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Ed. Fundación Start, año 2003. Tamaño 27,5 x 21,5 cm. Edición bilingüe castellano/inglés. Estado: Usado muy bueno. Cantidad de páginas: 16
Por Mario H. Gradowczyk y William S. Huff
A principios de diciembre de 2002, un historiador de arte argentino (Mario H. Gradowczyk), que estaba navegando por Internet en busca de artículos sobre Tomás Maldonado, encontró un trabajo de un norteamericano retirado, profesor de Diseño Básico en Arquitectura (William S. Huff), y su dirección de correo electrónico. MHG se comunicó con él y le hizo saber que era el co-traductor al español de un difícil texto matemático, Gestalt und Symmetrie, por Wolf y Kuhn. Se estableció un contacto instantáneo entre ambos, ya que WSH es un experto en el campo de la Simetría, tema muy relacionado con el diseño. En veloz intercambio, WSH le hizo saber que poseía un manuscrito original en español escrito, hacía más de cinco décadas, por el artista, diseñador, educador y escritor Tomás Maldonado. MHG estaba listo para lanzarse, ya que hacia tiempo había estado trabajando sobre el arte abstracto del Río de la Plata. Nuevamente la Internet proveyó un servicio rápido y el manuscrito, escaneado, fue enviado a la computadora de MHG. Después de una trascripción expeditiva, él respondió de inmediato : «El texto es muy claro y se trata de un ejemplo maravilloso de las ideas de esos artistas en aquel momento. Su publicación es más que deseable. Se lee muy bien…Su estilo es muy didáctico y directo como los escritos de Klee».
Muchos objetos valiosos, especialmente los de papel, son puestos de lado y descartados en forma temporal; algunos son congelados. Estos últimos permanecen disponibles, pero solo son accesibles a unos pocos. En 1967, un año antes del rápido e inesperado final de la Hochschule für Gestaltung (HfG de Ulm), cuando Maldonado empacaba para dejar la HfG y enfrentar nuevos desafíos prácticos e intelectuales en Italia del Norte (principalmente en Milán y Bolonia) le entregó, con generoso impulso, ese manuscrito a WSH. (WSH había ido originariamente a Ulm con la determinación de estudiar con otro maestro, quien había sido investido con los atributos del grupo De Stijl; fue una circunstancia fortuita la que lo condujo al curso impartido por Maldonado).
Para WSH, el manuscrito fue un conmovedor recuerdo de su primer encuentro, que había tenido lugar unos once años atrás, con el consiguiente desarrollo de un respeto mutuo, que mantuvo siempre la apropiada distancia establecida entre maestro -y discípulo, aunque solo los separaban cinco años de edad. Ese regalo parecería también ser un reconocimiento a ciertos intereses compartidos que ocurrieron en el cruce de dos trayectorias diferentes: WSH había estado interesado en el ‘diseño básico’ —punto de intersección entre arte y diseño— materia a la que Maldonado había contribuido considerablemente durante un corto lapso, como parte de sus multifacéticas investigaciones. (Esto no significa que Maldonado, alguna vez, perdió interés en el diseño básico, más bien que muchos y nuevos intereses le quitaron preeminencia dentro de su cambiante temática de investigación).
Este manuscrito está bajo la custodia de WSH desde hace treinta y cinco años. A pesar de que su contenido preciso le resultó oculto, su sugestiva manufactura siempre le atrajo. Además del amarillamiento del papel, hay manchas de óxido del gancho que mantenía unidas las tres hojas antes de que llegaran a la mano de WSH y una de las ventanas de la primera página había sufrido un corte.
El texto de Maldonado, prolijamente escrito a mano, sigue la práctica bauhauseana de aquellos días, que prohibía el uso de mayúsculas. Una serie de imágenes cuidadosamente volcadas ilustran el texto. Dibujándolas en semejanza de algunas anotaciones cuidadosas; pero también de memoria, él representó un Malevich, tres Vantongerloo, y un Mondrian. (Resulta que el «Malevich» del MoMA está invertido y con un formato cuadrado; y que el «Mondrian» es el resultado de una composición de dos de sus pinturas de la misma serie, que Maldonado habia visto en esa época en colecciones privadas suizas). También existe el fechado levemente disléxico, ‘1648’, en lugar de 1948.
Mas allá de su potencia nostálgica, existen varias razones que apoyan la publicación de este corto ensayo escrito en Zurich. Entre 1945 y 1947, mientras vivía en Buenos Aires, Maldonado fue el principal exponente del grupo de arte concreto (art concret): la Asociación Arte Concreto Invención. Además de su labor como artista, publicó varios artículos sobre arte abstracto y concreto. Su contacto con el arte abstracto europeo ocurrió durante su primer viaje a Europa en 1948, donde se conectó con los mayores artistas concretos y sus artefactos. En consecuencia, el manuscrito de WSH debiera ser considerado como el primer análisis detallado de las obras concretas realizado por Maldonado en un nivel internacional.
En este texto corto, pero iluminado, analizó un problema fundamental del arte concreto: la relación entre figura y el espacio que la rodea, el fondo. Maldonado se planteaba la pregunta pertinente: cómo destruir el espacio ilusorio. Al reconocer que la disolución del fondo llevaría a «una exaltación desmedida escultórica de la figura», el joven artista argentino (tenía entonces 26 años), reconocía limitaciones del arte concreto, como se lo practicaba entonces en Zurich, París y Buenos Aires. Se debía evitar que el arte concreto se convierta en un nuevo formalismo.
Para resolver el problema planteado por la contradicción entre figura y fondo, Maldonado analizó alternativas sugeridas por Vantongerloo y Max Bill: liquidar las figuras y «hacer (por medio de sutiles elementos no figurales) vibrar al máximo el fondo» o «diluir el perímetro de las figuras», como lo muestra la pintura con el circulo rojo de Vantongerloo, ilustrada en la página 2 del manuscrito (contratapa de esta publicación). Pero Maldonado no estaba satisfecho con ninguna de esas soluciones. (En su monografía sobre Max Bill, publicada en 1955, Maldonado retomó el tema y escribió: «Las líneas (rectas, curvas, onduladas o espirálicas), los puntos y los esfumados no están en función ornamental o naturalista, sino expresando una secreta voluntad organizativa de la imagen.
En la pintura de Max Bill ‘Ilimitado y limitado’ (‘Unbegrenzt-Begrenzt’, 1947), para citar un caso, el esfumado conserva su franco valor estructural; el espectador advierte que, después de todo, el esfumado puede ser mirado con el ‘ojo desnudo’, aunque una cierta ejercitación será necesaria, es decir, como un nuevo elemento del arte concreto, sin reminiscencias volumétricas de ninguna especie»).
Unos pocos meses antes, precisamente el 29 de enero de 1948, y separado por unas cuatro mil millas, Barnett Newman, confrontado con problemas similares, cubría una pequeña tela vertical con una capa pareja de pintura de rojo cadmio oscuro (rojo indio) fijando en el centro una banda vertical de papel, sobre la cual pintó una capa espesa e irregular de rojo cadmio claro. A lo mejor Maldonado hubiera aplaudido a esta obra de Newman, ‘Onement I’, pintura que abría un nuevo capítulo en la historia del arte moderno: la conquista del espacio ilimitado, como lo mostró su ‘Vic Heroicus Sublimis’. Resulta de interés remarcar, después de más de medio siglo, cómo Maldonado anticipadamente señaló, con su aguda y honesta autocrítica, las limitaciones de su propia práctica artística.
El comentario de Maldonado sobre la reaparición de su texto, que enviara por correo electrónico a MHG y WSH, brinda un interesante cierre a esta introducción: «Le agradezco por su interés en mi trabajo en años para mí hoy objetivamente (y subjetivamente) tan lejanos. Y esto no sólo porque los años pasan, como suele decirse, sino también porque las ideas y las obras pasan. Hasta tal punto que, algunas veces, nos cuesta reconocerlas como propias. El texto que usted menciona en su correo electrónico me ha llevado atrás en el tiempo».
«Releyéndolo, he recordado (con una cierta melancolía, lo confieso), las condiciones ambientales en las cuales fue escrito: un cuarto de tres por tres en la torreta del Hotel Pfauen en Zürich. Usted probablemente tiene razón: es un texto importante. No sé si para la historia del arte, pero de seguro para comprender mi evolución artística personal. En realidad, es la última vez que, en la mejor (y peor) tradición constructivista (rusa) y neoplasticista, teorizo el arte en tono apocalíptico y normativo. De regreso a Buenos Aires, la pintura deja de ser para mí un medio para ilustrar una teoría, o una poética. Mi reflexión sobre el arte será, a partir de ese momento, siempre más circunspecta, más austera, menos orientada a proclamar certezas o a cercar adictos al propio credo. Abandono así la obsesión de indudable matriz romántica (que ha caracterizado todas las vanguardias) de un mundo concebido en función de un paradigma estético, y solo de uno. ‘Hay que romantizar el mundo’, decía el romántico [escritor] alemán Novalis».
Como lo ha sugerido el propio Maldonado, este manuscrito, y su publicación —focaliza en un problema crítico planteado por el arte concreto— y se convierte en una parte esencial para el conocimiento de la evolución de la capacidad reflexiva de ese individuo, para quien el arte solo ha sido un aspecto de su capacidad creadora.
INDICE
Introducción, por Gustao A. Bruzzone y Rafael Cippolini
Exaltar el fondo, por Mario H. Gradowczyk y William S. Huff
El arte concreto y el problema de lo ilimitado. Notas para un estudio teórico. Zurich 1948, por Tomás Maldonado