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Roberto Vera Editor, año 1985. Tamaño 20 x 14 cm. Estado: usado excelente. Cantidad de páginas: 272

En la noche del 31 de octubre de 1965, los televidentes del programa “La Gente”, por Canal 7, se encontraron con la imagen polémica de Arturo Jauretche argumentando con pasión: “Aquí, el problema es ‘pensar en nacional’. Aquí hay cipayos y argentinos, hay cipayos rojos, cipayos blancos y cipayos negroa. El día que seamos argentinos rojos, blancos y negros y nos peleemos por nuestras diferencias, recién empezaremos a ser Nación”.

Quizás muchos se sorprendieron —y aún otros se sorprendan hoy— ante esta fórmula: “Pensar en nacional”. Porque de ella brotan, naturalmente, varios interrogantes: Si con tanto énfasis, se nos convoca a “pensar en nacional”, ¿cómo pensamos, entonces, habitualmente? ¿Pensamos, acaso, colonialmente? Pero, ¿existe una manera de “pensar en nacional” y otra de «pensar colonialmente”? Es decir, ¿la cuestión nacional divide de tal modo las aguas, que origina dos maneras —una nacional y otra colonial— de pensar?

Los estudiantes que han cursado “Teoría del Conocimiento”, con el librito de Hessen bajo el brazo o si son intelectules de izquierda, apoyándose en el manual de Politzer, nos dirán, seguramente, que existen dos formas de aprehender la realidad: el modo metafísico, que estudia al objeto abstrayéndolo del resto de la realidad que lo circunda, en un momento dado, como ente aislado y carente de contradicciones internas y el modo dialéctico, que lo analiza en movimiento, en el tiempo y en el espacio, sujeto a permanente contradicción, él mismo como oposición de contrarios y en desarrollo. Pero, por supuesto —agregarán— que estas dos formas de pensar nada tienen que ver con la cuestión nacional, de donde deducirán que “pensar en nacional» encierra una propuesta reaccionaria, con reminiscencias telúricas.

Por su parte, habrá quienes, menos filósofos y más políticos, afirmarán que existe un pensamiento “desde la derecha y otro, “desde la izquierda”, lo que corroborarán, seguramente, con citas de “El pensamiento político de la derecha”, de Simone de Beauvoir y con “El hombre de izquierda”, de Claude Lanzmann. De aquí resulta que el mundo, la naturaleza y la historia pueden ser vistos y pensados de distinto modo, según el pensador parta de un enfoque reaccionario o revolucionario, añorando el pasado, la derecha, o vislumbrando el futuro, la izquierda. Pero, en ambos casos, la reacción y la revolución se colocan por encima de las patrias, de tal modo que “lo nacional» de ninguna manera podría caracterizar a una determinada forma de pensar y por tanto, sería disparatado valorar un pensamiento por su “patriotismo” o desvalorizarlo por su “exotismo»

Estos argumentos son legítimos —pues el modo de pensar es metafísico o dialéctico, de derecha o de izquierda— pero las conclusiones que obtienen estos impugnadores son falaces, pues adhieren al pensamiento dialéctico sin pensar dialécticamente y asumen ideologías revolucionarias de otras partes del mundo sin convertirse en revolucionarios en su propio país. Si fueran coherentes y pensaran dialécticamente, desde el campo de la revolución, inevitablemente “pensarían en nacional” puesto que se hallan en un país sometido semicolonialmente por el imperialismo.

La historia de los pueblos coloniales o semicoloniales prueba que en todo país donde existe esa cuestión nacional pendiente, indefectiblemente, sus habitantes piensan en “nacionales” o en “coloniales”, es decir, elaboran y desarrollan ideas en contraposición al orden vigente, con lo que repudian la concepción ideológica del imperio que los oprime, promoviendo así la liberación nacional o enhebran argumentos que se insertan, por presencia u omisión, en la ideología impuesta por el opresor imperial con lo que concurren a la subsistencia del vasallaje. Este es un gran problema en los países oprimidos y muy especialmente, en aquellos países donde la dominación es semicolonial, en los cuales la sumisión ideológica adquiere una importancia mayor que en los países ocupados colonialmente por ejércitos extranjeros.

«Pensar en nacional» es, pues, en una semicolonia como la Argentina, pensar revolucionariamente, cuestionando el orden impuesto por el imperialismo, que no solo es injusto y humillante sino que, además, impide toda posibilidad de progreso histórico, es decir, cierra el paso a una auténtica democracia participativa, al ascenso cultural y a las profundas transformaciones sociales. O dicho de otro modo, es pensar desde una óptica antiimperialista, no abstracta sino nutrida en las luchas y experiencias de nuestro pueblo…

INDICE
CAPITULO I
a) “Pensar en nacional”
b) La nacionalidad de las ideas
c) La universalidad de las ideas
d) “Civilización o barbarie”
e) “Pensar desde aquí”
CAPITULO II
a) “La sabia organización de la ignorancia”
b) Entre cuentos y leyendas
c) “Los héroes de la libertad”
d) Jugando en otro idioma
e) “La pedagogía de las estatuas”
f) “Todos somos iguales, pero unos más iguales que otros”
g) De cómo desinforman los medios de información
h) La escuela a contrapelo de la vida
i) Artes exóticas para el argentino “culto” ……
j) “La revolución en las imágenes”, como propugna Borges
k) Dos culturas en pugna
l) Primero, desaprender
CAPITULO III
a) Las ideas dominantes
b) Geografía
c) Demografía
d) Geografía económica
e) Geopolítica
f) Historia
g) Economía
h) Artes
Literatura
Música
Pintura
Arquitectura
Cinematografía y Teatro
CAPITULO IV
a) “Pensar en inglés”
b) “Los anglosajones son racialmente superiores”
c) “Los ingleses civilizan ”
d) La Gran Argentina de nuestros mayores
e) “Ser colonia es cosa buena”
f) En la guerra, junto al amo
g) Cuando gobiernan los “natives” que “piensan en inglés”
h) Federico Pinedo, “un gentleman”
i) Una dama del “gran mundo” europeo
j) De nuevo en la guerra, junto al amo
k) La pieza oratoria magistral de un aristócrata que “piensa en inglés”
l) “Pensar en yanqui”
ll) Borges, el amante de “la isla maléfica”
m) Una variante colonial: “pensar en francés”
n) Los intelectuales y el nuevo amo
CAPITULO V
a) Los que añoran la España Negra
b) Los que remedan a Mussolini
c) “Pensar en alemán”
CAPITULO VI
a) “Pensar en ruso”
b) La frustración de un poeta
c) Variantes de la izquierda colonizada
“Pensar en chino”
La revolución española en Buenos Aires
“Pensar a la cubana”
CAPITULO VII
a) Cómo pensar desde el mundo colonial
b) El pensamiento nacional en América Latina
c) “Los maestros desorientadores” en Africa
d) Althusser, Jauretche y el aparato pedagógico
e) Pensamiento nacional, variantes y deformaciones