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Ed. Peuser, año 1958. Tapa dura. Tamaño 23,5 x 15,5 cm. Traducción de Francisco Brumant. Estado: Usado muy bueno (con un golpe en la parte superior de la tapa). Cantidad de páginas: 312
Por William Adams Simonds
El día en que se aunaron su habilidad técnica y sus recursos para ayudar a derrotar a las potencias del Eje, ese día adquirieron un nuevo significado sus conquistas anteriores: la evolución del automóvil económico, el establecimiento de un salario mínimo de cinco dólares por ocho horas de trabajo, sus experimentos con las semillas de soja y otros productos agrícolas aplicables a la industria, la creación de un nuevo tipo de programa educacional, la conservación de los antiguos escritos norteamericanos…
Amante de la paz y enemigo de la guerra, Henry Ford comprendió que el medio más seguro de establecer una paz duradera consiste, a veces, en batirse con el agresor en su propio terreno y devolverle golpe por golpe.
Al leer su infancia y juventud, sus primeras luchas y sus últimos triunfos, se comprende que, durante ochenta años, nunca se apartó de ciertos principios fundamentales que rigieron su vida desde el comienzo.
Una asociación de casi veinte años con Mr. Ford en diversas actividades, ha permitido al autor seleccionar cuatro rasgos que ayudarían a explicar su carácter. Por naturaleza, Ford es un constructor de cosas, un mecánico ingenioso que comprende mejor una máquina si la desarma y la vuelve a montar con sus propias manos. Esto ya quedó demostrado en su infancia, cuando aprendió a reparar relojes; más tarde, este mismo interés se hizo extensivo a las máquinas de vapor o gasolina, a los automóviles, tractores, aeroplanos y a toda clase de maquinarias en general.
Esta dotado, además, de un don de previsión, una especie de sexto sentido que tal vez haya heredado de sus antepasados irlandeses. Lo ha revelado en innumerables oportunidades: en la elección del hombre necesario para un trabajo determinado, en su preparación contra ciertos contratiempos que otros no supieron prever.
Su tercer rasgo sobresaliente es la fidelidad a un principio, equivocado o no, y su apoyo decidido a los pocos hombres que se destacan por sus condiciones. Siempre estuvo dispuesto a luchar por lo que creía justo, sin parar mientes en las dificultades que se le oponían. No ha habido una causa demasiado pequeña o un oponente demasiado grande que lo haya hecho apartarse de los principios básicos y fundamentales que aprendió en su juventud.
Finalmente, hay en él una buena dosis de sentimiento. Sus amigos lo consideran bondadoso y sencillo. Sus adversarios han descubierto que, si bien sabe devolver golpe por golpe, también sabe luchar lealmente y sin guardar resentimiento contra nadie.
Nos hallamos demasiado próximos a Ford para poder apreciar el lugar que ocupará en la historia o la influencia que ha ejercido su personalidad en los acontecimientos mundiales de la primera mitad del siglo XX. Este volumen no pretende llegar a eso; su único propósito es relatar el recorrido de un pequeño granjero de Michigan que llegó a alcanzar un puesto privilegiado, sin perder por ello su sentido de los valores y su amor por la naturaleza.
INDICE
Prefacio
I- EI año de Gettysburg
II- La infancia
III- Noviazgo y casamiento
IV- El primer coche Ford
V- Iniciándose en los negocios automovilísticos
VI- La lucha por el reconocimiento
VII- El nacimiento de la Compañía
VIII- En marcha
IX- El control
X- Rompiendo el monopolio
XI- Un gigante se agita
XII- Cinco dólares por ocho horas
XIII- E! Buque de la Paz
XIV- La primera guerra mundial. Motores de la libertad y cazasubmarinos
XV- La construcción de la fábrica Rouge
XVI- Aguantando el temporal
XVII- Apología pública
XVIII- En memoria de un amigo
XIX- El cierre de los Bancos
XX- NRA
XXI- UAW
XXII- Dos aniversarios
XXIII- La campaña del descrédito
XXIV- Millones para la defensa
XXV- Paz con las clases obreras
XXVI- Resueltamente hacia la victoria
XXVII- Willow Run
XXVIII- Continuará
Bibliografía