Ed. Sudamericana, año 2004. Tamaño 23 x 15 cm. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 560
Esta es la primera vez que se reúne, gracias a Cesar Aira, la obra poética de Osvaldo Lamborghini. No es probable que uno pueda encontrar en la poesía argentina de las ultimas décadas una obra mas consiente que la de Osvaldo Lamborghini. A la inusitada y singular coherencia temática -que incorpora mitologías personales y dosis de poesía política, de psicoanálisis, de gauchesca, del surrealismo mejor asimilado -hay que añadirle la búsqueda formal de un escritor atento siempre a las inflexiones orales y a su propagación y combinación en la página. Desobediente a todo y a todos, Osvaldo Lamborghini encuentra el poema -«una desgracias pasajera»- y lo convierte en un arma secreta. O lo somete a una violencia textual que poco tiene en común con las «transgresiones» de los escandalizadores profesionales. El poeta frente a su cuaderno con su caligrafía. Osvaldo Lamborghini vuelve real como ningún otro este acto a la vez domestico y perturbador. Ante esa materialidad a la vez suficiente y escasa, ante la repetición abstraída, el que escribe debe reaccionar cada vez de manera distinta. Para desconcentrar, para prever un lector único al final de la oscuridad, para no encontrar la señal del consentimiento que garantiza el avance marcial y la consagración del «hombre de letras».
Generoso, fatal, imprescindible, Osvaldo Lamborghini se nos presenta como epitome y adalid del poeta solo para inventarse en un más allá muy próximo -el encabalgamiento que falta- la identidad socarrona del que lee, entre líneas, esa carta de amor odio que solo el estilo hace posible. Una carta definitiva.