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Ed. Quinteto / Salamandra, año 2004. Tamaño 18 x 11 cm. Traducción de Ana María Bejarano Escamilla. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 454
Meir Shalev nació en Nahalal, en el valle de Jezreel, Galilea, durante 1948. Hijo del poeta Itshaq Shalev, en la actualidad es uno de los escritores más celebrados de Israel, al mismo nivel que Abraham Yehoshua, Amos Oz y David Grossman. Licenciado en Psicología, durante los años setenta y ochenta desarrolló una larga carrera como periodista y presentador de televisión, y aunque ahora se dedica en exclusiva a la literatura, continúa escribiendo una columna semanal en Yediot Achrono, uno de los diarios de mayor tirada en Israel.
Además de una colección de ensayos y cinco libros juveniles, Shalev es autor de varias novelas -entre ellas Roman Russi, Esav y Be-Beyito Ba-Midbar.
La historia transcurre entre 1920 y 1981 en el valle de Jezreel, Galilea, y relata el destino de los tres hombres que se disputan la paternidad del hijo de Judit, llamado Zeide, que en yídish significa ‘abuelo’, para protegerlo del Ángel de la Muerte, ya que si ‘ve a un niño pequeño que se llama Zeide, al momento se dará cuenta de que se trata de un error y se marchará a otro lugar’. Zeide hereda rasgos físicos de sus tres padres: del granjero Moisés Rabinovich, el pelo pajizo; del criador de pájaros Jacob Scheinfeld, los hombros caídos, y de Globerman, el tratante de ganado, unos pies gigantescos. El enigma de su legítimo padre, que Judit se llevará a la tumba, persistirá hasta la última página, sin que su desvelamiento importe demasiado, excepto para hacer fluir tempestuosamente el relato, estructurado en cuatro comidas que Jacob Scheinfeld ofrece a Zeide, la primera al cumplir los 12 años, en 1952; la última con más de cuarenta, en 1981, con el anfitrión ya difunto oficiando desde la muerte.
Shalev inserta sabiamente cada vida particular en su orbe colectivo, y la vida pública en los ciclos de la naturaleza, por donde circulan las numerosas epopeyas contadas como viejos mitos encarnados, pero con la frescura de las fábulas recientes. De este modo asistimos a la formación y acceso a la vida de Zeide, no directamente en sus propias experiencias, sino a través del destino de sus mayores.