Ed. Rizzoli, año 1967. Tapa dura. Tamaño 32 x 24 cm. Presentazione di Gabriele Baldini. Aparati critici e filologici di Gabriele Mandel. Incluye 62 reproducciones a color sobre papel ilustración. Usado excelente, 120 págs. Precio y stock a confirmar.

Hijo de un estudioso de lenguas clásicas, Hogarth (Londres, 1697-1764) entró como aprendiz en el taller de un orfebre en 1713, interesándose pronto por el arte del grabado, llegando a tener su propio taller cinco años más tarde.

En estos primeros grabados empieza ya a manifestar esa acidez crítica que caracteriza buena parte de su obra, tanto gráfica como en lienzo. En abril de 1720, Hogarth se estableció como grabador independiente, primero grabando escudos de armas, facturas de tiendas y diseñando láminas para libreros.

Con los años decidió dar el salto a la categoría de pintor, pero no le fue fácil. En aquella época, los grandes encargos artísticos de Londres estaban acaparados por artistas extranjeros, dentro de un estilo rococó y ampuloso que Hogarth consideraba artificial.

Los reyes y la nobleza ingleses subestimaban a los artistas nacionales y preferían convocar a los más cotizados del continente, lo que explica que desde el siglo XVI, los artistas ingleses fuesen eclipsados por autores extranjeros como Hans Holbein el Joven, Rubens, Van Dyck, Sebastiano Ricci y Canaletto.

Hogarth se dedicó especialmente a la realización de retratos, interesándose también por las «conversation pieces», escenas de tertulia con origen en la pintura holandesa que consistían en retratos de grupo, generalmente en interiores.

Pero será a partir de 1732 cuando inicie las obras que le han dado fama, los ciclos de «temas morales modernos», series de cuadros narrando una historia -como si de escenas de teatro se tratara- en los que se pretende ilustrar la fragilidad humana. Sus fuentes debemos buscarlas en la pintura holandesa y francesa, aunque él mismo creó un arte narrativo totalmente novedoso, inspirado en la literatura satírica de su tiempo -Pope, Defoe, Fielding, Swift-, con el que critica las injusticias y desigualdades de la sociedad británica del siglo XVIII.

“La carrera de una prostituta” (en sus seis escenas, el miserable destino de una chica del campo que comenzó una carrera de prostitución en la ciudad se sigue desde el principio hasta su degradado final, con la muerte por enfermedad venérea y el funeral sin ceremonias), “La carrera del libertino” (es una secuela de la serie anterior, mostrando en ocho imágenes la vida de Tom Rakewell, hijo de un rico comerciante, que malgasta su dinero en una vida de lujo, prostitutas, el juego y al final acaba su vida en Bedlam), o “El matrimonio a la moda” (la serie comienza con el cierre del contrato matrimonial entre un arruinado Lord Squander y un burgués nuevo rico por el que obligan a sus hijos a casarse.

La fortuna quiere así que uno se salve de la ruina y el otro adquiera un título nobiliario. Los jóvenes, que no sienten atracción alguna el uno por el otro, se abandonan mientras se cierra el negocio. El ciclo termina con el asesinato del recién casado por el amante de su mujer y el suicidio de ésta después de que su amante sea ahorcado en Tyburn por el asesinato de su marido).

Con estas series el pintor pretendió conseguir éxito y dinero. La fama sí llegó, pero el dinero no alcanzó las expectativas despertadas ya que las obras fueron plagiadas con rapidez al ser de gran interés para el público popular.

Sus últimos años serán de escasa actividad ya que ocupa diversos cargos honoríficos al ser nombrado en 1757 consejero y miembro honorario de la Academia Imperial Germánica y en junio de ese año es designado pintor superintendente de todas las obras de su majestad, cargos que disfrutó hasta su muerte en Chiswick, el 25 de octubre de 1764.

Indice:
1- Il libertino, il pettirosso, musica tra le fiamme.
2- Hogarth. Itinerario di un’avventura critica.
3- Hogarth incisote.
4- Il colore nell’arte di Hogarth.
5- Analisi dell’opera pittorica di Hogarth.
6- Catalogo delle opere.