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DVD Original
Estado: Nuevo
Origen: Inglaterra
Blanco y negro
Formato: Fullscreen
Idioma: Inglés
Subtítulos: Castellano
Duración: 150′
Director: Laurence Olivier
Actores: Laurence Olivier, Jean Simmons, Eileen Erlie, Basil Sidney, Peter Cushing, Felix Aylmer, Stanley Holloway, Esmond Knight

Lo bueno de los grandes clásicos de la literatura es que siguen despertando nuestro interés, y eso es lo que le pasa a un personaje como Hamlet, que se ve envuelto en una difícil situación: Gertrudis (Eileen Herlie), madre de Hamlet, acaba de casarse con Claudio (Basil Sydney), su cuñado, poco después de la muerte de su esposo. Olivier encarna a un Hamlet permanentemente de luto y apesadumbrado por la muerte de su padre, cuyo espectro se le aparece y le dice que su muerte no fue fortuita, sino un asesinato cometido por Claudio. Hamlet finge primero su locura y posteriormente enloquece (o casi), provocando el caos a su alrededor, ya que, cuando trata de vengarse, provoca la muerte de Polonio (Feliz Aylmer), la locura de Ofelia (Jean Simmons) y el ansia de venganza de Laertes (Terence Morgan).

En cierto modo, Laertes y Hamlet son personajes similares, ya que a ambos les mueve el deseo de venganza, si bien la forma en que asumen esa tarea es bien distinta. Laertes es un vengador cegado por la ira, en tanto que Hamlet quiere estar seguro de que es verdad cuanto le ha contado el espectro, de ahí que urda una trama para asegurarse: representar frente a la corte La muerte de Gonzago, en un brillante ejercicio de teatro dentro del teatro, para ver la reacción de Claudio.

Olivier emplea flashbacks para el relato de ciertos hechos y transforma algunos de los soliloquios de Hamlet en monólogos interiores que el personaje no pronuncia, tan solo piensa –en esto se diferencia de las adaptaciones modernas–. La corte de Elsinore, un tenebroso castillo junto a un acantilado, deviene un hortus conclusus o jardín cerrado, una auténtica cárcel, como afirma el propio protagonista. Aunque no hay en el Hamlet de Shakespeare una lectura edípica en clave freudiana, es un concepto que explota convenientemente Olivier, ya que el príncipe se muestra muy distante con Ofelia pero manifiesta por Gertrude un amor algo más que filial.

Hamlet no es solo una tragedia de la venganza, sino la gran tragedia de la duda, ya que Hamlet es más un héroe de la palabra que un héroe de la acción. Hay extremos que no podemos resolver, como la propia locura de Hamlet o la implicación de Gertrude en el asesinato de Hamlet padre, por eso no es casualidad que muchos críticos se hayan referido a Hamlet como la “Mona Lisa” de la literatura moderna. Olivier recreó un Hamlet con claros tintes edípicos, con lo que enlazaba la tragedia isabelina con la tragedia clásica sofoclea. Lo más llamativo es que Olivier rueda su película en interiores –salvo la muerte de Ofelia, inspirada directamente en el cuadro de Millais– y prescinde de tres personajes, Fortimbrás, príncipe de Noruega, y Rosencrantz y Guildenstern, amigos de Hamlet, lo que le costó, en el momento del estreno, duras críticas…