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Ed. Capitán Swing, año 2011. Tamaño 21,5 x 13,5 cm. Traducción de Alicia Frieyro. Incluye 10 ilustraciones de Virginia Frieyro y una entrevista de Kiko Amat. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 164
Por Antonio Jiménez Morato
En esta novela, publicada por primera vez durante 1983, se hace una defensa a ultranza de la naturaleza y el individualismo. Hoy nos hemos acostumbrado a esa preocupación ecológica en casi todos los ámbitos de la existencia, sobre todo de cara a la galería y para todo lo que tenga que ver con limpiar la imagen de una empresa, pero a comienzos de la década de los ochenta la bandera de la ecología era algo extraño y sonaba a unos pseudoterroristas que se ponían con sus lanchas zodiac bajo las grúas desde las que los buques lanzaban bidones radiactivos al mar. Jim Dodge es un ecologista convencido e, incluso, avanzado.
Durante muchos años vivió en un remoto rancho en donde no tenía ni luz eléctrica ni teléfono ni, por supuesto, canalización alguna de agua. Más tarde compatibilizó sus rutinas entre el domicilio familiar situado en un rancho del condado de Del Norte, el más septentrional de la costa californiana, donde vivía con su mujer e hijos en una finca apartada de la civilización, y su trabajo como profesor del Departamento de Escritura Creativa de la Universidad Estatal Humboldt en Arcata, a donde acudía dos o tres días por semana. Finalmente, la lógica de la edad, sus hijos y la responsabilidad como director ya de dicho departamento universitario lo ha llevado a vivir en Manila, una población situada en la lengua de tierra que separa el océano Pacífico y las bahías de Arcata y Humboldt, mucho más cerca de su lugar de trabajo. Pero, haya estado su residencia tanto en el condado de Del Norte como en el de Humboldt, la realidad es que ambos se encuentran en la región de los Estados Unidos donde la influencia de la mirada ecológica ha tenido mayor presencia social y ésta se ha trasladado a la vida política. Es donde hay más representantes electos del partido verde y han aprobado restricciones importantes al desarrollo nuclear, mociones para la protección de los bosques originarios y algunas otras medidas de corte netamente ecologista frente al escepticismo con que buena parte de la población estadounidense observa esta cuestión.
Pero es que, más allá del contexto social en el que vive, Dodge se ha declarado muchas veces como un biorregionalista convencido. El neorregionalismo es una variación del clásico ecologismo que tiene en cuenta condicionamientos económicos y sociales en la custodia ecológica porque, cuidado el entorno, mejora radicalmente la calidad de vida de las comunidades que en él viven, lo que repercute, también, en beneficios económicos a largo plazo. Dicho de otro modo: no es sólo que vivas mejor cuando cuidas el entorno y garantices un espacio más saludable para el futuro, es que, además, tus propiedades se revalorizan por la calidad del entorno y con ello tu calidad de vida, en una continua retroalimentación que debería ser observada de modo detenido para hacer pasar por el aro ecológico a muchos de los escépticos que todavía desprecian la importancia del tema.
Pero la obsesión por la naturaleza y el individualismo que Dodge deja traslucir en JOP va más allá del biorregionalismo. Hay mucho de H. D. Thoreau en sus novelas, en todas ellas. Por un lado del amor de Thoreau por la naturaleza virgen como símbolo hecho realidad de la pureza que se trasluyce en «Walden». Pero más todavía del sentimiento revolucionario de «La desobediencia civil». La idea del individuo capaz de valerse por sí mismo sin reclamar nada al Estado ni a la comunidad y que, por lo tanto, no puede ser reclamado por ella es muy importante para entender a los personajes de Dodge.
La comunidad, entendida del modo práctico del individualismo a lo Thore, deber respetar la singularidades de cada uno de sus miembros siempre que no pongan en peligro la existencia de la comunidad. Conviene no olvidar que la maquinaria funcionarial está creciendo, en los Estados Unidos y en Europa, en esto sí nos parecemos, hasta el punto de que en la mayoría de los casos los impuestos en los países del «Estado de Bienestar» se destinan a pagar los sueldos de unos representantes políticos que ejercen una labor cuyos beneficios están dirigidos no tanto a los ciudadanos como a las corporaciones en las que continúan su vida laboral una vez se han asegurado unas rentas vitalicias del Estado. Dicho de otro modo: el Estado tiende a convertirse en opresor de aquel de quien emana su poder, que lo mantiene con sus impuestos y a quien, en realidad, debería proteger.
El libro comienza con la historia de Jonathan Adler Makhurst II, que a lo largo de todo el libro será nombrado como Peque. Se abre con la narración de su origen, el embarazo de su madre, la muerte del padre y, más adelante, la de la madre, que lo obligarán a vivir con su abuelo, cuya presencia lo reconvierte en alguien que, después de haber vivido toda una vida como un bala perdida, tiene un motivo para asentarse en un lugar.
Jackson Santee, el abuelo, en ese sentido es un personaje único y entrañable. El es, sin duda, mucho más que el abuelo del protagonista del relato, él es el maestro y mentor, por eso cuando él muere se produce el cierre de la novela. Su función como maestro ha llegado a su fin. Peque ha aprendido la lección vital que modifica diametralmente su comportamiento y sirve como eje de la novela…
INDICE
Prólogo, por Antonio Jiménez Morato
JOP, UNA FABULA MODERNA, por Jim Dodge
I- Un poco de historia familiar
II- El gran duelo de damas del 78
III- Jop
IV- El segundo corazón
JIM DODGE, LA FIESTA SIN FIN
Entrevista de Kiko Amat