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Ed. Paidós, año 1988. Tamaño 22,5 x 15,5 cm. Traducción de Diana S. Rabinovich. Estado: Usado muy bueno (con seis páginas escritas con birome). Cantidad de páginas: 388

Por Jacques Lacan
18 de noviembre de 1959

Anuncié este año, como título de mi seminario, «La ética del psicoanálisis». No pienso que sea éste un tema cuya elección, en sí misma, sea para nada sorprendente, aun cuando deje abierta para algunos la pregunta de saber qué podría colocar realmente bajo él.

Ciertamente, no me decidí a abordarlo sin experimentar antes un momento de vacilación, incluso de temor. Me decidí a hacerlo porque a decir verdad, este tema se engarza con el desarrollo de nuestro seminario del año pasado, siempre y cuando podamos considerar dicho trabajo como plenamente logrado. Sin embargo, nos es necesario avanzar realmente. Bajo el término de ética de psicoanálisis se agrupa lo que nos permitirá, más que cualquier otro ámbito, poner a prueba las categorías a través de las cuales creo darles, en lo que les enseño, el instrumento más adecuado para destacar qué aporta de nuevo la obra de Freud y la experiencia del psicoanálisis que de ella se desprende.

¿Algo nuevo acerca de qué? Acerca de algo que es a la vez muy general y muy particular. Muy general, en tanto la experiencia del psicoanálisis es altamente significativa de cierto momento del hombre, que es aquel en el que vivimos, sin nunca poder situar, salvo raramente, qué significa la obra, la obra colectiva, en la que estamos inmersos. Muy particular, por otro lado, al igual que nuestro trabajo cotidiano, a saber, la manera en que debemos responder, en nuestra experiencia, a lo que les enseñé a articular como una demanda, la demanda del enfermo a la cual nuestra respuesta da su exacta significación -una respuesta cuya disciplina debemos conservar severamente para impedir que se adultere el sentido, en suma profundamente inconsciente, de esa demanda.

Al hablar de ética del psicoanálisis, me parece, no escogí al azar una palabra. «Moral», habría podido decir también. Si digo «ética», ya verán por qué, no es por el placer de usar un término más raro.

La estructura constituida por la relación imaginaria como tal, por el hecho de que el hombre narcisista entra doble en la dialéctica de la ficción, encontrará tal vez su clave al final de nuestra investigación de este año sobre la ética del análisis. Verán ustedes asomar, en último término, la cuestión planteada por el carácter fundamental del masoquismo en la economía de los instintos.

Sin duda, algo deberá permanecer abierto en lo concerniente al punto que ocupamos en la evolución de la erótica y de la cura a aportar, ya no a tal o cual, sino a la cultura y a su malestar. Tal vez deberemos hacer nuestro duelo por toda verdadera innovación en el dominio de la ética -y hasta cierto punto se podría decir que algún signo de ello se encuentra en el hecho de que ni siquiera fuimos capaces, después de todo nuestro progreso teórico, de ser el origen de una nueva perversión. Pero sería, sin embargo, un signo seguro de que hemos llegado verdaderamente al núcleo del problema sobre el tema de las perversiones existentes, llegar a profundizar el papel económico del masoquismo.

INDICE
Nuestro programa
INTRODUCCION DE LA COSA
Placer y realidad
Una relectura del Entwurf
Das Ding
Das Ding II
De la ley moral
EL PROBLEMA DE LA SUBLIMACION
Las pulsiones y los señuelos
El objeto y la cosa
De la creación ex nihilo
Breves comentarios al margen
El amor cortés en anamorfosis
Crítica de Bernfeld
LA PARADOJA DEL GOCE
La muerte de Dios
El amor al prójimo
El goce de la transgresión
La pulsión de muerte
La función del bien
La función de lo bello
El brillo de Antígona
Las articulaciones de la pieza
Antígona en el entre-dos-muertes
LA DIMENSION TRAGICA DE LA EXPERIENCIA ANALITICA
La demanda de felicidad y la promesa analítica
Las metas morales del psicoanálisis
Las paradojas de la ética o ¿Has actuado en conformidad con tu deseo?
Nota informativa
Nota de los editores de la edición castellana