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Ed. Emecé, año 2007. Tamaño 23 x 15 cm. Incluye apéndice documental en CD (Nuevo). Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 132
Por Rogelio Paredes
Ensayista, crítico literario y sociólogo de la cultura, Altamirano explica, a través de su estudio preliminar y de una sagaz selección de textos, en qué medida los años que transcurrieron entre la Revolución de Junio de 1943 y la llegada de Cámpora a la presidencia de la Nación, con el fenómeno de una participación política, económica y cultural cada vez más amplia, afectaron para siempre y de una manera decisiva la vida y el futuro de la sociedad argentina.
Atravesada por una crisis profunda que se arraigaba en su economía agroexportadora pero que resonaba de modo más hiriente en sus prácticas políticas y en su identidad cultural, agraviada externamente por conflictos internacionales políticos e ideológicos de los cuales era imposible escapar, la sociedad argentina, como demuestra Altamirano, afrontó en un contexto particularmente áspero la irrupción de las masas en la nueva vida política y cultural.
El peronismo, una articulación eficaz entre esos nuevos sectores de la industria nacional y las fuerzas orgánicas de las corporaciones que trataban de encuadrarlos y darles dirección, fue un principio de solución cuya crisis, sin embargo, arrastró al país entero al “terrible desenlace” que, en palabras del autor, aguardaba aún a la Argentina en la década de los años setenta.
Persuadido de que era ése el nudo argumental del drama que debía relatar, Altamirano escribió un estudio preliminar notablemente objetivo, equilibrado y sintético para un período a la vez tan complejo y tan polémico sobre el que muchos protagonistas, actores -y seguramente también lectores- de la obra siguen reflexionando en medio de explicables perplejidades.
El autor ha dividido su trabajo en tres períodos fácilmente reconocibles y, sin embargo, no siempre bien interpretados en la memoria colectiva como actos de una misma y única tragedia: el peronismo, el desarrollismo y la Revolución Argentina.
La antología de textos y documentos responde a la estructura del estudio preliminar, y se inicia y concluye con dos diagnósticos sobre un ansiado, postergado y temido plan de transformación social profunda: el documento del GOU sobre la situación argentina de 1943 y el primer discurso de Perón tras la masacre de Ezeiza, en junio de 1973. Detrás de ambos, así como detrás de casi todos los documentos recopilados, late la misma expectativa, la misma inquietud, la misma interrogación acerca del destino de diagnósticos, promesas y proyectos lanzados para salir de crisis cada vez más reiteradas y de oposiciones cada vez más violentas: ¿será posible conjurar la agitación y la esperanza de una transformación que, aunque inevitable, termine volviéndose incontrolable?
El libro de Altamirano transmite de manera admirable el clima a la vez angustioso y lleno de nuevas aspiraciones de esos años, especialmente a través de la voz de los dirigentes, en particular de los políticos y militares, algo menos de los sindicalistas y los empresarios, mucho menos de los intelectuales y artistas, aunque cada uno de ellos tenga un protagonismo diferente según el período de que se trate.
Pero lo cierto es que ese palpitar de multitudes temibles y desconocidas podrá percibirse mejor, quizá, en los diagnósticos trazados por Perón en 1944 para señalar el advenimiento de una nueva era de masas tras la Primera Guerra Mundial -coincidente con algunas de las perspectivas actuales sobre el tema- que en los discursos cada vez más desorientados y, por eso mismo, sintomáticos de sus sucesores y adversarios.
Bajo el signo de las masas es una obra significativa por su carácter sistemático, didáctico y documental, y por su sereno aporte a una lectura equilibrada del período tal vez más crítico y transformador de la historia argentina del siglo XX.