Ed. Hyspamérica, año 1986. Tamaño 21 x 14 cm. Usado excelente, 292 págs. Precio y stock a confirmar.
El surgimiento de políticas petroleras nacionalistas en los países subdesarrollados es uno de los fenómenos políticos más significativos de nuestros tiempos. Convencidos de que el crecimiento económico rápido y sostenido exige la propiedad nacional de los recursos petroleros, un número creciente de países de América Latina y de otras partes del mundo subdesarrollado desafían la distribución internacional del poder y la riqueza.
La reciente decisión venezolana de nacionalizar su industria petrolera llamó mucho la atención en los Estados Unidos, pero sólo representa un paso más en el movimiento del nacionalismo petrolero latinoamericano que ya tiene más de medio siglo. Ese movimiento se originó en la Argentina, el primer país que, excluida la Unión Soviética, organizó una industria petrolera verticalmente integrada y de propiedad estatal. En consecuencia, la experiencia de la compañía petrolera argentina, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), proporciona un modelo de desarrollo petrolero en el contexto del nacionalismo económico.
Hoy en día la economía argentina en proceso de industrialización depende marcadamente de los recursos petroleros del país, y la Argentina es uno de los principales productores de petróleo de América del Sur. Los mayores recursos petroleros de la Argentina se encuentran en tres regiones. La más septentrional se extiende unos 450 kilómetros a lo largo de las estribaciones orientales de los Andes, densamente boscosas y escasamente pobladas, en las provincias de Salta y Jujuy; a través de la frontera la formación petrolífera penetra hacia el norte en el sudeste de Bolivia. El petróleo de esta región es de alta calidad, pero la explotación y perforación resultan difíciles y costosas como consecuencia de las características escarpadas del terreno.
La segunda región petrolera —que hoy aporta cerca de un tercio de la producción total del país— comienza unos 900 kilómetros al sur del límite meridional de la región norteña. También corre paralela a los Andes y se extiende casi 900 kilómetros, desde unos 60 kilómetros al norte de la ciudad de Mendoza hasta las vecindades del río Negro. El relieve árido y aislado de la región dificultó durante largo tiempo la explotación de sus recursos petroleros. La más austral de las tres regiones petrolíferas principales, la costa patagónica de las provincias de Santa Cruz y Chubut, fue por mucho tiempo la zona productora de petróleo más famosa de la Argentina. Centrada en la ciudad costera atlántica de Comodoro Rivadavia, sus yacimientos se extienden en arco en un radio de 150 kilómetros. Los yacimientos de Comodoro Rivadavia ya no proporcionan la mayor parte del petróleo argentino, como ocurrió por décadas, pero hay nuevos yacimientos en la provincia de Santa Cruz que hoy producen grandes cantidades y se han llevado a cabo descubrimientos prometedores en el territorio de la isla de Tierra del Fuego.
Estos recursos, sin embargo, permanecieron en su mayor parte ocultos hasta 1907, cuando se descubrió petróleo en Comodoro Rivadavia. Antes de esa fecha, y por muchos años después, la Argentina dependía casi totalmente del exterior en materia de carbón y combustible. El carbón se importaba, junto con el grueso de los bienes manufacturados, principalmente de Gran Bretaña, y se exportaban los productos agrícolas de las pampas para pagar esas importaciones, principalmente a Gran Bretaña.
La Primera Guerra Mundial trastornó ese sistema tradicional, y la crisis resultante encauzó a algunas figuras prominentes a desafiar las premisas básicas de la economía exportadora argentina.
Progresivamente, los líderes nacionales se convencieron de que la prosperidad futura de la República exigía una mayor autosuficiencia. Estos precursores del nacionalismo económico argentino moderno sostenían que la dependencia del país del capital extranjero, del comercio de exportación y del combustible importado hacía de la Argentina un peón en manos de las potencias extranjeras. Los primeros directivos de YPF que compartían estos puntos de vista que apuntaban a una mayor independencia económica para la Argentina, desarrollaron el tema del nacionalismo económico que este libro denomina nacionalismo petrolero.
El nacionalismo petrolero, en pocas palabras, enfatiza que, explotados por un monopolio estatal, los recursos petroleros argentinos permitirían al país concretar un desarrollo económico sostenido sin interferencias de las compañías petroleras internacionales ni de sus gobiernos. A fines de la década del 20 el nacionalismo petrolero había captado un poderoso apoyo político y, además, había llegado a ser una fuerza ideológica de primera línea.
La emergencia del nacionalismo petrolero en el contexto de la historia política y económica argentina es el tema de este libro. Las relaciones entre ideología, política y estructura socio-económica que se examinan en este estudio plantean algunos problemas básicos sobre el desarrollo argentino en el siglo XX.
¿Qué grupos sociales y económicos apoyaron el nacionalismo económico y por qué? ¿Cómo trataron de movilizar este apoyo los partidos políticos y los líderes? ¿Cuál fue el papel de los militares en el desarrollo de YPF? ¿Cómo afectaron el regionalismo y el federalismo en el surgimiento del nacionalismo petrolero? ¿Cuál fue el impacto que el nacionalismo petrolero tuvo en la política gubernamental? ¿Cuáles son los resultados de la utilización del nacionalismo petrolero como herramienta política en una economía dependiente? ¿Acaso la transición argentina de una sociedad dominada por una élite a una sociedad de participación de masas dio nuevos ímpetus al nacionalismo petrolero?
Este libro considera cada uno de esos problemas a través del análisis histórico de las políticas petroleras argentinas y del desarrollo de YPF desde 1907 hasta mediados de los años 70. El estudio, sin embargo, se centra en las cruciales décadas formativas de la industria petrolera estatal, período que coincidió con el experimento político liberal argentino de 1916 a 1930. En estos años, Enrique Mosconi, el genio tutelar de YPF, e Hipólito Yrigoyen, la figura dominante de la política argentina de comienzos del siglo XX, establecieron las instituciones y las ideologías que modelaron la actividad petrolera durante el resto de la centuria.
En este estudio se ha utilizado el sistema métrico decimal para consignar todas las medidas de petróleo. La unidad básica es el metro cúbico (m3). Históricamente, el comercio de petróleo de los Estados Unidos ha usado el barril (42 galones estadounidenses) y el británico la tonelada larga (unidad de comercio naval), pero como el gobierno argentino siempre empleó el sistema métrico decimal para medir tanto la producción doméstica como la importada, he unificado todas las tablas y el texto de acuerdo con la práctica argentina. En la conversión, un metro cúbico de petróleo crudo equivale a 6,3 barriles o a 0,93 toneladas métricas.
Indice: Prólogo. 1- La batalla por la propiedad estatal del petróleo, 1907-1914. 2- Crisis energética: política del petróleo durante la Primera Guerra Mundial, 1914-1919. 3- La lucha petrolera de posguerra y el nacimiento de YPF, 1919-1922. 4- Alvear, Mosconi y el desarrollo de YPF, 1922-1927. 5- La política petrolera y el colapso del liberalismo argentino, 1927-1930. 6- El impacto del nacionalismo petrolero argentino 1930-1977. Bibliografía.