Ed. Adriana Hidalgo, año 2000. Tamaño 19.5 x 11.5 cm. Traducción de María Inés Castagnino y Julio Piquer. Usado excelente, 196 págs. Precio y stock a confirmar.

Tom Stoppard es un dramaturgo británico de origen checo, nacido en 1937. Integrante de una familia judía, su nombre original es Tomáš Straussler. Para evitar la persecución nazi, los Straussler huyeron de Checoslovaquia a Singapur con otros médicos judíos el 15 de marzo de 1939, el día en que los nazis invadieron Checoslovaquia.

Al poco tiempo, su familia fue evacuada a Darjeeling, en la India, huyendo de la invasión japonesa de Singapur. Fue donde el niño empezó a recibir una educación británica. Su padre, voluntario del ejército británico, fue capturado por los japoneses y falleció en un campo de prisioneros en Japón.

En 1945, su madre se casó en segundas nupcias con Kenneth Stoppard, un mayor británico, quien dio al niño su apellido inglés. La familia finalmente se mudó a Bristol, Inglaterra, en 1946, tras la guerra. Stoppard dejó el instituto a los 17 años y comenzó a trabajar como periodista. En 1958, el periódico Bristol Evening World le ofreció colaborar en la sección de crítica teatral (aparte de ser columnista humorístico), lo que le acercó al mundo de la escena.

En aquella época, trabó amistad con el actor Peter O’Toole y el director John Boorman en el Bristol Old Vic, una compañía de repertorio local que gozaba entonces de cierto renombre. Tom Stoppard empezó a darse a conocer gracias al corrosivo sentido del humor de sus crónicas. En 1960 ya había terminado su primera obra, Un Paseo por el Agua. A la semana de haber presentado el texto a un agente literario, ya se habían solicitado los derechos de la obra. Fue representada en Hamburgo y televisada por la British Independent Television en 1963.

De septiembre de 1962 a abril de 1963, Stoppard trabajó en Londres como crítico de teatro para la revista Scene, donde publicaba críticas y entrevistas tanto con su nombre como bajo el pseudónimo de William Boot (tomado de la novela Scoop, del novelista británico Evelyn Waugh).

En 1964, una beca de la Fundación Ford le permitió pasar 5 meses en una mansión en Berlín, para dedicarse a escribir. De ahí salió su obra en un acto titulada Rosencrantz and Guildenstern Meet King Lear, que se convirtió luego en la exitosa Rosencrantz & Guildenstern Are Dead, ganadora de un premio Tony.

Los años siguientes, Tom Stoppard escribió varias obras para la radio, la televisión y el teatro. A partir de 1967 pasó a ser un de los dramaturgos contemporáneos más reconocidos. A lo largo de los diez años siguientes, sin dejar su labor de creación, tradujo varias obras al inglés, como las del autor polaco Slawomir Mrozek, de los austriacos Johann Nestroy y Arthur Schnitzler, y del autor checo Vaclav Havel.

Fue cuando la influencia del teatro del absurdo de los dramaturgos polacos y checos empezó a hacer mella en su obra. Al igual que otros dramaturgos de su generación, como Sam Shepard en Estados Unidos y Peter Handke en Austria, Tom Stoppard creó por entonces obras indagando el valor del lenguaje. Asimismo, es patrono del grupo Outrap, un taller francés de investigación sobre técnicas actorales, surgido en 1991 del Colegio de Patafísica.

La invención del amor fue estrenada en Londres por el Royal National Theatre en 1998. Tiene como personaje central a A. E. Housman (académico y traductor de Propercio) y como emblemática contratara a Oscar Wilde. ¿El arte o la vida? ¿Ofrendarse a la pasión o al renunciamiento? Optar siguiendo el dilema de Yeats entre “la perfección en la vida o en el trabajo”?

Sobre el eje de estas cuestiones esenciales, la obra desliza un discurso paralelo: el de la creación de la poesía amorosa a partir de Catulo y Horacio y la historicidad de los sentimientos, su “corrupción” como en las malas versiones, sus censuras, sus fracasos. El proceso a Oscar Wilde y la escena intelectual, moral y sexual victoriana (Ruskin, Pater, Frank Harris, Jerome K. Jerome, entre otros) constituyen el telón de fondo de esta obra reflexiva y profundamente conmovedora.