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Ed. Siglo XXI, año 2015. Tamaño 23 x 16 cm. Traducción de Hugo Salas. Estado: Nuevo. Cantidad de páginas: 336

Para hablar de la sociedad la sociología no basta, de Howard Becker094El curso «Representar la Sociedad», que impartí en dos oportunidades, una en la Universidad de California en santa Bárbara, y al año siguiente en la Universidad de Washington), me dio mucho en que pensar. Los participantes de esta pequeña aventura provenían de distintos departamentos, y casi todos eran estudiantes de posgrado. Esto significaba que inevitablemente eran menos arriesgados que los alumnos de grado con los que Conquerwood y yo habíamos tenido la oportunidad de trabajar en Northwestern: tenían más que perder y su atención y su tiempo eran objeto de compromisos más urgentes. En compensación, se mostraban más atentos a las ramificaciones del tema, eran más propensos a la crítica y a una modalidad argumentativa y, por ende, me obligaban a regresar sobre cuestiones que hasta ese momento había considerado saldadas.

En el programa de la materia, había comunicado a los alumnos:

«La estrategia básica del seminario es la comparación. Se procederá a cotejar una gran variedad de géneros de representación: por un lado, películas, novelas y obras de teatro; por otro, tablas, gráficos y modelos matemáticos, así como también cualquier otra cosa intermedia que se nos pueda ocurrir. La idea es confrontar los modos en que cada uno de ellos resuelve los problemas genéricos planteados por la representación de la vida social. Y la lista de dichos problemas en parte habrán de establecerse a partir del análisis del tipo de problemáticas dominantes en cada uno de los géneros (Esto resultará más claro a medida que avance el seminario; de momento, entiendo que puede parecer un poco críptico).

Pueden pensar el tema de nuestra indagación como una cuadrícula. En un eje se disponen los distintos tipos de medios y géneros listados en el párrafo anterior. En el otro, los problemas que se plantean a la hora de realizar representaciones: la influencia del presupuesto, los imperativos éticos de los autores, los modos de generalizar lo que uno sabe, los grados de polifonía, etc. En teoría, podríamos investigar cada uno de estos problemas en cada género, llenar cada casilla, pero sería impráctico. Nuestro «rango de cobertura» será (y no poco) azaroso, influido sobre todo por los materiales que estén a nuestra disposición inmediata para que los debatamos y por mis propios intereses particulares. Pero la lista de los problemas a debatir podrá extenderse hasta abarcar otros géneros y problemas, conforme a los intereses de la clase».

Y esa actitud generó el problema de organización que plantea este libro.

A Robert Merton le gustaba formular proposiciones que ejemplificaran aquello que afirmaban, con gran éxito en su análisis de las profecías autocumplidas. Ensamblar todo este material me dejó en esa misma posición. ¿De qué manera podía representar mi análisis de las representaciones?

Disponía de dos tipos de materiales: una serie de ideas acerca de las comunidades organizadas en torno a la elaboración y la utilización de tipos peculiares de representaciones -como las películas, las novelas o las tablas estadísticas-, y ejemplos, extensos debates acerca de los modos de dar cuenta de la sociedad, ilustrativos de lo que se ha hecho en algunos de estos campos. En gran medida, mi pensamiento se vio estimulado por la frecuentación de obras de representación social logradas, en especial, más allá del cerco disciplinar de las ciencias sociales, y me interesaba que el resultado final expresara y enfatizara esa circunstancia.

Un sistema de doble entrada que cruzara los distintos tipos de medios (el cine, las obras de teatro, las tablas y demás) y de problemas analíticos (la división del trabajo entre productores y usuarios de las representaciones, por ejemplo) generaría una lista de combinaciones demasiado extensa. Ese tipo de estructura clasificatoria sin duda alguna subyace al trabajo que he intentado hacer, pero no quería sentirme obligado a llenar todas esas casillas descriptivas y analíticas. Tampoco me parecía que un abordaje enciclopédico por el estilo fuese útil para lo que me proponía, que poco a poco fui descubriendo no era sino abrir mi propios ojos y los de otras personas en los campos que me interesaban (que para entonces superaban el de las ciencias sociales), a un ámbito más amplio, el de las posibilidades de la representación.

Decidí entonces adoptar una perspectiva distinta, fuertemente influenciada por mi experiencia y mis experimentos con el hipertexto, que permite leer distintos fragmentos textuales en una gran variedad de órdenes, a veces en cualquier orden que desee el usuario. Las partes son interdependientes, pero no dependen a su vez de un orden obligatorio y establecido. Con esta idea como inspiración, el libro se divide en dos partes.

«Ideas» presenta una serie de ensayos breves acerca de temas generales que resultan mucho más claros si se los contempla como aspectos de mundos representacionales concretos.

«Ejemplos» incluye distintas observaciones y análisis de obras específicas o varias obras de un mismo autor que adoptan un nuevo significado al ser consideradas a la luz de las ideas generales. Los tramos de esas dos secciones siempre remiten a algún otro, y mi intención ha sido que la totalidad del conjunto recuerde más a una red de pensamientos y ejemplos que a un argumento lineal. Este abordaje tal vez sea más adecuado para una computadora, que le permite al usuario pasar con gran facilidad de un tema a otro, pero lo que en este momento tiene el lector entre manos es un libro impreso. Lo siento.

Así, ustedes pueden, y deben, leer el material de esas dos secciones en el orden que más les convenga, ya sea tal como se presenta o alternando entre una y otra. Estas dos partes fueron pensadas para sostenerse cada una por sí sola, pero también para iluminarse mutuamente. El significado final será resultado del modo en que ustedes -en virtud de sus propios intereses, sean cuales fueran- formen un entramado con esos artículos. Si funciona como espero, tanto los dentistas sociales como los artistas con intereses documentales podrán encontrar aquí algo que les sea de utilidad.

Howard Becker
Chicago, 1985 – San Francisco, 2006

INDICE
Prefacio
Parte I, IDEAS
1- Representar la sociedad
2- Las representaciones de la sociedad como productos organizacionales
3- ¡Quién hace qué?
4- El trabajo de los usuarios
5- La estandarización y la innovación
6- Sintetizar los detalles
7- La estética de la realidad, ¿por qué creemos en ella?
8- El aspecto moral de las representaciones
Parte II, EJEMPLOS
9- Las parábolas, los tipos ideales y los modelos matemáticos
10- Los gráficos: pensar con dibujos
11- La sociología visual, la fotografía documental y el fotoperiodismo
12- El teatro y la pluralidad de voces: Shaw, Churchill y Shawn
13- Goffman: el lenguaje y la estrategia comparativa
14- Jane Austen: la novela como análisis social
15- LOos experimentos de Georges Perec con la descripción social
16- Italo Calvino, urbanista
Y por último…
Indice de imágenes y gráficos
Bibliografía