Ed. Booket, año 2010. Tamaño 19 x 13 cm. Traducción de Nelly M. de Machain. Nuevo, 200 págs. Precio y stockm a confirmar.
Otoko, una jovencita casi niña se enamora de Oki, un hombre mucho mayor que ella. Ambos engendran un hijo que Otoko pierde, lo que la sumerge en una profunda tristeza. Tras este episodio Oki desaparece.
Los años van curando la herida del abandono. Otoko se convierte en una reconocida pintora que comparte su casa con Keiko, su discípula y quien siente una gran admiración y cariño por su maestra. Por su parte Oki, se ha casado y tiene un hijo.
Un día Oki decide regresar a Kyoto para escuchar las campanadas del templo en año nuevo. En su visita busca a Otoko. El encuentro cargado de palabras no dichas y emociones a flor de piel no tiene consecuencias aparentemente inmediatas. Sin embargo, Keiko al enterarse de los detalles del reencuentro desencadena la venganza que Otoko nunca buscó. Keiko no sólo conocía todos los pormenores de la relación de su amada maestra con Oki sino que compartía el dolor experimentado por Otoko debido su cercanía con ésta, lo que la llevo a llenarse de la fuerza necesaria para construir el más sutil de los actos para causarle a Oki un mortal sufrimiento.
Keiko se acerca cautelosamente a la cotidianeidad de Oki y comienza a golpear los recuerdos de su tiempo con Otoko. Ésta al enterarse de los planes de Keiko intenta detenerla, pero Keiko está decidida a llegar hasta el final.
Como parte de su estrategia Keiko se acerca al hijo de Oki, lo enamora, lo ilusiona, prepara el terreno para poder consumir cómodamente una dramática venganza, que aparenta ser un accidente que llena de dolor a todas las personas cercanas a la vida de Otoko y Oki, y a ellos mismos.
La forma en que Kawabata construye las sutiles relaciones de sus personajes se destaca sobre la anécdota de la historia, lo que da a la novela una gran consistencia narrativa y de formas.
Kawabata nació en Osaka en 1899. Huérfano a los tres años, insomne perpetuo, cineasta en su juventud, lector voraz tanto de los clásicos como de las vanguardias europeas, fue un solitario empedernido. Escribió más de doce mil páginas de novelas, cuentos y artículos y es uno de los escritores japoneses más populares dentro y fuera de su país. Mantuvo una profunda amistad con el escritor Yukio Mishima, del que fue mentor y difuso.
La casi totalidad de sus obras están atravesadas por la soledad y el erotismo. Kawabata, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1968, se ha consagrado como uno de los más distinguidos novelistas japoneses. A los setenta y dos años de edad, se quitó la vida sin dejar ninguna explicación. Lo bello y lo triste es el testimonio póstumo de la maestría psicológica, del virtuosismo y de la originalidad de su obra.