Editions Du Dimanche, Colection «Les Demi-Dieux», año 1947. Tamaño 31 x 24 cm. Reseña biográfica a cargo de Paul-Henri Michel. Incluye 116 reproducciones en blanco y negro a página completa, correspondiente a secuencias formadas por la obra en su integridad, un plano detalle y primerísimo plano de la misma, acompañadas por un comentario técnico y crítico particularizado para cada una de ellas. Estado: Excelente. Cantidad de páginas: 158
Cet ouvrage qui comprend un texte original de Jean Cassou, «La Gloire d’Eugène Delacroix», une biographie et 116 reproductions a été achevé d’imprimer a la néogravure, sous la direction de Henri Luginbuhl, le 30 aout 1947. El pintor francés Eugène Delacroix nació en Charenton en 1798 y murió en la capital pairisina en 1863.
Aunque criado en el seno del núcleo familiar formado por Charles Delacroix, político de profesión, y Victoire Oeben, que pertenecía a una familia de artesanos y dibujantes, se da prácticamente por seguro que su padre fue Talleyrand, un diplomático amigo de la familia.
Se formó en el estudio de Pierre Guérin, pero debe sus rasgos estilísticos a Géricault y Gros, coetáneos a los que admiró, y también a Rubens y los venecianos. Fue asimismo un gran admirador de la pintura inglesa. En 1822 presentó por primera vez una obra en el Salón, La barca de Dante, y en 1824 compareció de nuevo en el certamen con La matanza de Quíos, cuadros ambos que fueron adquiridos por el Estado francés, a pesar de la fuerte polémica que provocaron. El pintor se inclina en estas primeras obras por temas que le permiten expresar una gran intensidad emocional, plasmada con colores brillantes y gran libertad expresiva.
Son estas creaciones las que lo convierten en la gran figura del Romanticismo francés, estilo del que se consideran obras particularmente significativas La muerte de Sardanápalo y La Libertad guiando al pueblo. En ambas, las figuras dibujan una línea diagonal, que constituye el eje compositivo del cuadro, al estilo de Rubens, creando una intensa sensación de movimiento y vitalidad.
Su viaje a Marruecos en 1832 marca el inicio de su segundo período estilístico, en el que abundan los temas marroquíes (Mujeres de Argel), en composiciones mucho más pausadas aunque también típicas del Romanticismo por su carácter exótico y por el uso del color, que adquiere un protagonismo constructivo y compositivo inhabitual hasta entonces.
Al final de su vida se convirtió en el gran decorador de interiores de París, con obras relevantes para el palacio Borbón, el palacio de Luxemburgo, el Louvre y la iglesia de Saint-Sulpice. Fue uno de los personajes más ilustres de su tiempo, amigo de Charles Baudelaire y Victor Hugo entre muchos otros.