Ed. Laertes, año 1982. Traducción y prólogo de Alberto Cardín. Usado excelente, 262 págs. Precio y stock a confirmar.
Algernon Charles Swinburne (1837-1909) constituye el más evidente eslabón literario entre el mundo de Byron, Shelley, Southey, y en general el romanticismo inglés y los últimos coletazos del ya decadente victorianismo, representados en la figura de Wilde. Amigo personal del último representante del círculo byroniano, W. Savage Landor, a quien conocería, ya viejo, en su retiro de Fiésole; compañero de Universidad, en Oxford, de los máximos representantes del prerrafaelismo –Rossetti, Morris, Burne-Jones-, a quienes acompañaría en sus primeros pasos; amigo y admirador de Hugo y Manzini, cuyos intereses políticos compartiría, anticipándose con ello al tardío interés político de los literatos ingleses; y precursor, gracias a su peculiar interés por Sade, de muchos de los temas de Wilde y Carpenter, Swinburne constituye una especie de resumen simbólico de las diversas corrientes literarias, culturales y políticas que durante la segunda mitad del siglo XIX surgen en Inglaterra o se expanden en dicho país procedentes del continente.
Lesbia Brandon, escrita entre 1860 y 1865, es el primer caso de educación sentimental a la inglesa, escrita por manos no femeninas. Trozos de la vida, las aficiones, pasiones e intereses de Swinburne aparecen traspuestos en ella, engarzados con el ambiente de su época. Y un aura masoquista -continuamente enlazada con la tradición flagelística inglesa y las particulares aficiones del autor en este sentido- aparece recorriéndola toda.