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Ed. Lumen, año 2010. Tamaño 20 x 14 cm. Estado: Usado excelente. Cantidad de páginas: 112
No es mi intención hablar de la Eucaristía en un lenguaje puramente teológico. En este sentido se ha escrito muchísimo desde los evangelistas, pasando por los Padres de la Iglesia, por santos y santas, por papas y por sacerdotes y laicos.
Mi intención, sí, es navegar osadamente por los últimos descubrimientos de la física que parecerían querer destaparnos un nuevo mundo, en el que el Gran Misterio de la Fe que llamamos Eucaristía se comienza a ver bajo una realidad nueva, enriquecedora, más amplia, sin que en nada contradiga la concepción clásica, puramente teológica, histórica. En religión es fácil encontrarnos con aparentes absurdos que es necesario superar mediante la Fe. A todos los aparentes absurdos religiosos los llamamos “misterios”.
Por otra parte, la ciencia a medida que ha ido avanzando en los dos últimos siglos, se fue internando poco a poco, casi inadvertidamente, en un ámbito en donde también aparece el absurdo, lo trascendente. A partir de aquí la ciencia comenzó a sentirse cada vez más hermanada con la metafísica y con la religión, parentesco surgido de un maridaje entre «absurdos» religiosos y «absurdos» científicos. Absurdos en apariencia, niveles de realidad diferentes a los que corresponden a nuestra propia escala.
El objeto de este trabajo es mostrar cómo la ciencia, que tanto enorgulleció a pensadores de años ha, permitiéndose mirar la religión por encima del hombro, hoy, esa misma ciencia, induce suavemente a revisar sus posturas. Por lo pronto, la ciencia reconoce actualmente sus propias trabas y límites, como lo han puesto en evidencia el principio de incertidumbre de Heisemberg y el Teorema de Kurt Godel.
Estos límites a nuestra capacidad para llegar a la verdad desnuda sirven para recordamos que somos criaturas, no el Creador. Pero esto no nos traba para conocer cada vez mejor a Dios y su obra, profundizando en su Palabra y en su Creación. Dios nos abrió las “windows” (ventanas) de su Reino y el telón de su Creación está corrido. Dijo Einstein: “Una Ciencia sin Religión es una Ciencia renga, y una Religión sin Ciencia es una Religión vacía”.
Eddington (1882-1944) afirmó: “El franco reconocimiento de que la ciencia física se desenvuelve en un mundo de sombras es uno de los avances recientes más significativos”. Son las mismas sombras platónicas. La Palabra Revelada no salió de ningún laboratorio de investigaciones; sin embargo, está sobre roca firme. La “palabra” de los científicos está sobre arena movediza. La física desconoce la última realidad del universo, o sea, “las cosas secretas que pertenecen a Yavé, nuestro Dios”.
Objeto también de este trabajo es dar a los catequistas argumentos más creíbles que la simple ciega Fe. Actualmente los niños, que tienen fácil acceso a la televisión y a la informática, hacen preguntas a sus catequistas que, desprevendios, no saben a veces cómo responder. Con este librito podrán los catequistas, al menos, no balbucear ni tartamudear ante tales sorpresas. Debemos saber “razón de nuestra esperanza” (1 Pe 3,15).
Además, en estos últimos diez años, se ha venido debilitando la fe en el profundo significado de la Eucaristía, tergiversando no pocas veces la liturgia, y debilitándose el culto al Santísimo Sacramento. Esto ha sido considerado por Juan Pablo II como fenómenos dolorosos (De Ecclesia de Eucharistía, 10). Son muchos millones de personas, que si bien creen en Dios y en los Evangelios, desconocen la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Y entre ellos no pocos católicos que reducen la Eucaristía a un simple simbolismo. “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron” (Jn 1,11).
Aclaro que no soy teólogo, sólo un catequista aficionado a la Teología. Tampoco un científico; sólo un aficionado a las ciencias.
En verdad, ha sido una osadía de mi parte el haber abordado este tan gran misterio de Amor. Pero, después de todo, si la burra de Balaam habló, bien puede uno animarse también.
Agradezco al Espíritu Santo que obstinadamente ha guiado mis pasos en esta aventura, no exenta de sugestivos milagros.
INDICE
Prólogo del autoir
1- Esto es mi cuerpo
2- ¿Materia consciente?
3- El milagro eucarístico
4- Eucaristía, creación y misterio de Fe
5- Resonancias eucarísticas
6- La Eucaristía, Santo Tomás de Aquino, los ángeles y Einstein
7- Recapitulación final
8- Mis avales
Bibliografía