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Ed. Booket, año 2013. Tamaño 19 x 13 cm. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 190
Osvaldo Soriano, periodista y escritor argentino, nace en Mar del Plata en 1943. Transcurre su infancia y adolescencia entre numerosas mudanzas, debido a la labor de su padre como inspector de Obras Sanitarias, que lo llevaron a vivir en San Luís, Río Negro -cuyos paisajes evocará en su obra y en sus columnas periodísticas-, pasando también por Río Cuarto, provincia de Córdoba. Finalmente, su familia se asienta en Tandil, ciudad natal de su madre. A los 26 años, Osvaldo decide viajar a Buenos Aires para incursionar en el periodismo.
En 1969 se incorpora en Primera Plana, continuando su camino profesional en destacadas revistas y diarios como Panorama, La Opinión y El Cronista. Su trascendencia como escritor se da a partir de 1973 con su novela Triste, solitario y final. El golpe de Estado cívico militar que tiene lugar en Argentina en 1976 lo lleva a exiliarse en Europa. Allí publicará dos libros más, que posteriormente serán llevados al cine: No habrá más penas ni olvido y Cuarteles de invierno. Ambos aparecen en la Argentina en 1982 y lo convierten en el autor vivo más leído del país.
En su regreso, durante la democracia, tuvo un rol fundamental en Página/12, diario del que fue cofundador en 1987, y en donde se destacaron sus crónicas en la contratapa de la publicación. Cuatro novelas más (A sus plantas rendido un león, en 1986; Una sombra ya pronto serás, en 1990; El ojo de la patria, en 1992 y La hora sin sombra, en 1995) y cuatro volúmenes con sus mejores crónicas periodísticas (Artistas, locos y criminales, en 1984; Rebeldes, soñadores y fugitivos, en 1988; Cuentos de los años felices, en 1993 y Piratas, fantasmas y dinosaurios, en 1996) lo convirtieron en un clásico contemporáneo de la literatura argentina.
Cuarteles de Invierno es la tercera novela publicada por Osvaldo Soriano. La misma fue escrita durante su exilio en Bélgica y Francia, entre 1977 y 1979. Fue llevada al cine dos veces, en el año 1984.
La historia ocurre durante la última dictadura argentina (1976-1983), en un pueblo ficticio del interior llamado Colonia Vela (en él también transcurre su novela anterior, No habrá más penas ni olvido. Según el autor, nace a partir de un lugar de su conocimiento ubicado en las cercanías de Tandil, llamado Estación Vela).
Los protagonistas son Andrés Galván, un cantante de cierto renombre, y Tony Rocha, un boxeador en retirada. Ambos llegan al pueblo convocados por sus autoridades civiles y militares a formar parte de un gran festival organizado para celebrar un nuevo aniversario de Colonia Vela, en donde se espera que Galván deleite a los lugareños con sus tangos y en donde Rocha se enfrentará en el ring contra Sepúlveda, un joven boxeador, candidato del pueblo y de las Fuerzas Armadas.
Estos dos personajes, desconocidos entre sí, pasan a compartir su estadía en el lugar pese a cierta incompatibilidad de personalidades. La relación se terminará afianzando dada la serie de sucesos de abuso y violencia que comienzan a sufrir juntos por parte de las autoridades militares y civiles del pueblo.
Si bien la violencia se percibe desde el primer capítulo, con la llegada de los protagonistas y el recibimiento de militares armados, con actitudes hostiles propias de estos personajes, pareciera que dado el perfil de los protagonistas (en nada vinculado a la vida política) su paso por allí no tiene nada comprometedor.
Sin embargo, ocurre un punto quiebre cuando Galván se niega al pedido de un autógrafo por parte de un paramilitar. A partir de ese momento, se sucederá una secuencia de atropellos que romperán abruptamente con la leve cordialidad que hasta ese punto habían recibido del «poderoso del pueblo» y los militares organizadores del festival.
Rocha recibe un disparo en su mano, que lo deja en total desventaja frente a su contrincante y el show de Galván es cancelado por el descubrimiento de supuestos antecedentes extremistas: el cantante recibe la orden de retirarse del pueblo.
No obstante, al enterarse de que la pelea de Rocha estaba arreglada para que gane el candidato del pueblo, decide quedarse y salvar la vida de su ahora amigo. El boxeador, testarudo, desatiende esas versiones y opta por seguir adelante con la pelea en la que es derrotado con una paliza que lo deja hospitalizado. La desatención que recibe en ese lugar llevan a Galván a tomar la decisión de irse del pueblo con su amigo, con el fin de salvarle la vida. En esta parte final se intensifica la sensación de desamparo e indiferencia, que se prolonga a lo largo de toda la historia, por parte de los terceros, que si bien son testigos de lo que allí sucede, se presentan inmóviles y desentendidos…