Precio y stock a confirmar
Ed. Aldus, año 2003. Tamaño 21 x 13,5 cm. Traducción de Salvador Elizondo. Dibujo de portada de Leonardo Da Vinci y dibujo de colofón de Paul Valéry. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 100
Me sucede, como a todos, contarme cuentos. O, mejor dicho, que los cuentos se cuentan en mí. Caminar crea, cuando nada lo precipita ni lo obliga a poner más atención de la debida a sus pasos para que se aproximen a donde pensábamos llevarlos.
Me pasa, como a muchos, pero rara vez, anotar lo esencial de lo que así me viene. Son «ideas», «temas», como dicen; a veces dos palabras, un título, un germen. Ocurre también, en fin, que, de vuelta a mis papeles, me pongo a escribir lo que se había formado por sí solo en mi cabeza. Lo escribo como si eso fuera el comienzo de una obra. pero sé que la obra nunca existirá, siento que no sabré a dónde va y que el tedio me invadiría si me pusiera a conducirla hacia un fin bien determinado. Al cabo de unas líneas o de una página, lo abandono, sin haber apresado con la escritura sino lo que me había sorprendido, divertido, intrigado, y ya no me inquieto por exigirle a esta producción espontánea que se prolongue, que se organice y se consume de acuerdo con las exigencias de un arte. Por lo demás, aquí interviene mi sensibilidad excesiva con respecto a «lo arbitrario»…
Toda obra literaria está expuesta a cada instante a la «iniciativa» del lector. A cada instante éste puede reaccionar a su lectura efectuando substituciones que afectan los detalles de la obra o su evolución. El decorado, el relato, el tono pueden ser más o meno alterados, mientras el conjunto se conserva de modo más o menos evidente. Casi todo el arte consiste en hacer olvidar al lector su posibilidad personal de intervención, en adelantar su reacción por todos los medios o en volverla más difícil por el rigor y las perfecciones de la forma. Toda novela puede recibir uno a varios desenlaces aparte del que ofrece; pero es más incómodo modificar a nuestro gusto un poema bien ejecutado.
Esta sensación de las posibilidades, muy fuerte en mí, se ha alejado siempre de la vía del relato y miro fluir los ríos con la admiración de un hombre para quien la contemplación y el análisis de un vaso de agua bastan para absorber el tiempo y la curiosidad.
Ha aquí pues la colección paradójica de fragmentos, de comienzos, de temas que se han pronunciado en diversas épocas de mi vida y cuyo destino no pienso retomar jamás después de donde los he dejado.
He agregado a ellos algunas piezas acabadas de carácter poético.
INDICE
Advertencia
Calipso
Robinson
Historia de Hera
El esclavo
Diario de Emma
De Isabel a Raquel
Raquel
La Isla de Xiphos
Acem
Poemas
Fragmentos