIACION
7- Distintos tipos de técnicas para ser utilizadas en procesos de mediación basados
en el Nuevo Modelo Circular-Narrativo
-Desempantanando
-Consideraciones generales
-Elaboración de técnicas
-Clasificación de técnicas
-Transformaciones en la naturaleza de las historias
8- Preguntando sobre el preguntar
Microtécnicas – Modo interrogativo – Preguntas
-El preguntar
-El preguntar en mediación
-Dime qué preguntas haces y te diré quién eres
-Clases de preguntas
-¿Qué preguntas hacer en la Mediación Circular-Narrativa?
-Resumiendo
-Preguntas para el momento de información
–a) Respuestas con generalizaciones
–b) Respuestas en negativo
–c) Respuestas sin sujeto
–d) Respuestas con omisiones
–e) Respuestas que transforman los procesos en eventos o acontecimientos
-Preguntas para el momento de desestabilización de las historias
-Síntesis final
9- Afirmando sobre microafirmaciones
Microtécnicas – Modo afirmativo
La reformulación
La connotación positiva
La legitimación
Re-contextualización
10- Afirmando sobre miniafirmaciones
Minitécnica – Modo afirmativo
I- Proceso de externalizaci6n
II- El resumen
III- El equipo reflexivo
11- Afirmaciones sobre la técnica de la historia alternativa
La historia alternativa
12- Acerca de la macrotécnica del encuentro de mediación
EI encuentro de mediaci6n
Bibliografia