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Ed. Peña Lillo, año 1973. Tamaño 20,5 x 14,5 cm. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 310
Por Jorge Abelardo Ramos
Enero de 1968
Hace veinte años me propuse plantear en «América Latina: Un país» la cuestión nacional latinoamericana. Era la primera tentativa de concebir en términos marxistas el destino histórico de la patria dividida. La Reforma Universitaria de 1918 había engendrado con el aprismo un esfuerzo teórico notable en la misma dirección, que resultó frustrado trágicamente por las limitaciones del nacionalismo pequeño burgués del Perú. Pero el pensamiento político de la clase obrera misma, balcanizado en América Latina por las categorías europeas de un marxismo abstracto de corte cosmopolita, no había sido capaz hasta entonces de elevarse a la comprensión de América Latina concebida como un todo nacional inconcluso.
Mi libro de hace dos décadas pretendía superar ese estancamiento, aunque adolecía de una ambición juvenil totalmente explicable. Se proponía exponer e historiar la cuestión nacional latinoamericana y descifrar al mismo tiempo los enigmas incontables de una historia argentina petrificada. ¡Era algo excesivo! Pero no fue a causa de esa inocente jactancia que los diputados Visca y Decker secuestraron dicha obra en 1949, como Presidentes de la Comisión Bicameral del Congreso Nacional. La lectura no se contaba entre las pasiones privadas de ambos legisladores. Por otra parte, mi modesto libro no merecía esa crítica de las armas, sino más bien las armas de la crítica; pero esto último era pedir demasiado, tanto a los enérgicos parlamentarios como a los exhaustos partidos de la izquierda cipaya, que lo digirieron en silencio.
Para rendir completa justicia a «América Latina: Un país», agregaré que si bien adelantaba en sus páginas el núcleo de la tesis unificadora, el estado de mis conocimientos en esa época me impidió expresar en toda su íntima complejidad los factores histórico-sociales que posibilitaron el proyecto de Bolívar al mismo tiempo que decidieron su ruina. Aunque el libro constituía un paso adelante, no me resultaba totalmente satisfactorio. A medida que estudiaba mejor el problema y que la lucha política por la constitución de la Izquierda Nacional en la Argentina me iluminaba sobre la necesidad de un retorno al concepto bolivariano del espacio nacional, llegaba a la conclusión de que reeditar aquella obra era insuficiente, que había cumplido su tarea y que era mejor dejarla morir en paz, con sus aciertos y extravíos. Se imponía escribir una historia completa de los combates físicos y teóricos librados para unificar América Latina. De esta certidumbre nació el presente trabajo.
Me adelanto a declarar que no ofrezco al lector una historia de América Latina, sino tan sólo la crónica razonada de las luchas que nuestro pueblo libró para reunirse en una Nación. Es una historia de victorias y derrotas; pero es una historia inseparable. Me esforcé por repensar como «americanocéntrico» los episodios capitales de ese proceso y en emplear el método marxista desde aquí, contraponiéndolo a la versión sacro-marxista que tradicionalmente impuso Europa para interpretar América Latina. Es mi convicción profunda que se trata del único medio para desmomificar el pensamiento revolucionario y hacerle rendir su esencia. El lector juzgará por los resultados.
INDICE
1- La España caballeresca
2- El buen salvaje
3- Colonización y nacionalización de las Indias
4- La crisis del Imperio Hispano-Criollo
5- La lucha de clases en la Independencia
6- Ayacucho, a paso de vencedores
7- De Bolívar a Bolivia
8- Balcanización en el Plata
9- El Congreso de Panamá