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Ed. Salamandra, año 2010. Tamaño 20 x 12,5 cm. Traducción de Judit Xantus Szarvas. Nuevo, 192 págs.
Márai (1900-89) fue un de los mayores escritores húngaros del siglo XX. Nació en Kassa (hoy Košice, en Eslovaquia), una pequeña localidad del antiguo Imperio austro-húngaro. Descendiente de una familia acomodada de origen sajón, su infancia y adolescencia fueron conflictivas. Se escapó de su casa varias veces y por ello fue ingresado en un internado religioso.
Posteriormente se instaló en Leipzig para estudiar periodismo, carrera que abandonó. Durante su juventud viajó por Europa Central, y visitó París, la capital cultural de la época, donde convivió con algunos de los representantes más destacados de las vanguardias estéticas del momento. Tras considerar -en un principio- escribir en alemán (lengua que dominaba desde pequeño), se decidió finalmente por su lengua materna, el húngaro, y en 1928 se instaló en un pequeño barrio de Budapest.
Durante la década de 1930 se labró un gran prestigio por la claridad y precisión de su prosa de estilo realista, prestigio que pocos años después era casi comparable al de Thomas Mann o Stefan Zweig. Si bien alabó con entusiasmo los Acuerdos de Viena, en los que la Alemania nazi obligó a Checoslovaquia y a Rumania a devolver a Hungría parte de los territorios perdidos por ésta en el Tratado de Trianon, escribió contundentes artículos en contra del nazismo y se declaró «profundamente antifascista», algo poco recomendable en la Hungría del momento.
Nuevos problemas se sumaron luego con la ocupación soviética de Hungría y con el establecimiento del régimen comunista. Tildado de «burgués» por los comunistas, Marai abandonó definitivamente su país en 1948 y, tras una breve estancia en Italia, emigró a Estados Unidos. La subsiguiente prohibición de su obra en Hungría hizo caer en el olvido a quien en ese momento estaba considerado uno de los escritores más importantes de la literatura centroeuropea. Así, habría que esperar varios décadas para que este escritor fuese redescubierto en su país y en el mundo entero.
Márai se quitó la vida en 1989 en San Diego, California, pocos meses antes de la caída del Muro de Berlín. Aunque se destacó sobre todo por su obra narrativa, también escribió poesía, teatro y ensayo, además de múltiples colaboraciones periodísticas, entre las que se encuentran algunas de las primeras reseñas sobre las obras de Franz Kafka.
En sus novelas, escritas originariamente en húngaro y cuidadosamente desarrolladas, Marai analiza la decadencia de la burguesía húngara durante la primera mitad del siglo. Además de sus novelas, Marai escribió libros de memorias que retratan las convulsiones sufridas por Hungría durante la primera mitad del siglo XX, como la Primera Guerra Mundial (retratada en Confesiones de un burgués) o las invasiones del ejército nazi, primero, y soviético, después (en ¡Tierra, tierra!).
En El último encuentro un pequeño castillo de caza en Hungría, al pie de los Cárpatos, donde alguna vez se celebraron elegantes veladas y cuyos salones decorados al estilo francés se llenaban de la música de Chopin, ha cambiado radicalmente de aspecto. El esplendor de antaño ya no existe, todo anuncia el final de una época. Dos hombres mayores, que de jóvenes habían sido amigos inseparables, se citan a cenar tras cuarenta años sin verse.
Uno ha pasado mucho tiempo en Extremo Oriente, el otro, en cambio, ha permanecido en su propiedad. Pero han vivido a la espera de este momento, pues entre ellos se interpone un secreto de una fuerza singular. Todo converge en un duelo sin armas, aunque tal vez mucho más cruel, cuyo punto en común es el recuerdo imborrable de una mujer.
La tensión aumenta, línea tras línea, hasta que se hace casi insoportable, pero la prosa continúa, implacable, precisa, fiel reflejo del empeño de los protagonistas por hurgar hasta en lo más recóndito de sus almas, allí donde se encuentran esas verdades cuyo descubrimiento provoca, al mismo tiempo, un insoslayable dolor y un incontenible impulso vital.