Precio y stock a confirmar
DVD Original usado
Estado: Muy bueno
Color
Origen: Dinamarca
Formato: Fullscreen
Idioma: Danés
Subtítulos: Castellano
Duración:112′
Director: Susanne Bier
Actores: Sonja Richter, Nikolaj Lie Kaas, Mads Mikkelsen, Paprika Steen
¿Qué sucede cuando todo lo que damos por garantizado y seguro se desvanece, cuando el futuro de repente se derrumba impredeciblemente, cuando parece que nuestras vida se desliza por una pendiente sin control?. Corazones abiertos es la radiografía íntima de cuatro seres humanos y de su confrontación con la fragilidad de la vida y el poder del amor.
Cecilie y Joachim son jóvenes y se aman. Están a punto de casarse, y tienen toda la vida por delante. Pero Joachim sufre un grave accidente de tránsito y de repente todo se transforma. Las cosas cambiarán dramáticamente no sólo para Cecilie y Joachim sino para el feliz matrimonio de Marie y Niels, ambos orillando los cuarenta y padres de tres chicos, cuando Niels, el médico a cargo de atender a Joachim, se enamora perdidamente de Cecile. Lo cual es todavía más dramático porque su mujer, Marie, es quien ha atropellado a Joachim con su auto.
¿Qué sucede cuando la tragedia golpea en el seno de una familia común y corriente? ¿cómo reaccionan sus miembros? ¿cómo se las arreglan para seguir viviendo?. Son preguntas cruciales que la directora danesa Susanne Bier se plantea e intenta responder en este film, realizado según las normas establecidas por el Dogma.
Dice SUSANNE BIER:
“Me pregunté qué sucede cuando el destino, de repente, chasquea los dedos y te da vuelta la vida como un guante, de golpe. Una pareja joven está haciendo planes para casarse cuando tienen un grave accidente.¿ cómo van a reaccionar ante eso? La fragilidad de la vida es algo que siempre me ha obsesionado. La gran ventaja de trabajar de acuerdo a las reglas del Dogma es que, por ejemplo, al tener que rodar estrictamente bajo las condiciones naturales de luz ambiental, se halla una libertad fantástica en lo que hace al desplazamiento de los personajes en escena. Pueden moverse cómo quieran sin tener que preocuparse por la ubicación de las luces. Aunque también es un tanto molesto, llegado el caso, no poder verles los ojos, del modo en que uno podría verlos con una puesta de luces tradicional. No obstante, disfruté mucho haciendo un film del Dogma. Aunque debo decir que el mandamiento relativo al sonido parece ir en contra de la idea central que subyace en toda la normativa del Dogma. Dado que el sonido debe obligatoriamente ser grabado simultáneamente con la imagen, eso hace que toda la operación de toma y grabación del sonido directo sea tan dificultosa que se convierte en algo restrictivo, especialmente si uno lo compara con la libertad que se desprende de todo el concepto integral del Dogma”.
El manifiesto del Dogma significó un enfrentamiento directo con la artificialidad extrema imperante en el modo industrial de hacer cine, aunque, en opinión de Susanne Bier, el movimiento implicó, a partir de eso, la proposición de una verdadera anti-estética, cercana a una suerte de estilo de ficción-documental.
“No se puede imponerle una estética a la realidad. Si uno filma en la calle tiene que aceptar que la calle es como es. Esto impide que uno caiga en la tentación de poner la estética por delante de la trama y de los personajes. Y aunque a la luz de esta convicción las reglas del Dogma resultan una verdadera antiestética, quizás haya que hablar mejor de una nueva estética que resuena en el campo documental”.
Este reflejo documental puede apreciarse en CORAZONES ABIERTOS en consonancia con un concentrado tratamiento dramático que le da al film su toque tan especial.
La acción de CORAZONES ABIERTOS tiene lugar a lo largo de cinco o seis semanas, durante las cuales los personajes principales sufren un vuelco absoluto en sus vidas a partir de accidente de tránsito que opera como el detonante de la trama. Esto le aporta al film una singular cualidad, tributaria de una cierta rusticidad documental atravesada por elementos más cercanos a las convenciones melodramáticas.
«No describimos aquí los efectos exteriores del drama. Pudimos haber llenado el film con luces de emergencia y sonidos de ambulancias, pero eso no nos interesaba. Queríamos detenernos en las consecuencias interiores, íntimas, de los sucesos».