Ed. Universidad de Buenos Aires, año 1959. Tamaño 20 x 12 cm. Usado excelente, 310 págs. Precio y stock a confirmar.

Los fundamentos del decreto de erección de la Universidad hacen referencia a la recuperación del sosiego y la tranquilidad de la provincia, después de las calamidades del año 1820. En atención a ello, «era uno de los primeros deberes del Gobierno entrar de nuevo a ocuparse de la educación pública y promoverla por un sistema general».

Juan María Gutiérrez menciona que, «entre los carteles relativos al movimiento de la anarquía de que rebosaban los pilares de las esquinas, resaltaba uno convocando al público al templo de San Ignacio a presenciar una función literaria». Tal función la ofrecían los discípulos más aventajados de aquel profesor de filosofía que secularizó el aula primero y enseguida los fundamentos de la enseñanza. Se trataba de Juan Crisóstomo Lafinur, quien supo cerrar el acto citado con una refutación de la tesis de Rousseau según la cual “las ciencias han corrompido al hombre y empeorado sus costumbres”.

De igual modo Rivadavia, que impulsó la enseñanza primaria adoptando el sistema lancasteriano y la secundaria creando el Colegio de Ciencias Morales, dio a la Universidad la organización definitiva, tal como subsistió desde 1822. Aún cuando en buena medida la Universidad se fundó para unificar y centralizar, coordinando estudios de diverso grado y materia que ya se impartían en Buenos Aires, algunos desde fines del Virreinato y otros a partir de la Revolución, su estructuración en el plan propuesto por el doctor Antonio Sáenz, con fecha 17 de noviembre de 1821, revela el propósito de adecuarla a las necesidades sociales.

No puede definírsela como Universidad que sólo se preocupara de las profesiones —preocupación ésta muy lógica si nos atenemos a la época—, pues la humanidades se hallaban incluidas en el Departamento de Estudios Preparatorios aunque matizadas con elementos modernos. Así, junto al Latín, la Lógica, la Metafísica y la Retórica, figuraban el Francés y el Inglés, la Físicomatemática y la Economía Política. Otros Departamentos eran los de Primeras Letras, Ciencias Exactas, Medicina, Jurisprudencia y Ciencias Sagradas, completados con la Academia de Jurisprudencia Práctica y la Sala de Doctores.

Sea lo que fuere de la polémica en torno al papel que le cupo a Rivadavia por contraposición con el doctor Sáenz en las reformas didácticas y pedagógicas implantadas en la Universidad de Buenos Aires, no caben dudas que se deben al primero la adopción en la cátedra de Economía Política del texto de James Mill, Elementos de Economía Política, en la de Derecho Civil de la obra de Jeremías Bentham, Tratado de Legislación Civil y Penal, y la propuesta de las cátedras de Ideología, en las que se inicia la introducción de la filosofía de Cabanis y Destut de Tracy, completada con Condillac y hasta con el Barón de Holbach.

Tales ideas rompían, quizás bruscamente, con las concepciones imperantes a lo largo de la vida colonial y eran el síntoma más notorio de un cambio en los espíritus. La coexistencia de hombres representativos de las corrientes de pensamiento tradicional y de aquellos que encarnaban su crítica y la difusión de nuevas ideas, tenía que producir situaciones de tirantez, como en efecto ocurrió. Las enseñanzas del doctor Juan Manuel Fernández de Agüero, primer catedrático de Ideología en la Universidad, a partir de marzo de 1822, suscitaron extraordinaria resonancia en el Buenos Aires de entonces.

El doctor Sáenz, en su carácter de rector y sobre la base de las copias del texto de las lecciones de Fernández de Agüero, le inició primero una acción ante el cabildo Eclesiástico acusándolo de sostener “proposiciones escandalosas y heréticas”. Luego, al editarse los apuntes de clase en 1824, Sáenz le promueve cuestión ante la Sala de Doctores de la Universidad, la cual resuelve dejar en libertad al rector para que adoptara las medidas pertinentes, las que culminan con la suspensión del catedrático en julio de ese mismo año. Tal episodio y otros del mismo género, son propios de una época de transición y se explican por la situación general del país a la vez que —y así lo señala un investigador— por “la mentalidad del doctor Sáenz que orientaba a la Universidad hacia un tipo colonial, que ni los más fervorosos creyentes aceptaban”.

Indice:

I. Introducción:
1. Antecedentes de la enseñanza superior en el país hasta 1885 (La universidad colonial, Córdoba. La universidad en la época independiente).
2. El debate parlamentario sobre la ley Avellaneda (Composición de las Facultades. Provisión de cátedras y destitución de profesores. Autonomía. Enseñanza oficial y privada: la expedición de diplomas. Fondo universitario).

II. Debate parlamentario:
1. Texto de la Ley.
2. Cámara de Senadores: sesiones del 10 de mayo y 23 de junio de 1883.
3. Cámara de Diputados: sesiones del 21 de mayo, 23 de mayo y 26 de mayo de 1884.

IV. Cámara de Senadores: sesión del 30 de mayo de 1885.

V. Cámara de Diputados: sesión del 22 de junio de 1885. Cámara de Senadores: sesión del 25 de junio de 1885.