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Ed. Godot, año 2009. Tamaño 20 x 13 cm. Prólogo y traducción de Tatiana Bubnova. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 254

El marxismo y la filosofía del lenguaje, Volóshinov 094Este legendario libro fue publicado en ruso durante 1929. Apareció por primera vez en lengua española en 1976, traducido del inglés, en la Argentina, en momentos aciagos para la cultura. Exhibir en la portada la palabra «marxismo» era impensable, y los editores encontraron una buena salida, sin traicionar en absoluto el espíritu del libro: El signo ideológico y la filosofía del lenguaje. La versión directa del ruso aparece en España durante 1992. En realidad, afinar la traducción era una tarea imprescindible, porque uno de los problemas del legado del Círculo de Bajtín son precisamente las traducciones y la interpretación aleatoria de los conceptos. La terminología especializada que se usa en diferentes lenguas y en diferentes versiones no ha sido unificada incluso hasta ahora, aunque actualmente se han realizado esfuerzos en este sentido, al menos en inglés.

El problema central de este legado, como ha sido reconocido, es el contexto de la producción de los textos, escritos durante un período histórico determinado y destinados a su tiempo, pero luego extraviados por diversas razones, y el contexto de la recepción, sobre todo fuera de su país y muchos años después, recepción de acuerdo con los problemas de otra época. Esto genera lecturas múltiples. Los textos del Círculo de Bajtín se leyeron con otros ojos, en un contexto diferente, y perdieron en cierta medida el vínculo con su significación original. Fueron actualizados de acuerdo con el pensamiento de otras épocas. En fin, es éste el destino de los libros: ya sabemos que el texto «no existe», sólo la interpretación. Julia Kristeva, que fue la primera en presentar las ideas de Bajtín y su círculo en Occidente, reconoció (1998) que había adaptado su interpretación de la obra de Bajtín al horizonte intelectual e incluso al vocabulario del lector francés culto de los años sesenta y setenta. La aparición irregular, acronológica, de varios textos del círculo de Bajtín contribuyó también a interpretaciones babélicas. Parafraseando a un bajtinista ruso, V. Turbín, se puede decir que la herencia intelectual del Círculo de Bajtín se ha perdido en el tiempo. El humanista ruso S. Averintsev se lamentaba de que Bajtín fuera entendido en Occidente con la exactitud de «hasta al revés». El libro de Volóshinov, atribuido a Bajtín, y la confusión en torno a la autoría contribuyeron considerablemente a la interpretación «semiótica» y «marxista» del «dialogismo» bajtiniano (Las obras del Círculo de Bajtín, firmadas por V. N. Volóshinov, P. N. Medvédev e I. Kanaev, fueron atribuidas a Bajtín en 1970 por el semiólogo V. V. Ivánov, y esta idea se sostuvo hasta mediados de los noventa del siglo pasado. Puesta en duda ya por Morson y Emerson, fue replanteada por los investigadores ingleses y norteamericanos, que aceptan que la medida de la intervención de Bajtín en los textos llamados «apócrifos» (tres libros y toda una serie de artículos) no puede ser determinada con precisión, y que los autores titulares habían sido reales y no meros pseudónimos. E1 problema de la autoría sigue abierto).

Así ha sido el destino del libro El marxismo y la filosofía del lenguaje (en adelante, MFL). Escrito en los albores del período soviético, dentro del optimismo previo al inicio de los desastres de la colectivización, del gran terror y de la guerra, representa un temprano intento por construir una filosofía del lenguaje de acuerdo con los principios marxistas. Estos principios habían de basarse en un enfoque semiótico y materialista. El marxismo soviético, no lo olvidemos, se encontraba todavía en su fase constructiva. Al final de su vida Bajtín negaría categóricamente todo vínculo con el marxismo, lo que explica, en parte, su negativa a admitir públicamente su autoría, total o parcial. Ahora bien, su intervención en el libro es patente, pero no se puede asegurar en qué medida. La aparición en el texto de MFL de cierto vocabulario propio de los trabajos tempranos de Bajtín ponen de manifiesto el esfuerzo de Volóshinov por adaptar las ideas filosóficas del maestro a su iniciativa semiótica y pragmática. Esto sucede por ejemplo con la idea del enunciado equiparado a un «acontecimiento social» el diálogo bajtiniano originalmente se planteaba como un «acontecimiento del ser» (Hacia una filosofía del acto ético), y el carácter de encuentro y de evento ontológico vertido en un diálogo lo encontraremos en los trabajos clásicos y autógrafos de Bajtín. Tanto más paradójico resultaba traducir el concepto de enunciado/enunciación en términos de «acto de habla’ (L. Austin), como sucedía en la primera versión castellana que tomaba como modelo la inglesa. En cualquier caso, en el concepto mismo colisiona el «idealismo» neokantiano de Bajtín con el «materialismo» marxista de Volóshinov. Volóshinov critica la aproximación psicologista a los fenómenos «ideológicos» como si fueran producto de la conciencia. Esta última no puede ser registrada sino por medio de los signos, y los signos, en primer lugar los de la lengua, representan productos ideológicos generados dentro de una interacción comunicativa de diversas clases sociales. Las clases sociales se encuentran en relación antagónica. Los signos -las palabras- son neutrales por naturaleza (toda la sociedad los usa por igual, sin importar la clase social). Por lo mismo poseen la capacidad de ser vehículos de diferentes contenidos ideológicos: jurídicos, científicos, estéticos, literarios, políticos, religiosos, etc. Se trata de zonas de creatividad ideológica que refractan la realidad de una manera particular mediante los signos. Todos los fenómenos ideológicos (productos de la «conciencia») y la conciencia misma se manifiestan en forma sígnica. Aquí encontramos un concepto particular de ideología, elaborado por los marxistas rusos de aquel entonces: a la vez conciencia de clase y sistema de ideas, imágenes, normas, sentimientos, etc. N. Bujarin, en particular, fue teórico e ideólogo de la época.

Mediante el concepto de refracción Volóshinov parece responder a la epistemología leniniana (Materialismo y empiriocriticismo, 1910) basada en la teoría del reflejo. Tal respuesta puede considerarse como una especie de polémica y de correctivo a la idea de que la conciencia «refleja» la realidad de una manera inmediata. Donde Lenin dice «reflejo», Volóshinov dice «reflejo y refracción», incluso «distorsión» de la realidad por el signo (MFL 32-33). El medio de los signos ideológicos es justamente el ámbito «refractante» que conforma nuestras ideas acerca de la realidad de una manera acorde a nuestras ideologías de clase; nuestra percepción de la realidad no es directa, sino mediada por la superficie refractante de los signos ideológicos.

C. Brandist (2002:75) señala la relación entre la primera parte de la Filosofía de las formas simbólicas (1923) del neokantiano Cassirer, texto que Volóshinov estaba traduciendo antes de escribir El marxismo y la filosofía del lenguaje (la traducción no ha sido encontrada), y la refracción en los signos de la existencia socioeconómica. Otra corriente que contribuyó a la idea del signo ideológico es la filosofía de la Gestalt adaptada en este caso por el psicólogo y filósofo del lenguaje Karl Bühler. La diferencia entre la teoría del conocimiento neokantiana y las contribuciones de Bühler (que sigue a su vez a la escuela de Graz) consiste en que ésta última no desestimaba la percepción (vista, oído, tacto, etc.) como fuente del conocimiento y base de interacción con el mundo circundante frente a la formación del conocimiento puro mediante conceptos, como lo hacían los modernos seguidores de Kant. También en Bühler se puede encontrar algo así como un paso hacia considerar el contexto no sólo individual, sino social, pero Volóshinov lo desarrolla un poco antes, aunque en una forma que ahora nos parezca incipiente.

En realidad, aquí es donde se puede distinguir el origen primero del enfoque global de la interacción del ser humano con el mundo, del ser humano concebido como razón y cuerpo, como una totalidad intelectual, anímica y corporal, que aparece ya en «Autor y héroe en la actividad estética» (h. 1924) de Bajtín y se sostiene bajo diferentes aspectos hasta sus escritos más tardíos. En la comunicación el ser humano participa con la totalidad de su ser: «del cuerpo a la palabra». También la radical no soledad del hombre, que se traduce en su existencia social, proviene de Bajtín; pero en éste es parte de una concepción filosófica, mientras que en Volóshinov se transcribe en forma de una «sociología». El aporte de Volóshinov consiste sobre todo en transcribir esta visión del mundo en una semiótica ideológica desde su origen, en la que se puede ver los primeros lineamientos de las futuras pragmática y sociolingüística. Es por eso que en los años setenta, frente al auge de los estudios semióticos que desestimaban cualquier fuente de significación que no estuviera derivada de la estructura del texto, el libro de Volóshinov se leyó como precursor del giro hacia las dos disciplinas mencionadas con las que la lingüística, «ciencia piloto» del siglo XX, experimentaba en aquel período.

La crítica que Volóshinov emprende contra el «objetivismo abstracto» de De Saussure como fuente de la semiótica europea, fue lo que llamó la atención de los pragmáticos y sociolingüistas en la época de las «teorías del texto». «Pour la sémiotique, la littérature n’existe pas», observó agudamente Kristeva. El «contexto» empezó a cobrar relevancia frente al «texto»: Volóshinov llegó como una corroboración del descontento creciente con el imperialismo de una semiótica volcada sobre sí misma. Aunque lo critica también favorece más al subjetivismo individualista (lo hace remontar a W. von Humboldt), mismo que, considerablemente corregido, es adaptado a su propia visión del lenguaje, que es, ante todo, energeia, actividad permanente e ideológica.

Volóshinov partió en su crítica a la psicología, que delinea en rasgos generales en este libro, más exactamente de la crítica del psicoanálisis que realizó en un libro anterior: Freudismo. Ensayo crítico (1927). De aquel libro primerizo son rescatables en estos días su llamado de atención hacia el carácter discursivo de las representaciones psicoanalíticas (y el lenguaje/discurso es social por naturaleza), así como el hecho de que la función psicoanalítica representa en sí un escenario en miniatura de una interacción social en la que el analizando y el analista ocupan posiciones jerárquicamente organizadas, como cualquier escenario comunicativo en la sociedad.

En MFL, Volóshinov propone que la conciencia no es la sede de las ideologías. Como los contenidos de la conciencia sólo se transmiten mediante los signos (ideológicos), la misma conciencia sólo puede ser situada como una frontera entre el psiquismo interior y el medio sígnico exterior. El pensamiento mismo, de esta manera, desde un principio pertenece a un sistema ideológico y es regido por sus leyes, que es el sistema del psiquismo particular. Como borra la oposición entre lo interno y lo externo, cancela la oposición entre lo individual y lo social. Lo social, dice, tiene por correlato lo natural. En cambio el individuo es absolutamente definido por lo social.

Ambos libros de Volóshinov, a pesar de haber caído en el olvido para el gran público, tuvieron una repercusión importante en la articulación y/o supresión de las disciplinas respectivas —el psicoanálisis y la filosofía del lenguaje— en el panorama de las humanidades soviéticas (Vasiliev 50-51). El Freudismo, por ejemplo, hizo que cesara la publicación de la serie «Biblioteca psicológica y psicoanalítica», convirtiéndose en la fuente y modelo para toda una generación de individuos que cobraban por llevar a cabo una «crítica de la psicología burguesa». Así se articulaba la «lucha» en el frente ideológico, la que no se limitaba, por desgracia, a la supresión de publicaciones. Por otra parte, el hecho de que Volóshinov reseñara negativamente la teoría lingüística de De Saussure se manifestaría en la actitud subsecuente a las ideas provenientes de la escuela de Ginebra por parte de los lingüistas soviéticos. Hay quienes (A. Etkind) ven en el título de MFL un modelo para la famosa compilación de los trabajos de Stalin El marxismo y los problemas de la lingüística (1950). Pero incluso se puede ir más lejos y relacionar la idea de Volóshinov acerca de la neutralidad del signo ideológico con todo el planteamiento de Stalin acerca de la omnipresencia de la lengua en la vida social y la producción y de su carácter instrumental: se trata de llevar al extremo y vulgarizar la postura pandiscursiva que caracteriza al propio del Círculo de Bajtín. Este insight de Etkind sugiere que Stalin pudo haber leído el libro de Volóshinov, hecho imposible de demostrar. En todo caso, Volóshinov habría sido utilizado, sin intervenir personalmente en aquellas «luchas» sangrientas, cuyas víctimas los miembros del Círculo de Bajtín de hecho eran.

Al mismo tiempo en la Unión Soviética las ideas de Bajtín/Volóshinov resultaron enterradas durante varios decenios, debido a las contingencias políticas y a la imposibilidad de salir del marco de un «marxismo» oficial y ortodoxo. En la lingüística, como se sabe, la escuela dominante, que se autoproclamó la única verdaderamente marxista, fue, durante un cuarto de siglo, la de N. Marr, con su teoría «jafética». A pesar de que con la aparición de dos ediciones de MFL hubo bastantes respuestas de especialistas, con críticas de tonos diversos, el libro se quedó reposando en los fondos de las bibliotecas hasta las nuevas épocas, sin que el lector común lo pudiese consultar. No obstante, en el extranjero aparecieron también reseñas favorables y críticas, y existió una repercusión importante en el desarrollo del pensamiento lingüístico con uno de los miembros del grupo formalista.

Román Jakobson estaba enterado del libro de Volóshinov desde su aparición (la primera mención del libro aparece en su correspondencia con Trubetzkoy ya en 1931). Los traductores norteamericanos del libro consideran que MFL no sólo contribuyó al desarrollo de ciertas ideas lingüístico-semióticas del mismo Jakobson, sino que a través de éste tuvo una importante influencia en la articulación de las teorías del Círculo Lingüístico de Praga. Jakobson escribiría una introducción a la traducción francesa del libro, en la cual valora altamente la contribución de Bajtín y Volóshinov al desarrollo del pensamiento humanístico del siglo XX. Se apoya en las concepciones de Volóshinov en el artículo de 1957 acerca de los «embragues» o shifters, y en el trabajo de 1970 «La lingüística en su relación con otras ciencias»
habla de la prioridad de Volóshinov en plantear una «sociología» del lenguaje.

Actualmente existen ya numerosos trabajos especializados que analizan el aparato conceptual, la génesis y el contexto tanto de las obras de Volóshinov como las de todo el Círculo de Bajtín, en el cual emergieron figuras a las cuales al principio (los años sesenta-setenta del siglo pasado) no se les ha dado relevancia, tales como Matvei Kagan y Mijaíl Pumpianski, aparte de la tríada Volóshinov-Medvédev-Kanáev. La figura misma de Volóshinov cobró relieve: fue músico y musicólogo, poeta, lingüista. Sus aportaciones a la teoría marxista del lenguaje ahora se toman más en serio. Sus contemporáneos, testigos de su personalidad y de su trabajo, le daban prioridad a la presencia de Bajtín en su obra. Los investigadores actuales -me refiero a la escuela marxista de bajtinólogos en Inglaterra, los Estados Unidos y Canadá- le están dando un mayor crédito a Volóshinov. La figura de Bajtín, mientras tanto, sigue siendo un misterio. Sabemos ahora mucho más tanto de la génesis de sus ideas como de su biografía. No obstante, su personalidad misma sigue indescifrable y plena de contenidos que nos parecen antagónicos. Algún investigador ruso (V. Makhlin) sugiere que en los textos de Bajtín «aún no ha pisado pie humano».

Indice
Prólogo
Valentín Nikoláevich Volóshinov (1894-1936)
El marxismo y la filosofía del lenguaje y el Círculo de Bajtín, por Tatiana Bubnova
Introducción
El marxismo y la filosofía del lenguaje (Los principales problemas del método sociológico en la ciencia del lenguaje)
Primera Parte, La importancia de la filosofía del lenguaje para el marxismo
I- El estudio de las ideologías y la filosofía del lenguaje
II- El problema de la relación entre las bases y las superestructuras
III- La filosofía del lenguaje y la psicología objetiva
Segunda Parte, Hacia la filosofía del lenguaje
I- Dos corrientes del pensamiento filosófico lingüístico
II- Lengua, Lenguaje, Enunciado
III- Interacción discursiva
IV- Tema y significación en el lenguaje
Tercera Parte, Hacia una historia de las formas de enunciado en las construcciones lingüísticas (ensayo de aplicación del método sociológico a problemas de sintaxis)
I- Teoría del enunciado y problamas de sintaxis
II- Planteamiento del problema del «discurso ajeno»
III- Discurso indirecto, discurso directo y sus modalidades
IV- Discurso cuasi directo en francés, alemán y ruso